El muro del apartheid se compone de placas de cemento de 7 a 9 metros de
altura y de una valla electrificada de 4,5 metros de altura, fortalecida
en toda su longitud por una zona de seguridad de 30 a 100 metros de
ancho. Es una estructura compleja compuesta por alambre de espino,
cámaras de seguridad, zonas de arena fina para detectar huellas, torres
de vigilancia, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a
los tanques, así como zonas adicionales de defensa y áreas restringidas
de diversa profundidad. La empresa de seguridad británica G4S
proporciona equipamiento y servicios al muro de separación.
La construcción del muro alcanzó, al día de hoy, el 62% del proyecto
final, el 10% está en obra, y el 28% de su ruta está planificada. La
ruta final alcanzará los 712km de longitud, dos veces más larga que la
línea verde (320km).
El 85% de la ruta del muro se encuentra en Cisjordania. El muro se
adentra, en su punto máximo, en 22km del territorio palestino. En total,
el 9,4% de Cisjordania será ubicado entre el muro y la línea verde.
El muro abarca 65 de los 150 asentamientos de Cisjordania; más del 85%
de los colonos se encuentra del lado “israelí” del muro.
En Jerusalén, 168km del muro fueron ya construidos (son 181km planeados
en total) y el sólo 3% de la ruta pasa por la línea verde; el resto
atraviesa Cisjordania y abarca los asentamientos establecidos alrededor
de Jerusalén-Este.
El muro es parte de un sistema de unos 550 controles y bloqueos que han
levantado las autoridades israelíes para controlar a la población de 2
millones de palestinos dentro de este territorio.
Las consecuencias para la población palestina
Excepto los 300 000 palestinos de Jerusalén-Este que se encuentran al
oeste del Muro, 11 500 personas viven ahora atrapadas entre el Muro y la
residentes en 42 pueblos de Cisjordania que vivirán entre el muro y la
línea verde con Israel. Además, 12 de estos pueblos y alrededor de
31.400 palestinos quedarán completamente cercados por el muro. Más del
10% de la tierra palestina de Cisjordania, unas 57.518 hectáreas,
quedará al otro lado del muro, aislando a las comunidades en
bantustanes, guetos y “zonas militares”.
Alrededor de 150 comunidades palestinas fueron aisladas de sus tierras
por el Muro; ahora necesitan permisos de « visitantes » para poder
acceder a sus tierras. 81 “puertas” permiten el paso hacia las tierras
palestinas ubicadas entre el Muro y la línea verde, pero sólo 63 están
abiertas en épocas de cosecha de las olivas.
El Muro aísla 28 pozos de agua subterráneos y 17 pozos de agua de
Cisjordania, los cuales fueron apropiados por Israel. Decenas de miles
de olivos y otros árboles y extensas áreas de tierras agrícolas ya han
sido confiscadas y destruidas, decenas de viviendas han sido demolidas.
En Jerusalén-Este, el ¼ de los residentes palestinos se encuentra al
este del Muro, por lo cual están aislados de las infraestructuras y
servicios públicos a los que tienen derecho.
El Muro originó la pérdida de 1 miliar de dólares para la economía de
Jerusalén-Este, desde el inicio de su construcción.
El derecho internacional: una barrera ilegal
La construcción del muro de separación fue aprobada por el gobierno
israelí el 23 de junio de 2002.
La opinión consultiva dictada por la corte internacional de justicia, el
9 de julio de 2004, decretó la ilegalidad del muro y exigió su
desmantelamiento. En 2003, la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó una resolución que exigía a Israel que interrumpiese la
construcción del muro.