Según los expertos, la elección de Donald Trump quien asumira la presidencia el proximo 20 de enero; para Rusia
significa una oportunidad para dejar de ser considerada en EE UU como el
principal enemigo en potencia.
“En China existe realmente el temor de que las relaciones
entre Washington y Pekín empeoren con Donald Trump, y esta teoría está
completamente justificada, aunque por ahora no se puede decir que este
escenario sea inevitable”, declara el jefe de investigación del Instituto del
Extremo Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, Alexander Lomanov.
Según el experto, ya durante el gobierno de Barack Obama en
las relaciones entre ambos países han surgido numerosas diferencias políticas,
sobre todo en relación a la situación en
el mar de la China Meridional y con la tensa situación que se vive en Hong Kong,
entre otros factores.
El experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales
Maksim Suchkov asegura que Moscú está interesada en que tras el cambio de
administración en la Casa Blanca en EE UU se forme “un nuevo sistema de
prioridades en el ámbito de la seguridad nacional en el que Rusia no sea la
principal amenaza”.
Esta idea la comparte el director del centro
Rusia-Oriente-Occidente, Vladímir Sótnikov. “Recuerden que según Barack Obama,
la lista de los principales enemigos de EE UU estaba formada por Rusia, el
Estado Islámico y la fiebre del ébola. El presidente Trump no utilizará este
enfoque. Es un hombre más pragmático, no un ideólogo, y es consciente de que
Rusia no supone una amenaza para los intereses de vital importancia de EE UU. Y
estos intereses de vital importancia no se encuentran en el espacio
postsoviético, no están en Ucrania, sino en otras regiones del planeta. Esto
significa que se abrirá una vía para el diálogo con Moscú y para determinados
cambios en materia geopolítica que una administración demócrata en la Casa
Blanca nunca aceptaría”, comenta Sótnikov.