El Consejo de Estado le ordenó a la Fiscalía adoptar un
protocolo unificado de entrevistas para recibir los testimonios de niños y
adolescentes que hayan sido víctimas o testigos de agresión o abuso sexual.
Así mismo, de manera gradual y progresiva, el organismo
investigador deberá implementar en todas sus direcciones seccionales la cámara
de Gessel, un lugar acondicionado especialmente para recibir los testimonios de
menores de edad que han sido blanco de ese tipo de abusos.
La decisión fue adoptada a propósito de la determinación del
Consejo de Estado de revocar una condena que le impuso el Tribunal
Administrativo del Cesar a la Nación por la privación injusta de la libertad de
un hombre que había sido procesado judicialmente por el acceso carnal abusivo
de una menor de 13 años de edad.
El hombre fue detenido el 13 de agosto del 2005 en El Copey
(Cesar), luego de que la tía de la niña denunciara los hechos. Pese a haber
permanecido preso durante un año y dos meses, un juez penal de Valledupar lo
absolvió debido a que el organismo acusador no logró desvirtuar su presunción
de inocencia.
Si bien el hombre admitió que incurrió en la práctica de
otro tipo de actos (como besos y caricias) de tipo erótico con su hijastra,
bajo la justificación que la menor lo buscaba ‘para divertirse’”, el juez no
encontró pruebas suficientes para condenarlo.
La Sección Tercera, con ponencia del magistrado Ramiro Pazos
Guerrero, determinó que aun cuando la Fiscalía no probó la responsabilidad
penal de este hombre, su detención no puede dar lugar a una reparación económica,
pues “actuó sin atender, proteger y preservar la libertad sexual y el derecho
al libre desarrollo de la personalidad de la niña, incluso si dichos actos
hubieran sido consentidos por ella”.