Hoy al igual que hace un año, sectores políticos enemigos de
los trabajadores, engañosamente llaman a los colombianos a marchar contra los
planes de Santos. Debemos advertir a los trabajadores sobre este engaño
oportunista. La marcha del 1 de abril es claramente auspiciada por un sector de
la ultra derecha, que da cuenta de las contradicciones interbuguesas entre el
sector uribista y el santista, las cuales pueden resumirse en marcadas
diferencias sobre el proceso de integración de las FARC al régimen político,
actualmente estas diferencias las usan los unos y los otros para posicionarse
en el panorama electoral.
Santistas y uribistas representan a la misma clase burguesa,
pero tienen intereses en dos sectores diferentes de la economía
(narco-latifundista y financiero-industrial), tienen contradicciones y
diferencias en cómo se debe conducir el Estado, mucho de eso tiene que ver con
el control de los territorios y las zonas en disputa, lo que es clave para los
negocios del sector uribista y también para los planes para el extractivismo
minero-energético. Del suerte que la oposición de los uribistas al gobierno no
es en defensa de los trabajadores o los pobres, sino en defensa de sus negocios
y sus intereses electorales.
Según los demagogos del uribismo “Santos le está entregando
el país a las FARC” con la ayuda de sus amigos “castrochavistas”, nada más
lejos de la realidad. No existe la menor posibilidad de que un gran burgués
como Santos le entregue el país -y sus negocios- a una guerrilla por más que
esta guerrilla haya renunciado a su programa. Lo que sí vemos es que Santos, al
igual que su antecesor Uribe, le está entregado la riqueza del país a las
multinacionales, lo que vemos es que hace rato la burguesía colombiana le
entregó la soberanía del país al imperialismo norteamericano de lo que no debe
quedar duda con la aplicación del plan PAZ COLOMBIA, continuidad del PLAN
COLOMBIA, no se trata de una política contraria, sino de la directa continuidad
y la injerencia mediada por más de 450 millones de dólares que entrarán en el
periodo del posconflicto.
Es posible que para trabajadores, campesinos y sectores
populares que vieron con escepticismo el proceso de paz, y son víctimas del
gobierno de Santos y sus nefastas políticas económicas y sociales, sean atractivas
este tipo de convocatorias, más aún cuando engañosa y descaradamente llaman a
marchar contra Santos y su política económica contra los impuestos y el
desempleo, pero no podemos dejarnos engañar, esta convocatoria no es de los
trabajadores, esta convocatoria es de sectores que pretenden apropiarse de sus
reivindicaciones para instrumentalizarlas en su cruzada reaccionaria.
Recordemos que la convoca Uribe, el autor de la nefasta Ley 100 que eliminó la
seguridad social y la convirtió en negocio privado.
No puede existir mayor cinismo que el del Centro Democrático
en cabeza de Uribe, quienes ahora se declaran perseguidos políticos cuando en
su gobierno se presentaron de forma sistemática toda suerte de violaciones a
las libertades democráticas, de la mano de su hoy enemigo Juan Manuel Santos
corresponsable por los falsos positivos como Ministro de Defensa, y comandante
en jefe de la represión a las luchas por medio de las fuerzas armadas y la
policía. Las políticas del gobierno de Santos en materia económica son la
continuidad de las aplicadas por el de Uribe del cual fue ministro durante
ambos periodos; la salud, educación y políticas sociales sufrieron durante su
gobierno enormes golpes; se perdieron conquistas históricas de los trabajadores
como las horas extras, se aumentó la edad de pensión y se aumentaron los
impuestos a las clases medias y bajas, por mencionar solo algunas perlas del
largo listado.
Varios funcionarios
del alto gobierno uribista se han sido investigados y otros condenados por
múltiples delitos, además de varios familiares de Uribe detenidos. Desde luego
la decisión de perseguirlos judicialmente o no, es una decisión política del
santismo que intenta presionar a este sector para que deje de torpedear sus
planes y su proceso de paz, pero esto no los convierte en inocentes, por el
contrario, son responsables de una de las etapas más oscuras de la historia
nacional.
Llamamos a que este 1
de abril ningún trabajador salga a esas movilizaciones, que ningún trabajador,
estudiante o campesino se preste para legitimar una convocatoria reaccionaria,
expresemos nuestro repudio quedándonos en casa; la lucha contra el gobierno de
Santos la damos con independencia de los partidos burgueses, en el terreno del
movimiento obrero y popular, en ese sentido llamamos a no dejarse engañar y a
recargar fuerzas para salir el 1 de mayo a las calles por nuestros derechos. En
este 1 de mayo, día internacional de la clase obrera, tenemos el deber de
llenar las calles y plazas.