El equipo de supervisión observó una firme voluntad política de parte
del gobierno central para poner fin a las violaciones de los derechos
del trabajo durante la cosecha de algodón de 2017: el trabajo infantil
dejó de ser un problema y el trabajo forzoso está siendo combatido de
manera sistemática.
El informe, Third-party monitoring of measures against child labour and forced labour during the 2017 cotton harvest in Uzbekistan
(“Seguimiento por terceras partes de las medidas adoptadas para luchar
contra el trabajo infantil y el trabajo forzoso en la cosecha de algodón
2017 en Uzbekistán”), basado en más de 3.000 entrevistas imprevistas y
sin acompañamiento a una muestra representativa de los 2,6 millones de
recolectores de algodón del país, muestra que Uzbekistán está realizando
reformas significativas en materia de derechos fundamentales en el
trabajo.
“La cosecha de algodón de 2017 se llevó a cabo en un
contexto de mayor transparencia y diálogo. Todos los grupos de la
sociedad civil han participado, incluidas las voces críticas de los
activistas. Esta es una señal alentadora para el futuro. Sin embargo,
existe un desfase entre las nuevas reformas y los decretos adoptados por
el gobierno central y la capacidad de absorber y aplicar estos cambios a
nivel de provincia y de distrito,” declaró Beate Andrees, Jefa del
Servicio Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de la OIT.
La OIT ha estado supervisando el trabajo infantil en la cosecha de
algodón desde 2013. En 2015, comenzó a controlar el uso del trabajo
infantil y el trabajo forzoso en la cosecha en el marco de un acuerdo
con el Banco Mundial.
Las entrevistas realizadas por los
supervisores se llevaron a cabo en todas las provincias del país e
incluyeron a los recolectores de algodón y a otros grupos directa o
indirectamente involucrados en la cosecha como las autoridades locales y
el personal docente y médico. Además, se realizó una encuesta
telefónica a 1.000 personas escogidas al azar. Antes de la cosecha, los
expertos de la OIT organizaron cursos de formación para más de 6.300
personas involucradas directamente con la contratación de los
recolectores de algodón.
Los resultados confirman que la gran
mayoría de los 2,6 millones de recolectores de algodón participaron
voluntariamente a la cosecha anual de 2017 y que en el país existe un
alto grado de sensibilización sobre la inaceptabilidad tanto del trabajo
infantil como del trabajo forzoso. El informe confirma los resultados
anteriores que señalaban que el uso sistemático de trabajo infantil en
la cosecha de algodón fue abolido, aunque es necesaria una vigilancia
continua a fin de garantizar que los niños vayan a la escuela.
Las autoridades nacionales de Uzbekistán han impartido instrucciones a
las administraciones locales para garantizar que la contratación de
todos los recolectores de algodón sea voluntaria. En septiembre 2017, se
dio la orden de retirar algunos grupos de riesgo (estudiantes, personal
médico y docente) de la cosecha en su fase inicial.
Además,
los sueldos de los recolectores de algodón fueron incrementados en
conformidad con las recomendaciones de la OIT y el Banco Mundial. La OIT
recomendó que el gobierno siga aumentando los salarios y mejore las
condiciones generales de trabajo a fin de atraer a nuevos recolectores
voluntarios.
El pasado septiembre, el Presidente de Uzbekistán Shavkat Mirziyoyev habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas
en Nueva York donde prometió poner fin al trabajo forzoso en su país y
reiteró el compromiso de su Gobierno con la OIT. En noviembre 2017,
durante la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del
Trabajo Infantil que tuvo lugar en Argentina, Uzbekistán también se
comprometió a colaborar con los grupos independientes de la sociedad
civil que se ocupan de estas cuestiones.
El Proyecto de
seguimiento por terceras partes (TMP, en inglés) de la OIT en Uzbekistán
se concentrará ahora en los desafíos que persisten, en particular en la
necesidad de seguir fomentando la sensibilización y reforzando del
desarrollo de capacidades, que varía según las provincias y los
distritos. Además, garantizará que todos los actores involucrados en la
contratación dispongan de la información y las herramientas necesarias a
fin de garantizar que los recolectores de algodón sean contratados en
conformidad con las normas internacionales del trabajo.
La
supervisión y los resultados de un proyecto piloto implementado en la
región de Karkalpakstan mostraron además que la recolección de algodón
es un instrumento de empoderamiento económico de las mujeres en las
zonas rurales. La cosecha de algodón ofrece a muchas mujeres una
oportunidad única de ganar un dinero extra que ellas administran y
pueden utilizar para mejorar la situación de sus familias.
El
Proyecto TMP de la OIT es financiado por un fondo de múltiples donantes
cuyas principales contribuciones las aportan la Unión Europea, Estados
Unidos y Suiza.