domingo, 7 de abril de 2024

Desmitificando el Sistema de Salud colombiano

Por, Editson Romero Angulo
Productor de Contenidos Informativos 

Un Vistazo Detallado a su Funcionamiento  Pensemos en el sistema de salud como una cadena de suministro de agua. Tienes un pozo de donde se extrae el agua, y yo soy el encargado de distribuirla a los hogares.  Por este servicio, recibiría una tarifa de $10,000. 

Sin embargo, en lugar de llevar toda el agua directamente a los hogares que la necesitan, desvío una parte para llenar mi propia piscina. Esta analogía ilustra cómo funcionan las Entidades Promotoras de Salud (EPS) en nuestro sistema de salud. 

Les proporcionamos fondos públicos específicamente destinados para que paguen a las clínicas y hospitales que atienden a los pacientes. Pero, en vez de hacerlo, algunas EPS desvían esos fondos para invertir en sus propios negocios.  

En el contexto de una reforma estructural al sistema de salud, se propone eliminar este intermediario. La idea es que los pagos se realicen directamente a las clínicas y hospitales, evitando así el desvío de fondos. Sin embargo, esta propuesta ha generado resistencia y se ha difundido desinformación sobre sus posibles consecuencias.  

Una de las ideas erróneas más extendidas es que eliminar las EPS llevaría al sistema de salud a una crisis. Es esencial entender que las EPS no son las entidades que brindan atención médica directa a los pacientes. 

Son las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), como clínicas y hospitales, las que ofrecen los servicios médicos. Por lo tanto, la eliminación de las EPS no tendría un impacto negativo en la disponibilidad de lugares para recibir atención médica.  Es crucial señalar que las EPS gestionan recursos públicos, y aproximadamente el 10% de estos se destinan a gastos administrativos. 

Este modelo, basado en incentivos como negar servicios para maximizar las ganancias, es uno de los principales factores que contribuyen a la crisis del sistema de salud en Colombia.  Además, las EPS establecen barreras de acceso, como la necesidad de autorizar órdenes médicas, que dificultan que los pacientes reciban atención integral. 

Estas barreras incluyen consultas con tiempos limitados o referencias a especialistas en lugares distantes y costosos de alcanzar.  

En conclusión, es fundamental entender que las EPS no son el núcleo del sistema de salud. La atención real se brinda en clínicas, hospitales e IPS. Eliminar las barreras y los intermediarios financieros podría ser un paso crucial para mejorar la eficiencia y la accesibilidad del sistema de salud en Colombia.