jueves, 5 de septiembre de 2024

Una Biografía en forma de cuento de José Eustasio Rivera. Apropósito de los cien años de "La Vorágine"

Por . Editson Romero Angulo

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En una noche oscura, donde la luna se ocultaba tras un manto de nubes pesadas, el destino del joven José Eustasio Rivera se tejía con hilos de selva y letras, de lucha y pasión. Nacido el 19 de febrero de 1888 en San Mateo, un pequeño caserío en el departamento de Huila, el pequeño José creció entre montañas y valles, donde la naturaleza le susurraba historias de tierras lejanas, de ríos que corrían furiosos y de hombres que, como él, desafiaban al destino.

Su infancia transcurrió en un entorno agreste pero lleno de magia. San Mateo, con sus montañas verdes y ríos cristalinos, era el hogar perfecto para un niño que soñaba con mundos más allá de su vista. Sin embargo, no todo fue idílico en su juventud. La pobreza y las dificultades que enfrentaba su familia lo obligaron a conocer la crudeza de la vida desde temprano. A pesar de ello, el joven José encontró consuelo en los libros, donde sus primeras lecturas le abrieron un universo inagotable de posibilidades.

José Eustasio Rivera
Escritor colombiano


Con la mirada fija en un futuro más brillante, Rivera viajó a Neiva, donde comenzó sus estudios en el colegio Santa Librada. 

La dedicación y la inteligencia del joven no pasaron desapercibidas, y pronto sus talentos lo llevaron a Bogotá, donde ingresó al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

 En la capital, José Eustasio Rivera se forjó como abogado, pero su alma, sedienta de poesía y justicia, siempre estuvo inclinada hacia las letras.






El viento de su vida lo llevó a través de la selva amazónica, ese inmenso mar verde que parecía no tener fin. Fue allí donde su espíritu encontró la inspiración para su obra maestra, La Vorágine, una novela que no solo es un relato de aventuras, sino también un grito de denuncia contra las atrocidades cometidas en la región del Caucho, donde la explotación y la injusticia se extendían como una plaga.


En su novela, Rivera describe la lucha del hombre contra la naturaleza y contra sí mismo, una lucha que él conoció bien. Como Arturo Cova, el protagonista de su novela, José Eustasio Rivera también se adentró en la vorágine de la vida con la determinación de un guerrero. Viajó por Colombia y América Latina, abogando por la causa de los menos favorecidos y buscando justicia a través de sus escritos y su trabajo como abogado.


Pero la vorágine de la vida no perdona. El 1 de diciembre de 1928, en Nueva York, Rivera murió misteriosamente, dejando tras de sí un legado que aún resuena en los corazones de aquellos que, como él, ven en la naturaleza un espejo de la condición humana. Sus restos fueron repatriados a Colombia, donde su espíritu sigue vagando, entre las páginas de su novela y en las selvas que tanto amó.


José Eustasio Rivera, el hombre que vivió y murió en la vorágine de sus sueños, dejó una huella imborrable en la literatura y en la historia de Colombia. Su vida, tan intensa como la selva que describió, es un testimonio de la lucha constante por la justicia, la libertad y la belleza que se encuentra en las palabras