Por. Editson Romero Angulo
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Edición Especial – Semana posterior al 9 de Nisán, Año 33 d.C.
Aparición en el camino a Emaús
Uno de los relatos más comentados proviene de dos seguidores que viajaban hacia el pueblo de Emaús, a unos 11 kilómetros de Jerusalén. Ambos narran que un hombre se les unió en el camino y les explicó, con claridad extraordinaria, cómo las Escrituras ya anunciaban el sufrimiento y resurrección del Mesías.
Sólo al compartir la cena —al partir el pan— reconocieron que era Jesús. En ese instante, aseguran, desapareció de su vista. Regresaron de inmediato a Jerusalén, a pesar de la noche, para contar lo ocurrido.
Jesús entre los suyos
Los discípulos, aún encerrados por miedo, aseguran que Jesús se presentó entre ellos “estando cerradas las puertas”. El saludo fue claro: “Paz a vosotros.” Muchos quedaron atónitos y temerosos, pensando que veían un espíritu, pero Jesús los tranquilizó mostrándoles sus manos y su costado. Incluso comió con ellos para demostrar que estaba realmente vivo.Tomás el incrédulo, convencido
Uno de los discípulos, Tomás, no se encontraba presente en esa aparición y expresó públicamente que no creería hasta tocar las heridas con sus propios dedos. Una semana después, Jesús volvió a presentarse entre ellos, y dirigiéndose directamente a Tomás, le ofreció hacerlo. El discípulo, sobrecogido, solo pudo exclamar: “¡Señor mío y Dios mío!”
Impacto y esperanza entre sus seguidores
Lejos de debilitarse, el movimiento de seguidores del nazareno parece fortalecerse. Aunque siguen siendo cautelosos, se han comenzado a reunir con frecuencia, y muchos afirman tener una renovada convicción de que su Maestro está verdaderamente vivo.
Rumores fuera de Jerusalén
Se habla de próximas apariciones en Galilea, donde Jesús habría citado a sus discípulos. También se rumorea que más de quinientas personas lo han visto, aunque los detalles aún no han sido confirmados.
El mensaje se expande
Quienes fueron testigos ya no hablan con temor, sino con audacia. Declaran que la muerte ha sido vencida, que el Reino de Dios está en marcha, y que Jesús, el crucificado, es ahora el Viviente.