Por. Editson Romero Angulo
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Edición Especial – Lunes, 3 de Nisán, Año 33 d.C.
Jerusalén, lunes
– En una jornada que comenzó tranquila tras la multitudinaria entrada de Jesús de Nazaret el día de ayer —acontecimiento ampliamente cubierto en nuestra edición especial del Domingo de Ramos—, el ambiente en el Templo de Jerusalén se tornó tenso cuando este controversial predicador realizó una acción que ha encendido el debate entre autoridades religiosas y el pueblo.
Según múltiples testigos, Jesús ingresó en el área del Templo donde se realiza la compraventa de animales para el sacrificio y la actividad de los cambistas de moneda. Con severidad, volcó las mesas de estos últimos y expulsó tanto a vendedores como a compradores, pronunciando palabras que resonaron con fuerza entre la muchedumbre: “Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones.”
Los eventos se desarrollaron en cuestión de minutos, causando desconcierto y una mezcla de indignación y admiración entre los presentes. Algunos de los fieles, especialmente peregrinos de Galilea, aplaudieron la acción como un acto profético, mientras que comerciantes y sacerdotes del Templo lo consideran un acto de desafío y sacrilegio.
Reacciones divididas
El Sanedrín aún no ha emitido un pronunciamiento oficial, pero fuentes cercanas a los líderes religiosos afirman que se está considerando tomar medidas contra el nazareno, cuyo seguimiento ha crecido notoriamente desde su llegada a la ciudad.
Mientras tanto, Jesús ha continuado enseñando en el recinto sagrado, acompañado por sus discípulos y rodeado de una creciente multitud que escucha sus parábolas y cuestionamientos a las autoridades religiosas.
Próximos acontecimientos
Se espera que la situación se desarrolle con rapidez en los próximos días, a medida que se acerca la Pascua y la presencia romana se intensifica para evitar disturbios. La figura de Jesús, lejos de desvanecerse tras su entrada triunfal, se consolida como el centro de atención de esta semana crucial para la ciudad santa.