Gobernación de Cundinamarca y CAR destinan más de $30.000 millones para reducir riesgos en la cuenca del río Bogotá

 Por Editson Romero Angulo Periodista 

En un esfuerzo conjunto por reducir los riesgos naturales que afectan a las comunidades ubicadas en la cuenca del río Bogotá, la Gobernación de Cundinamarca y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) anunciaron una inversión histórica de más de $30.460 millones. El plan de intervención, que abarca 16 puntos críticos en la región, tiene como objetivo mitigar los impactos de fenómenos naturales como deslizamientos, inundaciones y avenidas torrenciales que amenazan la vida y la seguridad de más de 423.000 personas en 11 municipios de la región.

Una respuesta integral ante el riesgo


La iniciativa se enfoca en la estabilización de áreas vulnerables en la cuenca del río Bogotá, una de las zonas más expuestas a eventos extremos debido a su ubicación geográfica y condiciones ambientales. El proyecto no solo busca la implementación de obras estructurales tradicionales, sino que también incorpora soluciones verdes, como la reforestación y la restauración de ecosistemas, como parte de un enfoque más sostenible.

"La intervención de estos puntos críticos es fundamental para la protección de las comunidades, pero también para preservar el equilibrio ecológico de la cuenca. Trabajaremos en conjunto con las autoridades locales, las comunidades y los expertos en medio ambiente para garantizar que las soluciones sean eficaces y sostenibles a largo plazo", afirmó Nicolás García, Gobernador de Cundinamarca.

Proyectos clave para mitigar los riesgos


Entre las principales obras estructurales que se llevarán a cabo, destacan la construcción de muros de contención, la estabilización de taludes y la adecuación de sistemas de drenaje que permitan manejar de manera más eficiente las aguas lluvias. Estos trabajos se complementarán con acciones de restauración ecológica, como la siembra de especies nativas y la recuperación de zonas de protección hídrica.

La implementación de soluciones basadas en la naturaleza también tiene un papel destacado en este proyecto. Además de reducir la vulnerabilidad a desastres, estas soluciones buscan restaurar la capacidad de los ecosistemas para regular el ciclo del agua y reducir la erosión del suelo, factores fundamentales para mitigar los efectos de las lluvias intensas y las inundaciones.

Beneficios para la comunidad

El impacto de este proyecto será significativo tanto para las personas como para el medio ambiente. A través de una intervención estratégica en puntos críticos, se espera reducir las pérdidas humanas y materiales, además de mejorar las condiciones de vida en áreas que, históricamente, han sido muy afectadas por la inestabilidad del terreno y el cambio climático.

Los 11 municipios beneficiados —incluyendo Facatativá, Mosquera, Funza, Madrid, y Soacha, entre otros— verán una disminución sustancial en los riesgos de deslizamientos y las consecuencias de las fuertes lluvias. Asimismo, las acciones de restauración ecológica contribuirán a la recuperación de la biodiversidad en la cuenca, lo cual es esencial para la protección de las fuentes hídricas y la calidad del agua.

Un modelo de gestión del riesgo y sostenibilidad


Este proyecto es parte de una estrategia más amplia del gobierno departamental y de la CAR para abordar los riesgos naturales de manera proactiva, adoptando modelos de gestión integral del riesgo. La meta no es solo la reducción de la vulnerabilidad, sino también la creación de conciencia sobre la importancia de cuidar los recursos naturales y la infraestructura sostenible.

“La alianza entre la Gobernación y la CAR demuestra que la gestión del riesgo no es solo una tarea gubernamental, sino una responsabilidad compartida con las comunidades. Por ello, estaremos trabajando de la mano con los habitantes de la región para que se apropien de las medidas de prevención y protección”, expresó Nubia María Suárez, directora de la CAR.

El futuro de la cuenca del río Bogotá

Con esta inversión, la Gobernación de Cundinamarca y la CAR pretenden no solo reducir los riesgos inmediatos, sino también asegurar una cuenca del río Bogotá más resiliente ante el cambio climático y los fenómenos naturales que podrían intensificarse en el futuro. La integración de soluciones estructurales y naturales marca un precedente para futuras intervenciones en otras cuencas y zonas del departamento, reafirmando el compromiso con el desarrollo sostenible y la seguridad de los ciudadanos.

Este es solo el primer paso en un largo camino hacia la transformación de la cuenca del río Bogotá en un ecosistema más protegido y habitable para las generaciones venideras. La coordinación entre las autoridades regionales y la participación activa de las comunidades serán claves para el éxito de esta ambiciosa estrategia.

Con este plan, Cundinamarca se posiciona como un modelo de gestión del riesgo y sostenibilidad ambiental, destacándose por su capacidad para implementar soluciones innovadoras y eficaces frente a los desafíos del cambio climático.