Más de 1.000 casos atendidos: historias de vida detrás de la Línea de Protección ante la Crueldad Animal en Cundinamarca

 Por. Editson Romero Angulo Periodista 



Cundinamarca, por la protección animal

En los últimos 18 meses, la Línea de Protección ante la Crueldad Animal del IPYBAC ha tramitado más de 1.000 denuncias ciudadanas, transformándose en un espacio esencial para proteger a los animales del maltrato, el abandono y la negligencia. Detrás de las cifras, hay historias conmovedoras de salvación, rehabilitación y esperanza.


Voces que conmueven

Uno de los casos más impactantes se registró en Carmen de Carupa, donde más de 300 perros fueron rescatados de un espacio de tenencia irresponsable que pudo haber sido el más grave en Colombia. “Una historia de terror”, así lo describió Alba Lucía Donato, cuidadora que fue testigo del antes y después de los animales. Ahora, describe con emoción cómo los perros están “rehabilitados, socializados, libres de enfermedades, vacunados, esterilizados... buscando un hogar que les dé otra oportunidad”.

Las imágenes del rescate reflejan no solo el sufrimiento superado, sino el potencial de amor y recuperación que estos animales han mostrado cuando reciben atención médica y cariño.

Una respuesta institucional firme y efectiva

En 2024, la Línea recibió 482 denuncias, mientras que en lo corrido de 2025, hasta el 30 de julio, fueron 540 los casos atendidos, de los cuales 476 ya fueron resueltos. Según Jaime Andrés Fajardo Méndez, subgerente de Bienestar Animal del IPYBAC, cada caso resuelto es “una oportunidad para salvar vidas y garantizar justicia para los animales”.

Además, en un destacado precedente, el departamento impuso en 2023 la sanción económica más alta por maltrato animal en la historia del país. El caso involucraba un criadero en Funza donde se encontraron 151 perros y dos “mini pigs” en malas condiciones. La multa superó los 900 millones de pesos y se ordenó el decomiso definitivo de los animales, con copia del caso enviada a la Fiscalía.


Restaurar vidas, transformar corazones

El impacto humano detrás de estos rescates habla de la compasión que mueve las acciones. Donato, la cuidadora mencionada, suplica:

“Quisiera tocar las fibras y el corazón de la gente para que los adopten. Ellos merecen una segunda oportunidad…”

Su voz nos recuerda que al otro lado de cada cifra hay un ser que ha sufrido y ahora sueña con una familia.

Un llamado a la acción y la corresponsabilidad

Estas acciones del IPYBAC no solo evidencian una ruptura con la indiferencia: revelan que la denuncia ciudadana, sumada a una ruta institucional clara, salva vidas. Y el trabajo continúa:

  • La ruta integral de atención se ha consolidado como modelo pionero en el país, estableciendo protocolos de inspección, aprehensión preventiva y adopción ética, financiados por sanciones administrativas.
  • Las autoridades invitan a la población a seguir reportando vía la Línea de Protección ante la Crueldad Animal o al correo oficial del IPYBAC, reforzando que construir una cultura de respeto hacia los animales es tarea compartida.

Conclusión

El IPYBAC ha logrado algo más que atender cifras: ha rescatado vidas, sensibilizado corazones y señalado el camino hacia una sociedad más empática. Más de 1.000 casos atendidos en 18 meses demuestran que cuando la ciudadanía y las instituciones actúan juntas, la protección animal deja de ser un ideal y se convierte en una realidad.