Paloquemao: donde el desalojo desarmó los sueños

Por. Editson Romero Angulo.  Periodista

Bogotá despierta con el rumor de pasos apresurados y carretas chirriantes. En los alrededores de la plaza de Paloquemao, donde el aroma de las frutas se mezcla con el humo de los buses, los vendedores ambulantes y estacionarios montan sus puestos como quien levanta trincheras. No hay toldos de lujo ni vitrinas relucientes: hay cartones, lonas, tablas improvisadas. Hay dignidad.  La madrugada del 4 de junio no fue como las otras. La ciudad, que suele ignorar a quienes la alimentan desde las aceras, decidió intervenir. Un operativo judicial, ejecutado por la Alcaldía y la Policía Metropolitana, irrumpió en ocho cuadras con la promesa de “recuperar el espacio público”. Más de 1.800 metros cuadrados fueron despejados. Se desmontaron estructuras, se recogieron residuos, se ordenó el caos. Pero también se desarmaron sueños.

“Nos tratan como si fuéramos delincuentes”, dice Rosa, vendedora de hierbas desde hace 17 años. Su voz no tiembla, pero sus manos sí. “Aquí trabajo para pagar el arriendo, para que mi hija estudie. ¿Dónde quieren que me ponga ahora?”

Las autoridades aseguran que hubo caracterización previa, que se ofrecieron alternativas de reubicación a través del Instituto para la Economía Social (IPES), que el procedimiento fue comunicado con antelación. Pero en la calle, la versión es otra. Muchos no fueron notificados. Otros no calificaron para los programas. Y algunos, simplemente, no tienen otra opción.

La plaza de Paloquemao no es solo un mercado. Es un ecosistema de subsistencia, una red de afectos, una economía popular que sostiene a cientos de familias. La intervención, aunque legal, deja una pregunta sin resolver: ¿puede una ciudad que se dice incluyente desalojar sin garantizar trabajo?

País

Enfoque principal

Estrategias aplicadas

Resultados observados

Colombia

Regulación con enfoque judicial

Operativos de recuperación del espacio público, caracterización por IPES

Desplazamiento de vendedores, baja inclusión efectiva

México

Negociación y zonas toleradas

Creación de corredores comerciales, permisos temporales, diálogo con asociaciones

Mayor estabilidad, pero con problemas de clientelismo y corrupción

Perú

Formalización progresiva

Capacitación, acceso a microcréditos, reubicación en mercados municipales

Mejora en condiciones laborales, pero limitada cobertura

Argentina

Cooperativas y economía popular

Apoyo a cooperativas de vendedores, inclusión en políticas de economía social

Fortalecimiento organizativo, reconocimiento institucional

Ecuador

Control estricto y sanciones

Multas, decomisos, operativos frecuentes sin alternativas claras

Alta conflictividad, informalidad persistente

Brasil

Integración urbana y cultural

Espacios públicos diseñados para comercio informal, ferias temáticas, inclusión digital

Reducción de tensiones, valorización del trabajo informal


Los vendedores no piden caridad. Piden condiciones. Piden que se les reconozca como parte del tejido urbano. Piden que se les escuche antes de ser removidos. Porque detrás de cada puesto hay una historia, y detrás de cada historia, una lucha.

Junto a Rosa, está Don Elías, quien vende plátanos desde hace dos décadas. “Yo no tengo computador ni correo electrónico. ¿Cómo me iban a avisar? Lo único que tengo es este carrito y mi clientela de siempre.” Su testimonio, como el de tantos otros, revela una desconexión entre la política pública y la realidad del territorio.

La crónica de Paloquemao no termina con el operativo. Continúa en cada esquina donde se improvisa un nuevo puesto, en cada voz que exige respeto, en cada propuesta comunitaria que busca alternativas. Desde El Humanitario, proponemos una sección interactiva que recoja estas voces, que compare modelos de regulación en otras ciudades, que visualice el impacto de estas medidas en la economía popular.

Porque el espacio público no se recupera con desalojos. Se construye con diálogo, con inclusión, con trabajo digno. Y en esa apuesta, los vendedores informales no son el problema: son parte de la solución.