Periodista
Una radiografía crítica de la administración de Carlos Fernando Galán
Desde su llegada al Palacio Liévano, el alcalde Carlos Fernando Galán ha prometido una transformación profunda bajo el lema “Bogotá Camina Segura”. Sin embargo, para muchos ciudadanos, ese eslogan se ha convertido en una burla cruel: Bogotá no camina segura, sino desorientada, insegura y sumida en una crisis multidimensional que afecta a todos los grupos poblacionales.
🚨 Seguridad: ¿Camina segura o se tambalea?
Aunque el
Plan Distrital presume la captura de más de 3.000 personas y la incautación de
450 armas de fuego, el panorama real es mucho más sombrío. El consumo de
sustancias psicoactivas ha aumentado dramáticamente: solo en 2025 se
registraron más de 11.300 casos de consumo abusivo, con un incremento del 50%
en el uso de tusi. Las localidades más afectadas —Kennedy, Bosa, Engativá,
Suba— muestran cómo el microtráfico se ha expandido sin control.
La
concejala Diana Diago lo resumió con crudeza: “Los jíbaros se tomaron los
parques y el señor alcalde Galán no fue capaz de expedir el decreto que prohíba
el consumo de sustancias psicoactivas en el espacio público”.
🗑️ Basuras: Una ciudad que se pudre
Bogotá
produce entre 8.000 y 9.000 toneladas de basura al día, acumulando más de 3
millones de toneladas al año. Hay 732 puntos críticos de acumulación,
especialmente en zonas populares. El retiro de 2.000 contenedores como parte de
un “plan piloto” ha sido calificado como un “experimento irresponsable” por el
concejal Jairo Avellaneda. Además, el fondo de $99.328 millones destinado al
reciclaje permanece prácticamente sin ejecución, con más de $85.000 millones
sin usar.
🚧 Movilidad: Trancones, obras y
frustración
La
movilidad en Bogotá atraviesa una crisis que ni el Metro ha logrado disimular.
Aunque la llegada de los primeros vagones del Metro fue celebrada como un hito
histórico, la realidad es que el proyecto apenas alcanza un 62% de avance y no
estará operativo antes de 2028. Mientras tanto, los bogotanos enfrentan una
ciudad atrapada en trancones eternos, obras inconclusas y medidas restrictivas
como el pico y placa que no han sido modificadas por falta de alternativas
viables.
El gremio
de conductores ha denunciado abusos de autoridad, falta de garantías de
seguridad en zonas de parqueo y una gestión orientada más al recaudo que a la
solución de problemas. La congestión vehicular ha alcanzado niveles
insostenibles, y la Secretaría de Movilidad enfrenta pedidos de renuncia por
parte de concejales y ciudadanos.
👥 Poblaciones vulnerables: Promesas sin impacto
La
administración presume haber beneficiado a más de 1.1 millones de personas con
el programa Ingreso Mínimo Garantizado, pero los habitantes de calle, adultos
mayores y recicladores siguen enfrentando condiciones precarias. El VIII Censo
de Habitantes de Calle identificó más de 4.000 personas en pagadiarios, pero
los servicios siguen siendo insuficientes.
🟣 Feminicidios y violencia de género: Una emergencia ignorada
La
violencia contra las mujeres ha alcanzado cifras alarmantes. En 2025, se
registraron más de 7.300 casos de violencia sexual en colegios, superando los
6.000 del año anterior. Además, los feminicidios han sacudido a la ciudad:
casos como el asesinato de una mujer en un motel de Engativá y el apuñalamiento
de una adolescente en Bosa han evidenciado la falta de prevención y atención
efectiva.
La
violencia intrafamiliar también se disparó: en 2024 hubo 43.771 denuncias, un
aumento del 20% respecto a 2023. El 70% de las víctimas son mujeres, y el 23%
menores de edad. Las localidades más afectadas —Suba, Ciudad Bolívar, Kennedy—
coinciden con los focos de inseguridad general.
Aunque el
alcalde Galán ha anunciado el fortalecimiento de los equipos comisariales y el
traslado de las comisarías a la Secretaría de Seguridad, los resultados siguen
siendo insuficientes. La concejala Diago lo dijo sin rodeos: “Las mujeres y los
niños de Bogotá están desprotegidos por una administración que improvisa”.
Conclusión: ¿Bogotá camina segura?
La frase
“Bogotá Camina Segura” parece más bien una ironía. La ciudad camina, sí, pero
entre basuras, inseguridad, obras inconclusas, feminicidios y promesas
incumplidas. La administración de Carlos Fernando Galán ha demostrado ser
errática, burocrática y desconectada de las necesidades reales de los
bogotanos.