Breve crónica del primer día del IX Simposio Nacional de Patrimonio Bibliográfico Crónica académica y Documental
Enlace interactivo. Video oficial del primer día del Simposio. https://www.youtube.com/watch?v=VVF5aPEI4JM&t=13554s
Entre memorias vivas y lluvias persistentesUn
inicio entre lo simbólico y lo técnico
A las 8:30 a. m., la conferencia inaugural marcó el tono del día. Isela Xospa, editora independiente mexicana y defensora de las lenguas nativas, ofreció una intervención que entrelazó lo técnico con lo poético. Bajo el título “Bibliotecas, archivos y libros fugitivos”, su discurso evocó las tensiones entre la institucionalidad y la resistencia cultural, recordando que los libros también huyen, se esconden, se transforman, y que las lenguas originarias son custodias de memorias que no caben en los estantes convencionales.
Xospa no solo habló de patrimonio documental, sino
de dignidad lingüística, de la urgencia de editar desde el territorio y de la
potencia de los saberes que no han sido domesticados por la academia. Su
intervención fue recibida con calidez por un público diverso, compuesto por
bibliotecarios, docentes, investigadores y líderes comunitarios.
Panel:
Guardianes de la memoria local
A las 10:20 a. m., el panel “Guardianes de la memoria local” reunió tres experiencias profundamente territoriales. Henry Molano, desde la Red Departamental de Bibliotecas Públicas de Boyacá, compartió cómo la gestión patrimonial se articula con procesos de formación ciudadana y recuperación de archivos rurales. Nayeli Waitoto, con voz firme y mirada ancestral, narró la labor de la Biblioteca Pública Lenguaje Universal en Bajo Baudó, Chocó, donde el patrimonio se cuida con cantos, tejidos y relatos orales. Danny Loaiza, desde Cali, presentó el trabajo de la Biblioteca del Centenario, destacando la importancia de las colecciones patrimoniales como dispositivos de memoria urbana y resistencia barrial.
Este panel evidenció que las bibliotecas públicas
no son solo espacios de consulta, sino territorios vivos donde lo técnico se
encuentra con lo afectivo, y donde las comunidades se reconocen en sus propios
relatos.
Conversatorio: Cuidar y contar
La jornada cerró su mañana con el conversatorio “Cuidar y contar”, moderado por la bibliotecóloga Myriam Marín. Laura Acero, de la Biblioteca Comunitaria Liquen, habló sobre la curaduría afectiva de colecciones construidas con y para la comunidad. Jorge Duque, desde la Casa Museo Tomás Carrasquilla en Santo Domingo, compartió cómo el patrimonio se narra desde la arquitectura, los objetos y las memorias familiares. Alejandra Pautassi, de la Biblioteca Luis Ángel Arango, reflexionó sobre los desafíos de integrar lo patrimonial en escenarios institucionales sin perder la dimensión humana.
Este espacio cerró con una pregunta que resonó
entre los asistentes: ¿cómo cuidar sin congelar?, ¿cómo contar sin imponer? La
lluvia seguía cayendo afuera, pero dentro del auditorio, las palabras tejían
refugios.
El primer día del simposio no
solo ofreció contenidos académicos, sino que reafirmó que el patrimonio
bibliográfico y documental vive en los territorios, en las prácticas
cotidianas, en las emociones compartidas. Y que, incluso bajo la lluvia, hay
memorias que se niegan a ser olvidadas.