📰 Jorge Rey exige al Gobierno Nacional asumir control de la emergencia en la vía al Llano: “Seguimos sin respuesta”
Por Editson Romero Angulo
Redacción Territorial
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, lanzó un llamado urgente al Gobierno Nacional para que asuma el control de la emergencia provocada por el derrumbe en el kilómetro 18+600 de la vía Bogotá–Villavicencio, en jurisdicción del municipio de Chipaque. Tras 15 días de bloqueos, afectaciones económicas y riesgo creciente para las comunidades, el mandatario denunció la falta de soluciones estructurales y de respuesta institucional.
⛰️ Una montaña que no da tregua
El deslizamiento, ocurrido el 7 de septiembre, ha
generado una remoción masiva de tierra que ya alcanza el cauce del río Une, 400
metros más abajo. Según Rey, los problemas de escorrentía en la parte alta de
la montaña persisten, y no se han realizado mantenimientos a los pozos de
abatimiento ni a los canales de agua por parte del concesionario Coviandina.
“No podemos depender indefinidamente de una vía
alterna improvisada. Los represamientos de vehículos superan las 12 horas. La
competitividad de medio país está en riesgo”, afirmó el gobernador.
🛣️ ¿Quién responde?
Rey exigió claridad sobre quién debe ejecutar las
obras de canalización y estabilización de la montaña: si la Agencia Nacional de
Infraestructura (ANI) o Coviandina. También pidió un cronograma claro con
fechas tentativas de entrega del corredor vial.
“Esto no da más espera. La emergencia supera la
capacidad de las entidades territoriales. Seguimos sin respuesta”, enfatizó.
🤝 Apoyo a las comunidades
Mientras se define una solución definitiva, la
Gobernación y el municipio de Chipaque han implementado medidas de atención:
- Subsidios
de arrendamiento para damnificados
- Transporte
para campesinos y sus cosechas
- Recuperación
de redes de acueducto veredales
- Garantía
de jornada académica para niños y niñas
📍 Contexto
territorial
La vía al Llano es una arteria estratégica para la
conexión entre Bogotá y los Llanos Orientales. Su cierre afecta el
abastecimiento de alimentos, el transporte de carga y la movilidad de miles de
ciudadanos. La variante provisional construida sobre la antigua carretera tiene
limitaciones técnicas que impiden una operación eficiente.