Aulas STEM: la revolución educativa que impulsa el futuro de Cundinamarca

Por. Editson Romero Angulo

Periodista 

Con una inversión de $4.200 millones, la región de Cundinamarca da un paso decisivo hacia la innovación educativa con la entrega de las primeras 18 Aulas STEM, espacios diseñados para potenciar el aprendizaje en Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas.

Estas aulas no son simples espacios físicos, sino laboratorios de creatividad e innovación que inspiran a cada estudiante a aprender, experimentar y crear.

Un nuevo tipo de aula

Cada Aula STEM está equipada con mobiliario ergonómico especialmente diseñado para 36 estudiantes y un docente, mesas modulares, sillas giratorias y muebles móviles que promueven la colaboración y el pensamiento creativo.
Asimismo, cuenta con un tablero interactivo que incorpora contenidos digitales, realidad aumentada y recursos multimedia para hacer de cada clase una experiencia significativa.
Desde el punto de vista tecnológico, se incluye conectividad Wi-Fi 6 mediante red local dedicada para garantizar trabajo colaborativo incluso sin internet, un computador portátil de última generación para el docente y 36 portátiles para los estudiantes.
Pero la innovación no termina ahí: estas aulas disponen de una impresora 3D para convertir ideas en prototipos reales (robótica, innovación, emprendimiento) y gafas de realidad virtual que abren las puertas a experiencias inmersivas, como recorrer la superficie de Marte o conocer civilizaciones antiguas.

Objetivos, cobertura y equidad

Las Aulas STEM se insertan dentro del plan de desarrollo de Cundinamarca denominado Plan de Desarrollo “Gobernando Más que un Plan 2024‑2028”, en la Meta 126, la cual busca dotar 100 sedes educativas con aulas tecnológicas enfocadas en la formación integral de niños, niñas y jóvenes del departamento.
Este esfuerzo revela una apuesta por una educación moderna, inclusiva y de calidad, destinada a reducir las brechas entre lo urbano y lo rural, y ampliar las oportunidades para los jóvenes de todo el territorio.

Un cambio cultural y de futuro

La instalación de estas aulas representa más que equipamiento: es una transformación cultural en la forma de enseñar y aprender. Los estudiantes dejan de estar únicamente frente al pizarrón y pasan a ser protagonistas activos —creadores, investigadores, innovadores— en entornos que fomentan la curiosidad, la experimentación y el pensamiento crítico.
Los docentes, por su parte, acceden a nuevas herramientas para diseñar clases interactivas, incorporar metodologías ágiles y motivar a los jóvenes a conectar lo que aprenden con retos reales y tecnológicos.

Retos por delante

Aunque la entrega de las 18 aulas marca un hito, quedan desafíos por resolver para que el impacto sea sostenido:

  • Capacitación docente: Es clave preparar a los profesores para que exploten al máximo los recursos tecnológicos y adopten metodologías centradas en el estudiante.
  • Mantenimiento y actualización tecnológica: Los equipos y conectividad deberán mantenerse al día para que no queden obsoletos rápidamente.
  • Escalabilidad e integralidad: Llegar a las 100 sedes previstas implica asegurar que la infraestructura funcione conjuntamente con los contenidos, la pedagogía y la gestión educativa.
  • Equidad territorial: Garantizar que las zonas más alejadas o con menores recursos accedan a estas oportunidades, de modo que no se generen nuevas brechas.

Conclusión

Con esta inversión de más de cuatro mil millones de pesos, Cundinamarca manifiesta que “educación” no es solo enseñar a leer o escribir, sino preparar a los ciudadanos del futuro. Las Aulas STEM simbolizan la esperanza, la creatividad y el futuro de una generación que aprenderá a imaginar sin límites.

Este proyecto marca un antes y un después en la infraestructura educativa del departamento: un paso hacia adelante en un mundo donde la tecnología, la ciencia y las artes convergen para dar forma a nuevos talentos.