Una lectura del ascenso y contradicciones del petrismo en Colombia.


La práctica como criterio de verdad

Por Editson Romero Angulo
Periodista

Introducción

En su ensayo Sobre la práctica (1937), Mao Zedong plantea que todo conocimiento proviene de la práctica social y que solo mediante la transformación activa de la realidad puede verificarse la verdad de una teoría. 

Esta premisa, profundamente enraizada en el materialismo dialéctico, permite analizar fenómenos políticos contemporáneos desde una perspectiva crítica.







En el caso colombiano, el ascenso del petrismo —como expresión política de sectores populares, progresistas y alternativos— puede leerse como una síntesis práctica de décadas de lucha social, pero también como un proceso lleno de contradicciones, especialmente en su relación con la burguesía nacional y compradora, y en sus límites como proyecto reformista.





I. La práctica social que dio origen al petrismo

Siguiendo a Mao, la práctica es el punto de partida del conocimiento. En Colombia, el petrismo no surge de una iluminación teórica, sino de una acumulación de experiencias históricas: la exclusión política, la violencia estatal, la lucha sindical, la resistencia barrial y la movilización estudiantil. 

La candidatura de Gustavo Petro sintetizó esas prácticas en un discurso que apelaba a la justicia social, la transición energética, la paz total y la democratización del Estado.

El estallido social de 2021 fue un punto de inflexión. Allí se expresó una práctica colectiva que desbordó los marcos tradicionales de representación, y que el petrismo supo canalizar discursivamente. Como diría Mao, “si se quiere conocer el sabor de una pera, hay que transformarla comiéndola”; el petrismo se propuso transformar el Estado desde adentro para conocer sus límites y posibilidades.

II. La lucha con la burguesía nacional y compradora

Mao distingue entre la burguesía nacional —con intereses productivos internos— y la burguesía compradora 
—ligada al capital extranjero y al extractivismo—. 

En Colombia, esta distinción es difusa, pero útil. El petrismo ha intentado aliarse con sectores empresariales nacionales, especialmente aquellos ligados a la agroindustria o la producción interna, mientras confronta a los poderes financieros, energéticos y mediáticos vinculados al capital transnacional.

Sin embargo, esta estrategia ha mostrado sus límites. La burguesía nacional, lejos de ser un aliado confiable, ha reaccionado con desconfianza ante cualquier intento de redistribución o regulación. 

La reforma tributaria, la reforma a la salud y la transición energética han sido saboteadas por una alianza de intereses que incluye gremios, medios y partidos tradicionales. La práctica ha demostrado que la conciliación con sectores dominantes no garantiza gobernabilidad ni transformación estructural.

III. Reformismo, economicismo y límites de la transformación


Uno de los errores que Mao critica en Sobre la práctica es el economicismo: la idea de que basta con transformar las condiciones materiales sin transformar la conciencia. 

El petrismo, en su afán de mostrar resultados rápidos, ha priorizado reformas técnicas (tributaria, laboral, pensional) sin una estrategia clara de movilización popular sostenida. 

La “paz total”, por ejemplo, ha sido concebida más como una política de Estado que como una construcción colectiva desde los territorios.

Además, el reformismo institucional ha chocado con la estructura del Estado burgués, diseñado para reproducir el orden existente. Como advertía Mao, “la práctica revolucionaria no puede separarse de la lucha ideológica”. 

Sin una pedagogía política que acompañe las reformas, el riesgo es que el proyecto se diluya en la administración de lo posible, perdiendo su potencia transformadora.

Conclusión

El pensamiento de Mao Zedong nos recuerda que la verdad de una propuesta política se verifica en la práctica. 

El petrismo, como síntesis de luchas sociales, logró llegar al poder, pero su permanencia y eficacia dependen de su capacidad para profundizar la transformación desde abajo, confrontar a las clases dominantes y superar el economicismo tecnocrático. 

Solo una práctica revolucionaria, enraizada en el pueblo y guiada por una teoría crítica, puede abrir caminos hacia una Colombia verdaderamente democrática y soberana.

Referencias

  • Mao Zedong. (1937/1967). Sobre la práctica. En Obras escogidas de Mao Tse-Tung (Vol. I). Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras.
  • Fazio Vengoa, H. (2017). La Revolución Rusa de 1917: dilemas e interpretación. Historia Crítica, (64), 27–49. https://doi.org/10.7440/histcrit64.2017.02
  • Pécaut, D. (2006). Crónica de cuatro décadas de política colombiana. Bogotá: Editorial Norma.
  • Archila, M. (2019). Movimientos sociales en Colombia: perspectivas históricas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
  • Gutiérrez Sanín, F. (2022). El fin del poder tradicional: elecciones y cambio político en Colombia. Bogotá: Editorial Debate.
  • Ferrero, À. (2017, 13 agosto). La historia del 'Aurora': el crucero que trajo la Revolución de octubre. Público. Recuperado de https://www.publico.es/sociedad/historia-aurora-crucero-trajo-revolucion-octubre.html