Por. Editson Romero Angulo
Periodista - Gestor Bibliotecario
Enlace interactivo. Video oficial del segundo día del Simposio. https://www.youtube.com/watch?v=8ah2aFnxHDs&t=12711s
Vínculos entre las artes y el patrimonio
La jornada se abrió como un lienzo colectivo, donde el arte y el patrimonio se entrelazaron para revelar nuevas formas de cuidar, interpretar y compartir la memoria. Bajo el lema “Vínculos entre las artes y el patrimonio”, el día se convirtió en un espacio de resonancia sensible, donde lo técnico se encontró con lo emotivo y lo comunitario.¿Qué cuentan las colecciones gráficas?
El primer encuentro fue un conversatorio entre Claudio Aguilera Álvarez, del Archivo de Gráfica Chilena, y Ximena Gama, curadora de la Biblioteca Nacional de Colombia. Ambos exploraron cómo las imágenes impresas —afiches, ilustraciones, caricaturas— narran historias que los textos muchas veces omiten. Se habló de la gráfica como testimonio social, como archivo de gestos y como territorio de disputa simbólica. El público se sumergió en una reflexión sobre el poder documental de lo visual y su capacidad para activar memorias colectivas.
El arte de hacer memoria
El segundo espacio reunió experiencias institucionales que hacen del arte una herramienta de gestión patrimonial. Mauricio Durán, desde el Teatro Experimental de Cali, compartió cómo los archivos escénicos pueden ser reactivados en escena, convirtiéndose en memoria viva. Johanna Calderón relató el trabajo del Centro de Documentación Musical en Bucaramanga como un archivo sonoro del territorio. John Mario Cárdenas, desde la Facultad de Artes ASAB, presentó el Centro de Documentación de las Artes Gabriel Esquinas como un laboratorio de creación y preservación. Las tres voces coincidieron en que el cuidado patrimonial es también un acto afectivo, político y profundamente humano.
Huellas de gente y orines de perro
La jornada cerró con una lectura dramática de la obra de Patricia Ariza, incluida en la Biblioteca de Escritoras Colombianas. Lorena Infante y Edna Paredes dieron vida a un texto que transita entre lo poético y lo testimonial, entre la calle y el archivo. El título, provocador y entrañable, anticipó un recorrido por las ausencias, los cuerpos y las resistencias que habitan la memoria. Fue un momento de silencio compartido, de escucha profunda, donde el patrimonio se volvió carne, palabra y emoción.
🧵 Conclusión
Este tercer día reafirmó que el patrimonio bibliográfico y documental no es solo objeto de conservación, sino también de creación. El arte, en sus múltiples formas, se reveló como un aliado para activar memorias, generar vínculos y construir sentidos compartidos. El Simposio, una vez más, se consolidó como un espacio donde la técnica se abraza con la sensibilidad, y donde la memoria se piensa, se siente y se transforma.