sábado, 20 de agosto de 2016

Ni el SÍ de Santos, ni el No dde Uribe por la Constituyente con derechos


Ni el SÍ de Santos, ni el NO de Uribe,

Por la Constituyente con derechos




DOCTOR: JAIME ARAUJO RENTERIA
La Corte Constitucional, en la sentencia hecha a la medida del gobierno, solo dejo 3 opciones jurídicamente relevantes: El no de Uribe, el sí de la paz, extremadamente imperfecta de Santos y El Voto NULO por la constituyente o por los derechos: al trabajo, a la salud, a la educación, a la tierra, a la igualdad o a la libertad, etc.

El plebiscito es dentro de los mecanismos de participación popular, uno de los más antidemocráticos, no sólo por el uso que de él han hecho las dictaduras (Hitler; Napoleón; Pinochet, etc.); sino además, porque no permite debatir y decidir separadamente, cada uno de los aspectos de un problema: algún colombiano podría estar de acuerdo con el proceso de paz, incluido el tema difícil de que los rebeldes no paguen ni un día de cárcel; pero objetar que puedan ser elegidos inmediatamente a cuerpos colegiados. Otro colombiano puede estar de acuerdo con lo primero, e ir más lejos, por considerar que inmediatamente pueden participar en política, elegir y ser elegidos. Un tercer ciudadano, puede estar de acuerdo con el segundo, pero en desacuerdo, con qué a los rebeldes se les dé el mismo trato que a los agentes del Estado que violaron derechos humanos, incluido el genocidio de la unión patriótica, por considerar que existe una diferencia entre una actitud altruista y una actitud egoísta; que traza una línea divisoria entre delito político y delito común como las recoge nuestra constitución en el artículo 150 numeral 17. Un cuarto colombiano, puede considerar, que para el tema punitivo, se debe trazar una diferencia entre delitos cometidos entre combatientes y delitos cometidos contra la sociedad civil, ya que a la luz del derecho internacional humanitario, era obligación tanto para los armados del Estado, como del no Estado, respetar a los miembros de la sociedad civil; excluirlos de su violencia, y por lo mismo era necesario trazar una diferencia entre delitos cometidos entre combatientes y excluir estos de responsabilidad penal, pero no los delitos cometidos contra la sociedad civil por los combatientes.

El quinto ciudadano, puede considerar, que son delitos políticos además de los de rebelión, sedición y asonada, otros conexos con ellos, y sin embargo considerar que el narcotráfico no era necesariamente un medio para el triunfo de la revolución, como no lo fue para Marx, Lenin, Mao Tse Tung, ni para el Che Guevara en Bolivia llena de coca; como no era ineluctable para la revolución o para la defensa del sistema, la violencia sexual sobre niños o niñas o el reclutamiento militar forzoso de estos.

El plebiscito, sobre el cese del conflicto armado entre el gobierno y las FARC, tiene el defecto, de que mete en una sola pregunta, todos estos temas y obliga al ciudadano, que está de acuerdo con muchas de las cosas del proceso, pero que no está de acuerdo con unas pocas, a violentar lo más grande que tiene el ser humano, esto es su conciencia, a votar por el sí, sobre cosas que de estar separadas, las votaría el 99% afirmativamente y sólo votaría una negativamente. Situación similar se presenta, para quienes sólo votaría negativamente unas pocas cosas, pero que son obligados por esas cosas, a votar todo negativamente. Entonces, la insistencia del gobierno, de que todo vaya dentro de un solo paquete, que violenta la conciencia de los colombianos, en algunos aspectos, es lo que genera la mayoría de las dificultades por el sí; y lo que obligará a muchos a votar por el no y a otros no obligará a votar por la constituyente por más derechos para los colombianos.

La insistencia del gobierno sobre “el paquete”, se complica mucho más por cuanto el paquete sobre la cesación del conflicto armado entre el gobierno y entre la FARC; lleva anexo, otro “paquete”: el del gobierno actual y el del gobierno anterior; los dos igualmente nefastos para los derechos del pueblo e igualmente guerreristas contra los trabajadores, los indígenas, los afro descendientes, las mujeres, los jóvenes, los pensionados, violadores ambos de los derechos a la salud, a la educación, al trabajo, al medio ambiente sano; ambos responsables del genocidio de los falsos positivos; en una palabra aliados incondicionales del gran capital, y de las multinacionales en desmedro de la situación de los trabajadores y los pobres.

Coincidencias y Matices por el NO y Por el SI

En ambos grupos, existen coincidencias: una minoría de buena fe, tanto por el no como por el sí; y una gran mayoría que defiende intereses particulares, especialmente de naturaleza económica y política. Ambos grupos, defienden el modelo económico capitalista; y quienes decían que no lo aceptaban, las FARC, al firmar con el gobierno, también lo acepta; pues lo importante no es lo que cada parte por separado diga, si no lo que ambas partes firman (como dijera Aristóteles: uno es lo que hace y no lo que dice). Coinciden en ambos sectores, mercenarios enmermelados por el sí y por el no; en ambos grupos, defensores de la corrupción (comenzando por la clase política) y de la impunidad y en relación con esta última, existen por lo menos dos matices: quienes defienden la impunidad para todos; y quienes defienden la impunidad para ellos y el castigo para sus adversarios. En relación con la impunidad, es importante que la opinión pública sepa, que se pactó no sólo la impunidad penal, sino también la impunidad disciplinaria. Y esto es lo que explica, que muchos o muchas abanderadas del sí, no estén defendiendo como nos dicen el interés general de la PAZ, si no su interés particular: su impunidad penal o su impunidad disciplinaria. Y es lo que explica también, que muchos corruptos y paramilitares, estén defendiendo el sí, encubriendo su interés particular, bajo el interés general; y transformando el noble propósito de la paz, en un sí por la corrupción y por su impunidad.

Porque el voto por la constituyente

Cuando una sociedad quiere hacer cambios estructurales, y proteger más los derechos de los ciudadanos, necesita crear las instituciones que le permitan hacer esos cambios: si por ejemplo una sociedad considera que la estructura agraria es injusta, que la tierra está mal distribuida y que es necesario redistribuirla para hacerla más justa, es necesario crear una institución que haga esa redistribución de la tierra; independientemente del nombre que le ponga: Instituto, departamento o ministerio de reforma agraria; por esta razón es que existe una relación dialéctica entre estructuras e instituciones; pues si yo quiero modificar las estructuras, debo valerme de las instituciones para lograr ese cambio. Ésas nuevas instituciones se crean mediante el derecho; y se les hace más fuertes y más eficaces, si se consagran en el derecho más poderoso; de más alto rango; esto es, en el derecho constitucional; y la vía más democrática para crear derecho constitucional, son las asambleas constituyentes. En Colombia, para diseñar las instituciones, que realicen verdaderos cambios estructurales y protejan a los derechos de los colombianos, es necesario una Asamblea Nacional Constituyente libre, amplia, democrática y soberana, cuyos constituyentes salgan de las organizaciones sociales y la sociedad civil, mediante un proceso electoral transparente, para lograr, con ella SI, una verdadera Paz con justicia Social.



Gane el NO o gane el SI, la negociación con las Farc seguirá adelante porque ya ellas manifestaron que no retornaran a la lucha armada y negociarán para reintegrarse a la actividad política legal, por lo que en realidad el cese del conflicto no está en juego, como lo afirman Santos y Uribe.



La opción del Voto por la constituyente (o los derechos), aun que lo anulen, permite a diferencia de la abstención, cuantificar y contar a un grupo grande de colombianos conscientes, que van a votar, que como demócratas, se diferencian de quienes se oponen a que cese el conflicto armado (el NO), pero que quieren una paz menos imperfecta que la excesivamente imperfecta del Gobierno; una verdadera paz con justicia social; esto es, con mas derechos; un derecho a la paz pleno y no medio derecho a la paz. Como el derecho a la paz tiene una connotación positiva y una negativa; esta última tiene una doble dimensión: 1.- La falta de violencia física o psíquica y 2.- La ausencia de violencia social y económica en las relaciones sociales; y la connotación positiva de la paz, implica que se le considera como un derecho al desarrollo, individual y colectivo; una forma de cooperación no violenta, igualitaria, no explotadora, ni  represiva entre personas,  pueblos y Estados y modernamente se considera que no es posible la paz si no existe, coetáneamente, el respeto y realización plena de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y de solidaridad. Como en las negociaciones de la habana, falta la 2 parte de la dimensión negativa y toda la dimensión positiva del derecho a la paz, se puede concluir que lo que se negocia es la cesación parcial de un conflicto armado  y no la paz.



Como cada uno de nosotros, a la luz de la soberanía popular, consagrada en el artículo tercero de nuestra constitución, tenemos una fracción de la soberanía y en consecuencia el voto es un derecho, que como derecho podemos ejercerlo o abstenernos de ejercerlo (abstención); y si decidimos ejercerlo, podemos ejercerlo legítimamente por una visión de la paz o por otra distinta; distinta a la de santos y a la de Uribe; por la constituyente o en blanco; porque nadie puede impedirme que yo ejerza mi soberanía como quiera. Por la constituyente que permitiera consagrarlos y crear las instituciones para realizarlos. Nos toca decirle a Santos y a Uribe, que vamos a ejercer nuestro derecho soberano, votando por esas opciones de derechos, que sabemos, que al votar por la constituyente y los derechos, nos anularan el voto, pero que tendrán que contarlo; y que si gana el voto por la constituyente y los derechos así lo anulen, vamos a ejercer nuestro derecho soberano, en las calles y en las plazas públicas, para reclamar una paz distinta, una paz con justicia social plena de derechos.

El voto por la Constituyente  porque conoce los argumentos del SI y del NO, no cree en ellos

 El argumento del miedo:

 Tanto Uribe como santos, para obligarnos a respaldarlos, nos infunden miedo de su adversario: qué santo es comunista; que es el heredero del castro chavismo; que si Uribe gana jamás habrá paz en Colombia; que Uribe es el nazi fascismo y que santos es la tercera vía de la izquierda; que si no se acepta la paz que el pacto con la FARC, esta destruirá las ciudades de Colombia; ¡paradójicamente, ambos mienten y ambos tienen razón! Mienten en lo que dicen de ellos y tienen razón en lo que dicen de su adversario; razón tenía Lenin al afirmar que cuando los bandidos pelean, las personas honestas y políticamente instruidas salen ganando; ya que la verdad es lo que cada uno dice del otro y la mentira lo que dice de sí mismo, nos muestra, además, que en realidad son iguales y que no por casualidad han sido socios y han pertenecido al mismo gobierno; que sus intereses económicos son fundamentalmente iguales; que sus diferencias son adjetivas; que los dos son amigos de la guerra económica y social contra el pueblo; que ambos formaron parte del gobierno del genocidio de los falsos positivos; uno como Presidente y el otro como ministro de defensa; que ambos, bajo pretexto de la paz, han tenido contactos, directos o indirectos, con el paramilitarismo; Uribe  al negociar con ellos la denominada ley de justicia y paz y santos reuniéndose con Carlos Castaño, planeando un golpe de Estado, para lograr “la paz” (Ver libro Mi confesión Carlos Castaño[1]) .

El argumento de la polarización:

Usted está con la paz o está con la guerra; está con Uribe o está con santos; como si no fuera posible estar con la paz, con una visión distinta de la paz de santos, por una paz menos imperfecta, con justicia social, esto es, con más derechos para el pueblo colombiano.

El argumento del mal menor:

Que santos es menos malo que Uribe; cualquier paz es mejor que la guerra; no hacemos constituyente para que el pueblo decida, donde podría llegar Uribe, siendo menos riesgoso, para el gobierno, hacer un plebiscito, que si lo pierde nada pasa; en cambio, si gana puede quedarse en el poder, como garante de los acuerdos y nadie puede ser mejor garante de lo firmado, que el propio gobierno que lo firmó.

Cuando el pueblo sabe, que para sus derechos, no es menos mala la guerra económica y social que le hizo Uribe; que la que le ha hecho santos; para los derechos del pueblo sin trabajo, sin salud, sin educación, sin tierra, con un medio ambiente contaminado, no hay diferencia entre el genocidio económico y social del Uribe y el de Juan Manuel santos.

Aun aceptando, la tesis de que ninguna obra humana es perfecta; también es cierto que existen obras humanas menos imperfectas; y es verdad, que la paz que nos propone santos, es excesivamente imperfecta.

No es cierto que si gana el NO, necesariamente gana la guerra y debemos continuarla; esto no es cierto; por varias razones: la primera porque quien hace la guerra, esto es, la FARC ha manifestado como dijimos arriba que no retornaran a la lucha armada y negociarán para reintegrarse a la actividad política legal; la segunda, porque la sociedad civil debe aunque se pierda el plebiscito, perseverar en la búsqueda de la paz; con la FARC, con el ELN, con el EPL; y, lo que es más importante para que cese la lucha armada del Estado contra el pueblo y la guerra perenne contra sus derechos económicos sociales y culturales; y con el apoyo de la sociedad civil, podríamos tener una paz menos imperfecta; por ejemplo; podríamos tener una paz con asamblea nacional constituyente, con representación de la sociedad civil y de las organizaciones sociales; una paz con más justicia social, donde las comunidades afro descendientes e indígenas, se representen a sí mismas, y decida su propio destino en sus territorios y éste no se ha decidido por la FARC. se respete la diferencia que traza nuestra constitución, entre delito político y delito común; donde no se dé el mismo trato al espíritu altruista de los rebeldes, que al espíritu egoísta de los no rebeldes (dejando claro de una vez más, que consideramos que la mayoría, de los miembros de las Fuerzas Armadas, han cumplido con su deber y que esa mayoría, no puede dejarse engañar, de una ínfima minoría, que no lo ha hecho); una paz donde la sociedad civil haga efectiva los derechos de la educación y de la salud para todos los colombianos.

Cambiando Argumentos y Robándonos la Soberanía

Primero nos dijo el Santo Gobierno, que era necesario hacer la paz, para que los recursos de la guerra, se utilizarán en atender las necesidades del pueblo. Y cuando ya estamos convencidos de esto; nos dijeron que NO; que los recursos de la guerra no disminuirían, que al contrario que se iban a necesitar más recursos para la guerra; y si lo primero no se cumplió lo segundo si se ha cumplido al pie de la letra: más gasto militar, mas ESMADS para reprimir la protesta social, incluidas las de los trabajadores del hospital San Juan de Dios; mas compra de aviones (con lo que si hubieran podido construir muchas escuelas y muchos hospitales); más fuerza pública y más armamento, que nos quita vivienda y alimentos para el pueblo; pero que además nos deja graves interrogante ¿más armas y más soldados para cual guerra? ¿Será que el gobierno está planeando otra guerra más cruenta contra el pueblo desarmado? ¿Será, acaso, que están planeando involucrarnos en una guerra internacional, y lo que es más grave, contra algún pueblo hermano latinoamericano?.

el Presidente que juró (o perjuró), que jamás aumentaría los impuestos, quiere legitimar con un plebiscito el bombardeo que le hará al pueblo, con la bomba atómica tributaria; cuya columna vertebral, seguirán siendo los impuestos indirectos y regresivos, comenzando por el IVA, que es injusto porque grava por igual al pobre que rico; violando de paso el artículo 363 de la constitución política que establece que el sistema tributario se funda sobre los principios de equidad y progresividad; que recaerá fundamentalmente sobre las clases trabajadoras y pensionados, sobre la clase media, pues todos los grupos económicos nacionales y las transnacionales, tienen firmados acuerdos de estabilidad tributaria, que en realidad se rigen por la ley del embudo, ya que ningún nuevo gravamen o un gravamen mayor, podrá aplicárseles; pero si se beneficiarán de cualquier disminución que se haga, por lo que la estabilidad, es siempre “establemente” a su favor.

Para quienes afirman, que el Presidente no está obligado a ser un plebiscito y mucho menos una constituyente, con el argumento de que en el pasado, en otros procesos, también llamados de paz, que como este mantuvieron el modelo económico y la falta de derechos del pueblo, el plebiscito es una dádiva que el santo monarca nos concede a los súbditos colombianos; les recordamos, que hace 2500 años, en la inmortal Atenas, ya habían descubierto que el soberano era el pueblo y no el presidente; que hace 240 años, los revolucionarios norteamericanos reconquistaron la soberanía popular (we people); ejemplo seguido por los revolucionarios franceses, que se vieron obligados a cortarle la cabeza un rey que no lo entendía y que compendió magistralmente Sieyes, “El pueblo en momentos de crisis, debe ser siempre consultado, como árbitro supremo que es, y, si no pudiesen serlo todos los ciudadanos, debe serlo, a través de una representación extraordinaria… “; Que este argumento, es tan deleznable, como decir que porque otros le han robado la soberanía del pueblo, también yo puedo robársela; jurídicamente, una violación de la soberanía popular, no puede justificarse con que otros, antes la han violado; pues todas son violaciones de la constitución; como desde el punto de vista ético, dos males nunca hacen un bien; un robo y otro robo, no hacen un hombre honesto; al contrario lo convierten en un ladrón empedernido.

Durante la paz romana, la paz esclavista, de los esclavos sin derechos, cuenta la biografía de Espartaco el rebelde, que él tampoco quería la guerra, pero la paz que los esclavistas romanos le ofrecían era profundamente indigna, sin derechos, sin libertad, sin igualdad, sin libertad de expresión y que después de mucho reflexionar, consideró que era mejor arriesgar su derecho a la vida, perder la vida, que vivir en la paz romana sin libertad y sin dignidad. Nosotros como Espartaco, sabemos que al ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión, ponemos en riesgo otros derechos, incluido el de la vida, ya que estamos enfrentados a poderosas fuerzas, imperiales, legítimas e ilegítimas que están por el no; o por el sí; que además el debate se realizará frente a hombres armados, del Estado y del no Estado, que el único argumento “fuerte” que tienen, es la razón de la fuerza y que nuestra única arma será la fuerza de la razón; pero que no podemos, por la estigmatización, que nos hagan en sus medios de comunicación, incluido anncol, dejar de expresarnos como hombres libres por una paz con justicia social y en el plebiscito por el voto por la constituyente.



[1] “…Después Leyva quiso negarlo pero fue un conspirador…Al segundo encuentro arribó con el actual ministro Juan Manuel Santos Calderón y su periodista Germán Santamaría, el esmeraldero Víctor Carranza, Hernán Gómez y dos personas más…”

ELECCIONES EN EEUU: “HILLARY CLINTON NO ES EL MAL MENOR, ES EL PEOR MAL DE TODO”


ELECCIONES EN EEUU: “HILLARY CLINTON NO ES EL MAL MENOR, ES EL PEOR MAL DE TODO”

El análisis de James Petras en CX36, 8 de agoto de 2016




Efraín Chury Iribarne: El gusto de recibir en los micrófonos de Radio Centenario a nuestro comentarista internacional, James Petras.


Buen día, ¿cómo estás?

James Petras: Estamos muy bien Chury, en un día espléndido de verano.


EChI: Muy bien, para comenzar te leemos unas líneas para que no des tu parecer: “Israel le negó el permiso para abandonar la Franja de Gaza y viajar con su equipo a los Juegos de Río de Janeiro, al jefe de la delegación olímpica de Palestina Issam Qishta”.

JP: Toda la estructura de los juegos olímpicos es muy corrupta, de arriba abajo, y muy manejada por los poderes occidentales, principalmente los Estados Unidos.
Esta medida que tomaron contra los atletas palestinos, está en la línea de Israel de tratar de debilitar cualquier sentimiento nacional y debilitar el reconocimiento internacional.
Pero el contexto de los olímpicos ha cambiados en los últimos años, cada vez más se convierte en una promoción comercial, tratan de excluir participantes como los rusos que tienen un equipo de primera y los acusaron de usar drogas que no tenía nada que ver con los actuales participantes. Pero como resultado, la presencia norteamericana podrían ganar más medallas, y eso aquí significa –aquí por lo menos- más propaganda nacionalista, chauvinista. Si uno quiere mirar en la televisión los juegos, aquí sólo dan los eventos en los que los estadounidenses ganan o tienen grandes posibilidades de ganar. En otras palabras, los otros equipos, los otros representantes del mundo no aparecen, no existen.
Entonces, la propaganda política, chauvinista, es parte del juego.
Y eso de Israel debería provocar su exclusión de los juegos olímpicos, por poner obstáculos para que otra delegación, y sobre todo la de Palestina, no pueda participar; porque si participan significa que Israel no es el vocero de los palestinos, tienen que reconocer que  hay otra nacionalidad; y el hecho que el Comité Olímpico aceptara el bloqueo a la participación de Palestina particularmente en Brasil, es un indicio de la decadencia que ha tenido ese país desde que (Michel) Temer, el golpista, tomó el gobierno.
Temer es un títere de Washington, que representa los peores aspectos del capitalismo internacional y local.Quiere cumplir con cualquier exigencia que le pidan o sea, en contra de Venezuela, contra Palestina, contra los pueblos en lucha en América Latina, contra el Mercosur.Es un gobierno muy a la derecha, muy extremista. Y por eso es capaz de aceptar estas putadas, como permitir que Israel, un Estado apartheid, un régimen que ha violado todas las normas internacionales, bloqueara a los palestinos. Me parece una gran pérdida para los Olímpicos en el sentido moral, los principios originales de estos juegos.
Creo que cada vez más la gente pierde interés en los Juegos Olímpicos.La gente está harta de la propaganda, la comercialización, las acusaciones, la politización. Recuerdo cuando niño y joven, cómo toda la familia se quedaba a mirar las competencias, las carreras, los atletas, el boxeo, etc.  Y ahora, la gente ha dejado de estar interesada en eso por cómo han degenerado todo el contenido, por la manipulación, la politización, han dejado de tener importancia.


EChI: En Europa aumenta la violencia y el miedo. ¿Cómo analizas esto?

JP: Es algo exagerado.No sé si hay cifras sobre los diferentes asesinatos, homicidios, ataques de desequilibrados. Cualquier ataque ahora pasa a ser ataque terrorista, se profundiza la represión de los derechos civiles.
Ahora, hay algunos casos de masacres que hemos visto, pero también las masacres en el exterior han aumentado; los bombardeos a Siria, los ataques a Libia, las intervenciones en Ucrania. Hay una violencia extendida de Europa a partir de su asociación con Estados Unidos, las acusaciones y la demonización de Rusia; la acusación contra los pueblos islámicos en Medio Oriente. En un caso particular podríamos aceptar que hay más masacres que en el pasado, pero en la totalidad  de los crímenes han aumentado desde occidente, y eso es una relación que coincide: más violencia en el exterior más tendencias a violencia política interna.
Las políticas externas están directamente vinculadas con las violencias internas. Y la emigración que ha salido de los países afectados por la violencia occidental, son los principales exportadores de pueblos buscando otro lugar para vivir y como hay limitaciones en la capacidad de absorber los emigrantes forzados, podríamos prever que van a aumentar los conflictos, no sólo entre los europeos y los inmigrantes, sino entre los inmigrantes y los pueblos internos por los conflictos que hemos visto en la política global.


EChI: ¿Cómo es la situación hoy en Siria? Hay varias informaciones en estos días.

JP: Hay muchas mentiras Chury, no se puede creer nada de lo que publican BBC, New York Times, Le Monde; dicen que los terroristas, que ellos llaman rebeldes, han logrado romper el cerco de las fuerzas sirias; pero las informaciones que nos llegan es que el cerco se mantiene, que las tropas no han tenido el éxito que declararon que se trata más de propaganda que de hechos y que los dirigentes occidentales que fomentan a los terroristas  están buscando un éxito para justificar la intervención.
Pero entendemos que las cosas no son como las dicen, que las noticias sobre los avances de los terroristas son muy exageradas y el hecho es que el cerco se mantiene y que los terroristas están en retroceso.
Cualquier noticia que recibimos de Medio Oriente ya no es más fiable. La propaganda ha alcanzado niveles histéricos y no se puede creer. Por ejemplo, empiezo a leer el new York Times, el Financial Times, y declaran cosas que yo sé por otras fuentes que no son verdaderas.
Entonces el hecho es que Alepo sigue en un gran porcentaje en manos de Siria, que los terroristas están todavía atrapados y que los esfuerzos por declarar victorias o avances, son falsos. Las proclamaciones de que hay reversa sobre la ofensiva del gobierno no tiene sentido.
Me parece importante aclararlo, porque la gente empieza a creer en la propaganda de que los terroristas están a un paso de volver a tomar el control en Alepo, lo que no es para nada verdad.


EChI: Bien, Petras, pasamos a otros temas en los que estés trabajando.
(*)  El sociólogo norteamericano, profesor James Petras, analiza semanalmente la coyuntura internacional en exclusiva en español por CX36 Radio Centenario de Montevideo, Uruguay. Usted puede escuchar en vivo este análisis todos los lunes a las 11:30 hora local por el 1250 AM del dial uruguayo o en www.radio36.com.uy que transmite en vivo on line las 24 horas

JP: Hay dos cosas que incluyen Venezuela.
En Venezuela la situación es muy dramática, muy conflictiva.Cada día hay asesinatos de policías, de soldados y políticos; los derechistas han lanzado una campaña de asesinatos para fomentar el terror y dividir las fuerzas del orden. La situación económica es grave, las filas son enormes, el sabotaje económico está avanzando, y estamos a punto de un levantamiento.
Washington está trabajando noche y día tratando de subvertir al Ejército, que es el principal instrumento en este momento, Washington quiere lanzar un levantamiento de los grupos derechistas para tumbar al gobierno, pero todavía falta que tenga el control de los principales comandos de las distintas fuerzas.
En el momento que Washington consiga subvertir algún sector del Ejército, va a llamar a la OEA, la Organización de Estados Americanos, para que mande lo que ellos llaman “fuerzas de paz” y van a tratar de intervenir tal vez con tropas de Colombia, Brasil y otros países y con sus propios marines para tumbar al gobierno.
No creo que la situación actual pueda continuar más de seis meses más.Creo que en algún momento vamos a ver un enfrentamiento violento, una guerra civil, a los Estados Unidos interviniendo y nadie sabe lo que puede salir de eso, más allá de una contrarrevolución.
Washington busca, a partir de un golpe, una solución final para terminar con el chavismo y es un momento de grandes tensiones, grandes caos.Las ciudades, las calles son cada vez más inseguras tanto por los actos de violencia contra el gobierno como la falta de seguridad sobre los derechos de los ciudadanos.
Estamos ante una situación muy caótica, muy conflictiva y muy peligrosa.


EChI: ¿Las elecciones en Estados Unidos en qué están?

JP: La cosa que sobresale es la cuestión de las minorías que están sufriendo represión policial y el asesinato de ciudadanos de origen afroamericano que ha llegado a cifras históricas. Cada día leemos sobre el tiroteo de la policía contra alguna persona  afroamericana desarmada. Y la incapacidad de la policía de intervenir cuando hay una masacre por ejemplo, la policía desaparece; quieren que la violencia se extienda, para después sembrar más miedo y terror.
Del otro lado tenemos las elecciones, en primera instancia toda la campaña de propaganda en favor de (Hillary) Clinton y demonizando a (Donald) Trump. A pesar de que Trump no ha hecho nada violento contra los musulmanes, y que Clinton es la autora de los ataques contra los islámicos en Libia, Irak, etc.
Ahora, el problema con Trump es que utiliza un lenguaje perjudicial para las críticas que le han hecho; él dice que el gobierno debe enfocarse sobre la economía nacional y propone componer  las relaciones  con Rusia y por eso lo acusan de ser un apoyante de Putin, de ser anti islámico, etc.. Pero el verdadero  enemigo y practicante de violencia ha sido Clinton. Pero muchos latinos han caído en esta trampa, hemos leído a escritores supuestamente progresistas como Atilio Borón y otros, que dicen que Hillary Clinton es mala pero es el mal menor. No es el mal menor, es el peor mal de todos. Y Trump es un político de la derecha, pero que no tiene esos mismos crímenes en las manos.
Nosotros no aceptamos que la alternativa sea Clinton o Trump, la alternativa es el Partido Verde, con la candidatura de Jill Stein, que es una progresista que ha representado al pueblo en muchas luchas y la idea de que sólo tenés que elegir entre Trump y Clinton es mentira.

EChI: Muy bien petras, te agradecemos mucho todo este análisis.

JP: Un abrazo para vosotros, y sigan adelante con el buen trabajo de Radio Centenario.


(*)  El sociólogo norteamericano, profesor James Petras, analiza semanalmente la coyuntura internacional en exclusiva en español por CX36 Radio Centenario de Montevideo, Uruguay. Usted puede escuchar en vivo este análisis todos los lunes a las 11:30 hora local por el 1250 AM del dial uruguayo o en www.radio36.com.uy que transmite en vivo on line las 24 horas.


El Distrito Recupera calles en el Barrio Villa Gladys

Los habitantes del barrio Villa Gladys se beneficiaron con las labores de mantenimiento que se adelantan para recuperar la malla vial local de la ciudad. 

La Administración Distrital, Bogotá Mejor Para Todos, a través de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), rehabilitó las losas de un tramo vial que se encontraban en mal estado.

Las obras se llevaron a cabo en la calle 64 entre la carrera 112 hasta la carrera 112A Bis, en la localidad de Engativá. Según el arquitecto Álvaro Sandoval Reyes, director general (e) de la UMV, “se intervinieron 45.21 metros cuadrados de área, que equivalen a 0.015 Km/carril, con esta obras el distrito trabaja para recuperar la malla vial local mejorando la calidad de vida de cerca de 200 habitantes del sector”.

La misión de la UMV es Mantener y rehabilitar preventiva y correctivamente la malla vial local, producir mezclas asfálticas, atender situaciones imprevistas y brindar apoyo interinstitucional para garantizar una mejor movilidad en beneficio de la ciudad

En el tramo, además se instalaron 7.00 metros cúbicos de concreto, producida por la UMV en su planta. El tramo vial rehabilitado tenía 97 metros de longitud y 6.30 metros de ancho. En el lugar se efectuaron labores de rehabilitación que consisten en excavación, extendida y compactada de la base granular, mezclado y colocación del concreto.

El proyecto pretende que con el levantamiento de nuevas vías “se cambie la calidad del aire y la salud de niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, generando condiciones de equidad de la Bogotá moderna, con esta serie de acciones trabajamos para mejorar la malla vial local de la ciudad”, agregó el arquitecto Sandoval.

La UMV trabaja día a día con el fin de ser reconocida en el 2025 a nivel distrital y nacional, por un adecuado y eficiente mantenimiento y rehabilitación de la malla vial a cargo, contribuyendo al mejoramiento de la movilidad del Distrito Capital con talento humano y recurso logístico en la aplicación de tecnologías apropiadas

viernes, 12 de agosto de 2016

Discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara


Clip aquí para ver el discurso. Discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara




Discurso pronunciado por Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara el 02 de Diciembre de 1972.



" No hay querella de generaciones, hay jóvenes viejos y viejos jóvenes....."



Qué difícil es para mí poder expresar lo que he vivido y sentido en estas breves y largas horas de convivencia con el pueblo mexicano, con su gobierno. Cómo poder traducir lo que nosotros, integrantes de la delegación de nuestra patria, hemos recibido en generosa entrega y como aporte solidario a nuestro pueblo en la dura lucha en que está empeñado.
Yo, más que otros, sé perfectamente bien que esta actitud del pueblo de México nace de su propia historia. Y aquí se ha recordado ya cómo Chile estuvo presente junto a Juárez, el hombre de la independencia mexicana proyectada en ámbito continental; y cómo entendemos perfectamente bien que, además de esta raíz común, que antes fuera frente a los conquistadores, México es el primer país de Latinoamérica que en 1938, a través de la acción de un hombre preclaro de esta tierra y de América Latina, nacionaliza el petróleo a través de la acción del general, presidente Lázaro Cárdenas.
Por eso ustedes, que supieron del ataque alevoso, tuvieron que sentir el llamado profundo de la patria en un superior sentido nacional; por eso ustedes, que sufrieron largamente el embate de los intereses heridos por la nacionalización; por eso ustedes, más que otros pueblos de este continente, comprenden la hora de Chile, que es la misma que ustedes tuvieron en 1938 y los años siguientes. Por eso es que la solidaridad de México nace en su propia experiencia y se proyecta con calidad fraternal frente a Chile, que está hoy realizando el mismo camino liberador que ustedes.
Quiero agradecer las palabras del ingeniero Ignacio Mora Luna, a nombre de los profesores de la Universidad de Guadalajara; las del licenciado Enrique Romero González, a nombre de las autoridades universitarias, y las del compañero Guillermo Gómez Reyes, presidente de la Federación de Estudiantes de esta Universidad.
Bien decía el presidente Echeverría, cuando él señalara que este viaje era conveniente que llegara a conocer la provincia, y eligiera a Jalisco, y me hablara de Guadalajara y de su Universidad. Yo se lo agradecí, y ahora -por cierto- se lo agradezco más. Porque si hemos recibido el afecto cálido del pueblo mexicano, de sus mujeres y de sus hombres, qué puede significar más que estar junto a la juventud, y sentir cómo ella late y presurosamente, con una clara conciencia revolucionaria y antimperialista.
Desde que llegara cerca de esta universidad, ya comprendí perfectamente bien el espíritu que hay en ella, en los letreros de saludo a mi presencia aquí, tan solo como mensajero de mi pueblo, con los cambios, con la lucha por la independencia económica y por la plena soberanía en nuestros pueblos.
Y porque una vez fui universitario, hace largos años, por cierto -no me pregunten cuántos-, porque pasé por la universidad no en búsqueda de un título solamente: porque fui dirigente estudiantil y porque fui expulsado de la universidad, puedo hablarles a los universitarios a distancia de años; pero yo sé que ustedes saben que no hay querella de generaciones: hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, y en éstos me ubico yo.
Hay jóvenes viejos que comprenden que ser universitario, por ejemplo, es un privilegio extraordinario en la inmensa mayoría de los países de nuestro continente. Esos jóvenes viejos creen que la universidad se ha levantado como una necesidad para preparar técnicos y que ellos deben estar satisfechos con adquirir un título profesional. Les da rango social y el arribismo social, caramba, qué dramáticamente peligroso, les da un instrumento que les permite ganarse la vida en condiciones de ingresos superiores a la mayoría del resto de los conciudadanos.
Y estos jóvenes viejos, si son arquitectos, por ejemplo, no se preguntan cuántas viviendas faltan en nuestros países y, a veces, ni en su propio país. Hay estudiantes que con un criterio estrictamente liberal, hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero básicamente en función de sus propios intereses.
Allá hay muchos médicos -y yo soy médico- que no comprenden o no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles y miles de hombres y mujeres en América Latina que no pueden comprar la salud; que no quieren entender, por ejemplo, que a mayor pobreza mayor enfermedad, y a mayor enfermedad mayor pobreza y que, por tanto, si bien cumplen atendiendo al enfermo que demanda sus conocimientos sobre la base de los honorarios, no piensan en que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios y son pocos los que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud ampliamente al pueblo.
De igual manera que hay maestros que no se inquietan en que haya también cientos y miles de niños y de jóvenes que no pueden ingresar a las escuelas. Y el panorama de América Latina es un panorama dramático en las cifras, de su realidad dolorosa.
Llevamos, casi todos los pueblos nuestros, más de un siglo y medio de independencia política, y ¿cuáles son los datos que marcan nuestra dependencia y nuestra explotación? Siendo países potencialmente ricos, la inmensa mayoría somos pueblos pobres.
En América Latina, continente de más de 220 millones de habitantes, hay cien millones de analfabetos y semianalfabetos.
En este continente hay más de 30 millones de cesantes absolutos, y la cifra se eleva por sobre 60 millones tomando en consideración aquellos que tienen trabajos ocasionales.
En nuestro continente 53% de la población según algunos, y según otros 57%, se alimenta en condiciones por debajo de lo normal. En América Latina faltan más de 26 millones de viviendas.
En estas circunstancias cabe preguntar, ¿cuál es el destino de la juventud? Porque este continente es un continente joven. 51% de la población de América Latina está por debajo de los 27 años, por eso puedo decir -y ojalá me equivoque- que ningún gobierno e incluyo, por cierto, el mío y todos los anteriores de mi patria, ha podido solucionar los grandes déficit, las grandes masas de nuestro continente en relación con la falta de trabajo, la alimentación, la vivienda, la salud. Para qué hablar de la recreación y del descanso.
En este marco que encierra y aprisiona a nuestros pueblos hace un siglo y medio, es lógico que tengan que surgir, desde el dolor y el sufrimiento de las masas, anhelos de alcanzar niveles de vida y existencia y de cultura.
Si hoy tenemos las cifras que aquí he recordado, ¿qué va a ocurrir si las cosas no cambian cuando seamos 360 ó 600 millones de habitantes? En un continente en donde la explosión demográfica está destinada a compensar la alta mortalidad infantil, los pueblos así se defienden; pero a pesar de ello aumenta vigorosamente la población de nuestros países, y el avance tecnológico en el campo de la medicina ha elevado -y también al mejorarse condiciones de vida ha mejorado- el promedio de nuestra existencia que, por cierto, es muy inferior al de los países del capitalismo industrial y a los países socialistas.
Pero ningún gobierno de este continente -democráticos los hay pocos, pseudodemocráticos hay más, dictatoriales también los hay-, ningún gobierno ha sido capaz de superar los grandes déficit, reconociendo, por cierto, que han hecho esfuerzos indiscutiblemente laudatorios por gobierno, y especialmente por los gobiernos democráticos, porque escuchan la voz, la protesta, el anhelo de los pueblos mismos para avanzar en la tentativa frustrada y hacer posible que estos déficit no sigan pesando sobre nuestra existencia.
¿Y por qué sucede esto? Porque somos países monoproductores en la inmensa mayoría: somos los países del cacao, del banano, del café, del estaño, del petróleo o del cobre. Somos países productores de materias primas e importadores de artículos manufacturados; vendemos barato y compramos caro.
Nosotros, al comprar caro estamos pagando el alto ingreso que tiene el técnico, el empleado y el obrero de los países industrializados. Además, en la inmensa mayoría de los casos, como las riquezas fundamentales están en manos del capital foráneo, se ignoran los mercados, no se interviene en los precios, ni en los niveles de producción. La experiencia la hemos vivido nosotros en el cobre, y ustedes en el petróleo.
Somos países en donde el gran capital financiero busca, y encuentra, por complacencia culpable muchas veces de gente que no quiere entender su deber patriótico, la posibilidad de obtenerlo.
¿Por qué? ¿Qué es el imperialismo, compañeros jóvenes? Es la concentración del capital en los países industrializados que alcanzando la fuerza de capital financiero, abandonan las inversiones en las metrópolis económicas, para hacerlo en nuestros países y, por lo tanto, este capital que en su propia metrópoli tiene utilidades muy bajas, adquiere grandes utilidades en nuestras tierras, porque, además, muchas veces las negociaciones son entre las compañías que son dueñas de éstas y que están más allá de nuestras fronteras.
Entonces, somos países que no aprovechamos los excedentes de nuestra producción, y este continente ya conoce, no a través de los agitadores sociales con apellido político, como el que yo tengo de socialista, sino a través de las cifras de la CEPAL, organismo de las Naciones Unidas, que en la última década -no puedo exactamente decir si de 1950 a1960 o de 1956 a 1966-, América Latina exportó mucho más capitales que los que ingresaron en ella.
De esta manera se ha ido produciendo una realidad que es común en la inmensa mayoría de todos nuestros pueblos: somos países ricos potencialmente, y vivimos como pobres. Para poder seguir viviendo, pedimos prestado. Pero al mismo tiempo somos países exportadores de capitales. Paradoja típica del régimen en el sistema capitalista.
Por ello, entonces, es indispensable comprender que dentro de esta estructura, cuando internacionalmente los países poderosos viven y fortalecen su economía de nuestra pobreza, cuando los países financieramente fuertes necesitan de nuestras materias primas para ser fuertes, cuando la realidad de los mercados y los precios lleva a los pueblos de éste y otros continentes, a endeudarse, cuando la deuda de los países del Tercer Mundo alcanza la fantástica cifra de 95 mil millones de dólares, cuando a mi país, país democrático, con muy sólidas instituciones, país que tiene un Congreso en funciones hace 160 años, país en donde las Fuerzas Armadas -igual que en México- son fuerzas armadas profesionales, respetuosas de la ley y la voluntad popular; cuando mi país, que es el segundo productor de cobre en el mundo y tiene las más grandes reservas de cobre del mundo y tiene la más grande mina de tajo abierto del mundo y tiene la más grande mina subterránea del mundo, Chuquicamata y El Teniente; cuando mi país se ha visto obligado a endeudarse con una deuda externa per cápita que sólo puede ser superada por la deuda que tiene Israel, que podemos estimar que está en guerra; cuando yo debía haber cancelado este año para amortizar y pagar los intereses de esa deuda 420 millones de dólares, que significan más de 30 por ciento del presupuesto de ingresos, uno puede colegir que es imposible que pueda esto seguir y que esta realidad se mantenga.
Si a ello se agrega que los países poderosos fijan las normas de la comercialización, controlan los fletes, imponen los seguros, dan los créditos ligados que implica la obligación de invertir un alto porcentaje en esos países; si además sufrimos las consecuencias que emanan y que cuando los países poderosos, o el país más poderoso, del capitalismo estiman necesario devaluar su moneda, las consecuencias las pagamos nosotros, y si tiembla el mercado del dinero en los países industrializados, las consecuencias son mucho más fuertes, mucho más duras y pesan más sobre nuestros pueblos. Si el precio de las materias primas baja, el precio de los artículos manufacturados, y aún los alimentos, suben; cuando el precio de los alimentos sube, nos encontramos que hay barreras aduaneras que impiden que algunos países que pueden exportar productos agropecuarios lleguen a los mercados de consumo, los países industriales.
El caso de mi patria es elocuente: nosotros producimos entre la gran minería, cerca de 750 mil toneladas de cobre. Entre Zambia, Perú, Zaire y Chile, signatarios de lo que se llama CIPEC, entre estos cuatro países se produce 70% del cobre que se comercializa en el mundo, más de tres millones de toneladas, pero el precio del cobre se fija en la bolsa de Londres y se transa tan sólo 200 mil toneladas. Y Chile hace tres años, por ejemplo, tuvo un promedio de precio de la libra de cobre año, superior a los 62 centavos, y cada centavo que suba o baje el precio de la libra de cobre, significa 18 millones de dólares más o menos de ingreso para nuestro país.
El año 1971, el precio del cobre, del último año de gobierno del presidente Frei, fue de 59 centavos la libra. En el primer año del Gobierno Popular fue tan solo de 49. Este año, seguramente no va a alcanzar más allá de 47,4; pero en valores reales, después de la devaluación del dólar, este promedio será, a lo sumo, 45. Y el costo de producción nuestro, a pesar de que son minas con un alto porcentaje de riqueza minera y están cerca del mar, rodea los 45 centavos en algunas de ellas; y es, por cierto, más alto por una técnica inferior en la producción de la pequeña y mediana minería.
He puesto este ejemplo porque es muy claro. Nosotros, que tenemos un presupuesto de divisas superior a muchos países latinoamericanos, que tenemos una extensión de tierra que podría alimentar, y debería alimentar, a 20 a 25 millones de habitantes, hemos tenido que importar, desde siempre -por así decirlo-, carne trigo, grasa, mantequilla y aceite: 200 millones de dólares al año.
Y desde que estamos en el Gobierno Popular, tenemos que importar más alimentos; porque tenemos conciencia que importar más alimentos que aún importando como lo hicieron los gobiernos anteriores, 200 millones de dólares al año, en Chile el 43 por ciento de la población se alimentaba por debajo de lo normal. Y aquí, esta casa de hermanos, yo, que soy médico, que he sido profesor de medicina social y el presidente durante cinco años del Colegio Médico de Chile, puedo dar una cifra que no me avergüenza, pero que sí me duele, en mi patria, porque hay estadísticas y no las ocultamos: hay 600 mil niños que tienen un desarrollo mental por debajo de lo normal.
Si acaso un niño en los primeros ocho meses de su vida no recibe la proteína necesaria para su desarrollo corporal y cerebral, si ese niño no recibe esa proteína, se va a desarrollar en forma diferente al niño que pudo tenerla, y que lógicamente es casi siempre el hijo de un sector minoritario, de un sector poderoso económicamente. Si a ese niño que no recibió la proteína suficiente, después de los ocho meses se la da, puede recuperar y normalizar el desarrollo normal de su cerebro.
Por eso muchas veces los maestros o las maestras en su gran labor -yo siempre vinculo a los maestros y a los médicos como profesionales de una gran responsabilidad-, muchas veces los maestros o las maestras ven que el niño no asimila, no entiende, no aprende, no retiene; y no es porque ese niño no quiera aprender o estudiar: es porque cae en condiciones de menor valía, y eso es consecuencia de un régimen y de un sistema social; porque por desgracia, hasta el desarrollo de la inteligencia está marcado por la ingestión de los alimentos, fundamentalmente los primeros ocho meses de la vida. Y cuántas son las madres proletarias que no pueden amamantar a sus hijos, cuando nosotros los médicos sabemos que el mejor alimento es la leche de la madre, y no lo pueden hacer porque viven en las poblaciones marginales, porque sus compañeros están cesantes y porque ella recibe el subalimento, como madres ellas están castigadas en sus propias vidas, y lo que es más injusto, en la vida de sus propios hijos, por eso, claro.
Los gobiernos progresistas, como los nuestros, avanzamos en iniciativas que tienen un contenido, pero que indiscutiblemente es un paliativo; por ejemplo, en mi país está la asignación familiar prenatal, se paga a la mujer que está esperando familia desde el tercer mes del embarazo; se hace real desde el quinto, donde puede comprobar que efectivamente está esperando familia. Esto tiene un doble objetivo: que tenga un ingreso que se entrega a la madre para que pueda ella alimentarse mejor. Y en la etapa final, comprar algo para lo que podríamos llamar la mantilla, los pañales del niño.
Y, por otra parte, para recibir este estipendio, que es un sobresalario, requiere un control médico y, por lo tanto, obliga a la madre a ir a controlarse. Y en ese caso, si la madre está, y es tratada oportunamente, el hijo nace sano. Y, además se le dan las más elementales nociones sobre el cuidado del niño. Y tenemos la asignación familiar que se paga también desde que el niño nace hasta que termina de estudiar, si estudia.
Pero no hemos podido, por ejemplo, nosotros, nivelar la asignación familiar, porque un Congreso que representa, no a los trabajadores en su mayoría, establece, como siempre, leyes discriminatorios. Y en mi patria había asignación diferente para bancarios, para empleados públicos, particulares, Fuerzas Armadas, obreros y campesinos. Nosotros levantamos la idea justa: una asignación familiar igual para todos. Y eso, con generosidad. Pero pensar que la asignación familiar sea más alta para los sectores que tienen más altos ingresos, es una inconsecuencia y una brutal injusticia.
Hemos logrado nivelar la asignación familiar de obreros, campesinos, Fuerzas Armadas y empleados públicos, pero queda distante todavía la asignación familiar de empleados particulares, y un sector de ellos, es un avance, pero no basta, porque si bien es cierto, entregamos mejores condiciones para defender el equilibrio biológico cuando se alimenta mejor el niño; y gracias a esta asignación familiar, también es cierto que el proceso del desarrollo universitario en el caso de la medicina -y lo pongo como ejemplo- conlleva a establecer que nosotros carecemos de los profesionales suficientes para darle atención a todo el pueblo, desde el punto de vista médico.
En Chile hay 4.600 médicos; deberíamos ser ocho mil médicos, en Chile faltan, entonces, tres mil médicos. En Chile faltan más de 6.000 dentistas. En ningún país de América Latina -y lo digo con absoluta certeza- hay ningún servicio público estatal que haga una atención médica dental con sentido social. Se limitan en la mayoría de los países, si es que tienen esos servicios, a la etapa inicial previa, básica, simple, sencilla, de la extracción. Y si hay algo que yo he podido ver con dolor de hombre y conciencia de médico, cuando he ido a las poblaciones, es a las compañeras trabajadoras, a las madres proletarias, gritar con esperanza nuestros gritos de combate, y darme cuenta, por desgracia, cómo sus bocas carecen de la inmensa mayoría de los dientes.
Y los niños también sufren esto. Por ello, entonces, y sobre la base tan solo de estos ejemplos simples, nosotros tenemos que entender que cuando hablamos de una universidad que entiende que para que termine esta realidad brutal que hace más de un siglo y medio pesa sobre nosotros, en los cambios estructurales económicos se requiere un profesional comprometido con el cambio social; se requiere un profesional que no se sienta un ser superior porque sus padres tuvieron el dinero suficiente para que él ingresara a una universidad; se necesita un profesional con conciencia social que entienda que su lucha, si es arquitecto, es para que se construyan las casas necesarias que el pueblo necesita. Se necesita un profesional que, si es médico, levante su voz para reclamar que la medicina llegue a las barriadas populares y, fundamentalmente, a los sectores campesinos.
Se necesitan profesionales que no busquen engordar en los puestos públicos, en las capitales de nuestras patrias. Profesionales que vayan a la provincia, que se hundan en ella.
Por eso yo hablo así aquí en esta Universidad de Guadalajara, que es una universidad de vanguardia, y tengo la certeza que la obligación patriótica de ustedes es trabajar en la provincia, fundamentalmente, vinculada a las actividades económicas, mineras o actividades industriales o empresariales, o a las actividades agrícolas; la obligación del que estudió aquí es no olvidar que ésta es una universidad del Estado que la pagan los contribuyentes, que en la inmensa mayoría de ellos son los trabajadores. Y que por desgracia, en esta universidad, como en las universidades de mi patria, la presencia de hijos de campesinos y obreros alcanza un bajo nivel, todavía.
Por eso, ser joven en esta época implica una gran responsabilidad, ser joven de México o de Chile; ser joven de América Latina, sobre todo en este continente que, como he dicho, está marcado por un promedio que señala que somos un continente joven. Y la juventud tiene que entender que no hay lucha de generaciones, como lo dijera hace un instante; que hay un enfrentamiento social, que es muy distinto, y que pueden estar en la misma barricada de ese enfrentamiento los que hemos pasado -y yo pasé muy poquito de los 60 años; guárdenme el secreto- de los sesenta años y los jóvenes que puedan tener 13 ó 20.
No hay querella de generaciones, y eso es importante que yo lo diga. La juventud debe entender su obligación de ser joven, y si es estudiante, darse cuenta que hay otros jóvenes que, como él, tienen los mismos años, pero que no son estudiantes. Y si es universitario con mayor razón mirar al joven campesino o al joven obrero, y tener un lenguaje de juventud, no un lenguaje sólo de estudiante universitario, para universitarios.
Pero el que es estudiante tiene una obligación porque tiene más posibilidades de comprender los fenómenos económicos y sociales y las realidades del mundo; tiene la obligación de ser un factor dinámico del proceso de cambio, pero sin perder los perfiles, también, de la realidad.
La revolución no pasa por la universidad, y esto hay que entenderlo; la revolución pasa por las grandes masas; la revolución la hacen los pueblos; la revolución la hacen, esencialmente, los trabajadores.
Y yo comparto el pensamiento que aquí se ha expresado -y el presidente Echeverría lo ha señalado muchas veces-, que yo también lo he dicho en mi patria, allá luchamos por los cambios dentro de los marcos de la democracia burguesa, con dificultades mucho mayores, en un país donde los poderes del Estado son independientes, y en el caso nuestro, la Justicia, el Parlamento y el Ejecutivo. Los trabajadores que me eligieron están en el gobierno; nosotros controlamos una parte del Poder Ejecutivo, somos minoría en el Congreso. El Poder Judicial es autónomo, y el Código Civil de mi patria tiene 100 años. Y si yo no critico en mi patria al Poder Judicial, menos lo voy a hacer aquí. Pero indiscutiblemente, hay que pensar que estas leyes representaban otra época y otra realidad, no fueron leyes hechas por los trabajadores que estamos en el gobierno: fueron hechas por los sectores de la burguesía, que tenían el Ejecutivo, el poder económico y que eran mayoría en el Congreso Nacional.
Sin embargo, la realidad de Chile, su historia y su idiosincrasia, sus características, la fortaleza de su institucionalidad, nos llevó a los dirigentes políticos a entender que en Chile no teníamos otro camino que el camino de la lucha electoral -y ganamos por ese camino-, que muchos no compartían, fundamentalmente como consecuencia del pensamiento generado en este continente, después de la Revolución Cubana, y con la asimilación, un poco equivocada, de la divulgación de tácticas, en función de la interpretación que hacen los que escriben sobre ellas, nos hemos encontrado en muchas partes, y ahora se ha dejado un poco, la idea del foquismo, de la lucha guerrillera o del ejército popular.
Yo tengo una experiencia que vale mucho. Yo soy amigo de Cuba; soy amigo, hace 10 años, de Fidel Castro; fui amigo del comandante Ernesto Che Guevara. Me regaló el segundo ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas; el primero se lo dio a Fidel. Yo estaba en Cuba cuando salió, y en la dedicatoria que me puso dice lo siguiente: A Salvador Allende, que por otros medios trata de obtener lo mismo. Si el comandante Guevara firmaba una dedicatoria de esta manera, es porque era un hombre de espíritu amplio que comprendía que cada pueblo tiene su propia realidad, que no hay receta para hacer revoluciones. Y por lo demás, los teóricos del marxismo -y yo declaro que soy un aprendiz tan solo; pero no niego que soy marxista- también trazan con claridad los caminos que pueden recorrerse frente a lo que es cada sociedad, cada país.
De allí, entonces, que es útil que la juventud, y sobre todo la juventud universitaria, que no puede pasar por la universidad al margen de los problemas de su pueblo, entienda que no puede hacerse del balbuceo doctrinario la enseñanza doctrinaria, de entender que el denso pensamiento de los teóricos de las corrientes sociológicas o económicas requieren un serio estudio; que si es cierto que no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria, no puede haber la aplicación voluntaria o la interpretación de la teoría adecuándola a lo que la juventud o el joven quiere. Que tiene que mirar lo que pasa dentro de su país y más allá de la frontera, y comprender que hay realidades que deben ser meditadas y analizadas.
Cuando algunos grupos en mi patria, un poco más allá de la Unidad Popular, en donde hay compañeros jóvenes en cuya lealtad revolucionaria yo creo, pero en cuya concepción de la realidad no creo, hablan, por ejemplo, de que en mi país debería hacerse lo mismo que se ha hecho en otros países que han alcanzado el socialismo, yo les he hecho esta pregunta en voz alta: ¿Por qué, por ejemplo, un país como es la República Popular China, poderoso país, extraordinariamente poderoso país, ha tenido que tolerar la realidad de que Taiwán o de que Formosa esté en manos de Chian-Kai-Shek? ¿Es que acaso la República Popular China no tiene los elementos bélicos, por así decirlo, lo suficientemente poderosos para haber, en dos minutos, recuperado Taiwán, llamado Formosa? ¿Por qué no lo ha hecho? Porque, indiscutiblemente hay problemas superiores de la responsabilidad política; porque al proceder así, colocaba a la República Popular China en el camino de una agresión que podría haber significado un daño para el proceso revolucionario, y quizá una conflagración mundial.
¿Quién puede dudar de la voluntad de acción, de la decisión, de la conciencia revolucionaria de Fidel Castro? ¿Y por qué la bahía de Guantánamo no la ha tomado? Porque no puede ni debe hacerlo, porque expondría a su revolución y a su patria a una represalia brutal.
Entonces, uno se encuentra a veces con jóvenes, y los que han leído el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato debajo del brazo, creen que lo han asimilado y dictan cátedra y exigen actitudes y critican a hombres, que por lo menos, tienen consecuencia en su vida. Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil.
Un ejemplo personal: yo era un orador universitario de un grupo que se llama Avance; era el grupo más vigoroso de la izquierda. Un día se propuso que se firmara, por el grupo Avance un manifiesto -estoy hablando del año 1931- para crear en Chile los soviets de obreros, campesinos, soldados y estudiantes. Yo dije que era una locura, que no había ninguna posibilidad, que era una torpeza infinita y que no quería, como estudiante, firmar algo que mañana, como un profesional, no iba a aceptar.
Éramos 400 los muchachos de la universidad que estábamos en el grupo Avance, 395 votaron mi expulsión; de los 400 que éramos, sólo dos quedamos en la lucha social. Los demás tienen depósitos bancarios, algunos en el extranjero; tuvieron latifundios -se los expropiamos-; tenían acciones en los bancos -también se los nacionalizamos-, y a los de los monopolios les pasó lo mismo. Pero en el hecho, dos hemos quedado; y a mí me echaron por reaccionario; pero los trabajadores de mi patria me llaman el compañero presidente.
Por eso, el dogmatismo, el sectarismo, debe ser combatido; la lucha ideológica debe llevarse a niveles superiores, pero la discusión para esclarecer, no para imponer determinadas posiciones. Y, además, el estudiante universitario tiene una postura doctrinaria y política, tiene, fundamentalmente, no olvidarse que precisamente la revolución necesita los técnicos y los profesionales.
Ya Lenin lo dijo -yo he aumentado la cifra para impactar más en mi patria-, Lenin dijo que un profesional, un técnico, valía por 10 comunistas; yo digo que por 50, y por 80 socialistas. Yo soy socialista. Les duele mucho a mis compañeros que yo diga eso; pero lo digo, ¿por qué? Porque he vivido una politización en la universidad, llevada a extremos tales que el estudiante olvida su responsabilidad fundamental; pero una sociedad donde la técnica y la ciencia adquieren los niveles que ha adquirido la sociedad contemporánea, ¿cómo no requerir precisamente capacidad y capacitación a los revolucionarios? Por lo tanto, el dirigente político universitario tendrá más autoridad moral, si acaso es también un buen estudiante universitario.
Yo no le he aceptado jamás a un compañero joven que justifique su fracaso porque tiene que hacer trabajos políticos: tiene que darse el tiempo necesario para hacer los trabajos políticos, pero primero están los trabajos obligatorios que debe cumplir como estudiante de la universidad. Ser agitador universitario y mal estudiante, es fácil; ser dirigente revolucionario y buen estudiante, es más difícil. Pero el maestro universitario respeta al buen alumno, y tendrá que respetar sus ideas, cualesquiera que sean.
Por eso es que la juventud contemporánea, y sobre todo la juventud de Latinoamérica, tiene una obligación contraída con la historia, con su pueblo, con el pasado de su patria. La juventud no puede ser sectaria: la juventud tiene que entender, y nosotros en Chile hemos dado un paso trascendente: la base política de mi gobierno está formada por marxistas, por laicos y cristianos, y respetamos el pensamiento cristiano; interpreta el verbo de Cristo, que echó a los mercaderes del templo.
Claro que tenemos la experiencia de la iglesia, vinculada al proceso de los países poderosos del capitalismo e, incluyendo, en los siglos pasados y en la primera etapa de éste, no a favor de los humildes como lo planteaba el maestro de Galilea; pero sí los tiempos han cambiado y la conciencia cristiana está marcando la consecuencia por el pensamiento honesto, en la acción honesta, los marxistas podemos coincidir en etapas programáticas como pueden hacerla los laicos y lo hemos hecho en nuestra patria -y nos está yendo bien-, y conjugamos una misma actitud y un mismo lenguaje frente a los problemas esenciales del pueblo.
Porque un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros; por eso el sectarismo, el dogmatismo, el burocratismo, que congela las revoluciones, y ése es un proceso de concientización que es muy profundo y que debe comenzar con la juventud: pero la juventud está frente a problemas que no son sólo económicos, sino son problemas que lamentablemente se manifiestan con mayor violencia destructiva en el mundo contemporáneo.
El escapismo, el drogadismo, el alcoholismo. ¿Cuántos son los jóvenes, de nuestros jóvenes países, que han caído en la marihuana, que es más barata que la cocaína y más fácil de acceso?, ¿pero cuántos son los jóvenes de los países industrializados? El porcentaje, no sólo por la densidad de población, sino por los medios económicos, es mucho mayor.
¿Qué es esto, qué significa, por qué la juventud llega a eso? ¿Hay frustración? ¿Cómo es posible que el joven no vea que su existencia tiene que tener un destino muy distinto al que escabulle su responsabilidad? ¿Cómo un joven no va a mirar, en el caso de México, a Hidalgo o a Juárez, a Zapata o a Villa, o a Lázaro Cárdenas? ¡Cómo no entender que esos hombres fueron jóvenes también, pero que hicieron de sus vidas un combate constante y una lucha permanente!
¿Cómo la juventud no sabe que su propio porvenir está cercado por la realidad económica, que marca los países dependientes? Porque si hay algo que debe preocuparnos, también, a los gobernantes, es no seguir entregando cesantes ilustrados a nuestra sociedad.
¿Cuántos son los miles de jóvenes que egresan de los politécnicos o de las universidades que no encuentran trabajo? Yo leí hace poco un estudio de un organismo internacional importante, que señala que para América Latina, en el final de esta década se necesitaban -me parece- cerca de seis millones de nuevas ocupaciones, en un continente en donde la cesantía marca los niveles que yo les he dicho. Los jóvenes tienen que entender, entonces, que están enfrentados a estos hechos y que deben contribuir a que se modifiquen las condiciones materiales, para que no haya cesantes ilustrados, profesionales con títulos de arquitectos sin construir casas, y médicos sin atender enfermos, porque no tienen los enfermos con qué pagarles, cuando lo único que faltan son médicos para defender el capital humano, que es lo que más vale en nuestros países.
Por eso, repito -y para terminar mis palabras-, dando excusas a ustedes por lo excesivo de ellas, que yo que soy un hombre que pasó por la universidad, he aprendido mucho más de la universidad de la vida: he aprendido de la madre proletaria en las barriadas marginales; he aprendido del campesino, que sin hablarme, me dijo la explotación más que centenaria de su padre, de su abuelo o de su tatarabuelo; he aprendido del obrero, que en la industria es un número o era un número y que nada significaba como ser humano, y he aprendido de las densas multitudes que han tenido paciencia para esperar.
Pero la injusticia no puede seguir marcando, cerrando las posibilidades del futuro a los pueblos pequeños de éste y de otros continentes. Para nosotros, las fronteras deben estar abolidas y la solidaridad debe expresarse con respeto a la autodeterminación y la no intervención, entendiendo que puede haber concepciones filosóficas y formas de gobierno distintas, pero que hay un mandato que nace de nuestra propia realidad que nos obliga -en el caso de este continente- a unirnos; pero mirar más allá, inclusive de América Latina y comprender que nacer en Africa en donde hay todavía millones y millones de seres humanos que llevan una vida inferior a la que tienen los más postergados y pretéridos seres de nuestro continente.
Hay que entender que la lucha es solidaria en escala mundial, que frente a la insolencia imperialista sólo cabe la respuesta agresiva de los países explotados.
Ha llegado el instante de darse cuenta cabalmente que los que caen luchando en otras partes por hacer de sus patrias países independientes, como ocurre en Vietnam, caen por nosotros con su gesto heroico.
Por eso, sin decir que la juventud será la causa revolucionaria y el factor esencial de las revoluciones, yo pienso que la juventud por ser joven, por tener una concepción más diáfana, por no haberse incorporado a los vicios que traen los años de convivencia burguesa, porque la juventud debe entender que debe ser estudiante y trabajadora; porque el joven debe ir a la empresa, a la industria o a la tierra. Porque ustedes deben hacer trabajos voluntarios; porque es bueno que sepa el estudiante de medicina cuánto pesa un fardo que se echa a la espalda el campesino que tiene que llevarlo a veces, a largas distancias; porque es bueno que el que va a ser ingeniero se meta en el calor de la máquina, donde el obrero a veces, en una atmósfera inhóspita, pasa largos y largos años de su oscura existencia; porque la juventud debe estudiar y debe trabajar -porque el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca, hace que se compenetre el que va a ser profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas de los que, por generaciones, trabajaron la tierra-.
Gracias, presidente y amigos por haberme dado la oportunidad de fortalecer mis propias convicciones, y la fe en la juventud frente a la actitud de ustedes.
Gracias por comprender el drama de mi patria, que es como dijera Pablo Neruda, un Vietnam silencioso; no hay tropas de ocupación, ni poderosos aviones nublan los cielos limpios de mi tierra, pero estamos bloqueados económicamente, pero no tenemos créditos, pero no podemos comprar repuestos, pero no tenemos cómo comprar alimentos y nos faltan medicamentos, y para derrotar a los que así proceden, sólo cabe que los pueblos entiendan quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos.
Yo sé, por lo que he vivido, que México ha sido y será -gracias por ello- amigo de mi patria.