lunes, 8 de agosto de 2016

Ni por el SÍ de Santos, ni por el NO de Uribe, por una Asamblea Constituyente

Santos va a convocar un plebiscito sobre el acuerdo que está negociando con las Farc y que está próximo a firmarse. Los trabajadores y sectores populares debemos fijar una posición sobre ese plebiscito. Este mecanismo de “consulta” es de todos el más antidemocrático porque no permite opinar y solo le da al votante dos opciones: SI o NO.
Votar por el SÍ significa apoyar al gobierno de Santos y el acuerdo con las Farc, cuyo contenido de fondo es respaldar sus planes económicos y políticos que favorecen fundamentalmente a los terratenientes, a los empresarios y a las multinacionales, en desmedro de la situación de los trabajadores y los pobres. Por eso no debemos apoyar el SÍ.
Votar por el NO significa el rechazo a que se termine el conflicto armado que ha producido muerte, desplazamiento y expropiación de la tierra al campesinado pobre, entre otros crímenes. Uribe y su sector se decidió por la opción del NO para lograr más impunidad para sus crímenes, al pretender que se negocie otro acuerdo más benévolo para sus intereses. El NO representa la negativa a entregar las tierras usurpadas y la negativa a que las FARC se integren a la vida política legalmente con garantías democráticas. Por eso la del NO es una opción que tampoco debemos apoyar.
La abstención en general significa indiferencia. En este caso en particular puede ser una forma de expresar el rechazo a Santos y a Uribe, o pretender golpear el umbral para que no alcance la aprobación como lo había contemplado Uribe. Pero no debemos quedarnos simplemente en el rechazo. Debemos proponer una alternativa. Gane el Si o gane el NO, de todas formas la negociación con las Farc seguirá adelante porque ya manifestaron que no volverán a la lucha armada y negociarán para reintegrarse a la actividad política legal, por lo que en realidad el cese del conflicto no está en juego como nos quieren hacer creer.
No debemos caer en lo que ya cayó la burocracia sindical y la izquierda reformista: apoyaron a Santos en la segunda vuelta de las pasadas elecciones para su reelección. Hoy siguen hipotecados y están llamando a apoyar el SÍ. Es decir a apoyar el plan de Santos. Esa es la razón por la cual se oponen a centralizar las luchas en un paro nacional contra el gobierno. Es la razón por la cual no buscan mecanismos para unificar los conflictos, y cuando comienza a manifestarse el inconformismo popular, convocan jornadas controladas para descomprimir el descontento social, o eventos controlados con declaraciones amañadas como el encuentro nacional de organizaciones sociales y políticas de julio.
Por las consideraciones antes señaladas proponemos una campaña desde el punto de vista y los intereses de la clase trabajadora. Por la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente libre, amplia, democrática y soberana, conquistada mediante la movilización y la lucha, cuyos diputados constituyentes sean los dirigentes de las luchas y conflictos, no los que detentan el poder económico y político mediante un proceso electoral controlado por ellos.
Esa Constituyente, con ese carácter, puede discutir y legislar sobre los problemas sociales más sentidos por la clase trabajadora y los pobres. En ella los socialistas propondremos un programa que incluya entre otros puntos los siguientes:
1. Reforma agraria democrática y radical expropiando a los terratenientes y a las multinacionales.
2. No a la impunidad, castigo a los culpables del genocidio paramilitar.
3. Amplias libertades democráticas, que se desmonten los aparatos represivos como el Esmad y los paramilitares.
4. Ruptura de los pactos con el imperialismo y no pago de la fraudulenta deuda externa.
5. Distribución de las horas de trabajo entre toda la población económicamente activa para resolver el problema del empleo y garantizar estabilidad laboral.
5. Estatización y gratuidad en salud, educación y transporte.
6. Vivienda digna para la población, garantizada por el Estado.
7. Alza general de salarios y que el mínimo se corresponda con el costo de la canasta familiar.
8. Eliminación de los impuestos indirectos e implementación de fuertes impuestos progresivos para los burgueses.

Juan de la Cruz Sánchez R., vocero de la campaña del PST ante el plebiscito que convocará el gobierno para refrendar los acuerdos con las FARC en La Habana

En el vídeo a continuación, Juan de la Cruz Sánchez R., vocero de la campaña del PST ante el plebiscito que convocará el gobierno para refrendar los acuerdos con las FARC en La Habana, presenta la ÚNICA propuesta realmente independiente, desde una perspectiva de los trabajadores, las víctimas, los explotados y oprimidos para no quedar hipotecado ni al gobierno ni a la fracción burguesa de Uribe: ¡Ni por el SI de Santos, ni por el NO de Uribe; ¡por una Asamblea Constituyente que decida sobre los grandes problemas que aquejan a millones: salud, educación, vivienda, tierra para el campesina, garantías democráticas para la libre actividad política; incluyendo la incorporación de la guerrilla a la actividad política legal. https://youtu.be/LhoS2XRng8M

viernes, 5 de agosto de 2016

Ni por el SÍ de Santos, ni por el NO de Uribe, por una Asamblea Constituyente

Boletín P.S.T . Colombia 
Lo publicamos como parte de nuestro deseo de objetividad y responsabilidad.


Santos va a convocar un plebiscito sobre el acuerdo que está negociando con las Farc y que está próximo a firmarse. Los trabajadores y sectores populares debemos fijar una posición sobre ese plebiscito. Este mecanismo de “consulta” es de todos el más antidemocrático porque no permite opinar y solo le da al votante dos opciones: SI o NO.
Votar por el SÍ significa apoyar al gobierno de Santos y el acuerdo con las Farc, cuyo contenido de fondo es respaldar sus planes económicos y políticos que favorecen fundamentalmente a los terratenientes, a los empresarios y a las multinacionales, en desmedro de la situación de los trabajadores y los pobres. Por eso no debemos apoyar el SÍ.
Votar por el NO significa el rechazo a que se termine el conflicto armado que ha producido muerte, desplazamiento y expropiación de la tierra al campesinado pobre, entre otros crímenes. Uribe y su sector se decidió por la opción del NO para lograr más impunidad para sus crímenes, al pretender que se negocie otro acuerdo más benévolo para sus intereses. El NO representa la negativa a entregar las tierras usurpadas y la negativa a que las FARC se integren a la vida política legalmente con garantías democráticas. Por eso la del NO es una opción que tampoco debemos apoyar.
La abstención en general significa indiferencia. En este caso en particular puede ser una forma de expresar el rechazo a Santos y a Uribe, o pretender golpear el umbral para que no alcance la aprobación como lo había contemplado Uribe. Pero no debemos quedarnos simplemente en el rechazo. Debemos proponer una alternativa. Gane el Si o gane el NO, de todas formas la negociación con las Farc seguirá adelante porque ya manifestaron que no volverán a la lucha armada y negociarán para reintegrarse a la actividad política legal, por lo que en realidad el cese del conflicto no está en juego como nos quieren hacer creer.
No debemos caer en lo que ya cayó la burocracia sindical y la izquierda reformista: apoyaron a Santos en la segunda vuelta de las pasadas elecciones para su reelección. Hoy siguen hipotecados y están llamando a apoyar el SÍ. Es decir a apoyar el plan de Santos. Esa es la razón por la cual se oponen a centralizar las luchas en un paro nacional contra el gobierno. Es la razón por la cual no buscan mecanismos para unificar los conflictos, y cuando comienza a manifestarse el inconformismo popular, convocan jornadas controladas para descomprimir el descontento social, o eventos controlados con declaraciones amañadas como el encuentro nacional de organizaciones sociales y políticas de julio.
Por las consideraciones antes señaladas proponemos una campaña desde el punto de vista y los intereses de la clase trabajadora. Por la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente libre, amplia, democrática y soberana, conquistada mediante la movilización y la lucha, cuyos diputados constituyentes sean los dirigentes de las luchas y conflictos, no los que detentan el poder económico y político mediante un proceso electoral controlado por ellos.
Esa Constituyente, con ese carácter, puede discutir y legislar sobre los problemas sociales más sentidos por la clase trabajadora y los pobres. En ella los socialistas propondremos un programa que incluya entre otros puntos los siguientes:
1. Reforma agraria democrática y radical expropiando a los terratenientes y a las multinacionales.
2. No a la impunidad, castigo a los culpables del genocidio paramilitar.
3. Amplias libertades democráticas, que se desmonten los aparatos represivos como el Esmad y los paramilitares.
4. Ruptura de los pactos con el imperialismo y no pago de la fraudulenta deuda externa.
5. Distribución de las horas de trabajo entre toda la población económicamente activa para resolver el problema del empleo y garantizar estabilidad laboral.
5. Estatización y gratuidad en salud, educación y transporte.
6. Vivienda digna para la población, garantizada por el Estado.
7. Alza general de salarios y que el mínimo se corresponda con el costo de la canasta familiar.
8. Eliminación de los impuestos indirectos e implementación de fuertes impuestos progresivos para los burgueses.

miércoles, 3 de agosto de 2016

COLOMBIA Seis acuerdos: sí o no

Autor: Antonio Romero
El 20 de julio de 1964 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia decretaban desde Marquetalia el Programa Agrario de los Guerrilleros que en su Artículo Primero decía:
“A la reforma agraria de mentiras de la burguesía oponemos una efectiva Reforma Agraria Revolucionaria que cambie de raíz la estructura social del campo colombiano, entregando en forma completamente gratuita la tierra a los campesinos que la trabajan o quisieran trabajarla, sobre la base de la confiscación de la propiedad latifundista en beneficio de todo el pueblo trabajador. La Reforma Agraria Revolucionaria entregará a los campesinos las herramientas, animales de labor, equipos y construcciones para su debida explotación económica. La reforma agraria es la condición indispensable para elevar verticalmente el nivel de vida material y cultural de todo el campesinado, librarlo del desempleo, del hambre y del analfabetismo; para liquidar las trabas del latifundismo y para impulsar el desarrollo de la producción agropecuaria e industrial del país. La Reforma Agraria confiscará las tierras ocupadas por los imperialistas yanquis a cualquier título y cualquiera que sea la actividad a la cual están dedicadas”.
Cincuenta y dos años después, las FARC anuncian el acuerdo con el Gobierno de Colombia para un cese del fuego bilateral y definitivo, además de un acuerdo acerca de las condiciones para la entrega de armas, como último paso al “Acuerdo Final para la terminación del conflicto que contribuya a la construcción de la paz estable y duradera”.
Este acuerdo contiene seis puntos que –contrario a lo que sostiene la extrema derecha representada en el ex presidente Uribe Vélez– nada tiene que ver con el programa liberal radical que levantara las FARC en Marquetalia hace más de medio siglo, ni con la reforma agraria en defensa del mercado interno que defendieran en los últimos años, lo acordado hasta ahora se parece más al programa de gobierno ‘Prosperidad para todos’ de Juan Manuel Santos.
Basta hacer el ejercicio de revisar los textos acordados e ir a las páginas de las distintas instituciones estatales, para mirar que en los seis puntos no hay una sola modificación del régimen en Colombia y que lo nuevo será que las FARC estarán haciendo política, con un programa regresivo con relación al que levantaron aquel 20 de julio en Marquetalia.
Primer punto: Política de desarrollo agrario integral
El primer punto acordado en la agenda fue la otrora llamada cuestión agraria, que ha sido el motor de la confrontación armada en el país. Pero contrario a lo que se pensaba, fue el más fácil de firmar, porque las FARC aceptaron el llamado desarrollo agrario integral con enfoque territorial, que no es más que la política del liquidado Incoder de entrega de baldíos tanto a campesinos como a empresarios y la entrega de unas zonas de reserva campesina.
En el documento ‘Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral’, se manifiesta que se reconoce “el papel fundamental de la economía campesina, familiar y comunitaria en el desarrollo del campo, la promoción de diferentes formas de asociación y cooperativismo… Lo anterior sin perjuicio de la necesaria articulación entre esta y otras formas de producción agrícola y pecuaria como condición para garantizar el desarrollo rural”.
Es decir, que  las zonas de reserva campesinas coexistirán con las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social (Zidres), pues advierten que esta reforma “se adelantará en un contexto de globalización y de políticas de inserción en ella por parte del Estado que demandan atención especial de la producción agropecuaria nacional y especialmente de la producción campesina, familiar y comunitaria”.
Segundo punto: Participación política
Dos grandes aspectos constituyen este punto, por una parte las garantías para la oposición política y por otra los mecanismos de participación en política.
En el primero, el acuerdo es la elaboración de un proyecto de ley de garantías y promoción de la participación ciudadana. Este proyecto contará “con la participación de los voceros de las organizaciones y movimientos sociales más representativos”, que serán elegidos en un acuerdo entre las FARC y el Gobierno. Es decir, las organizaciones políticas y sociales que han soportado el rigor de la guerra, que deberían tener por derecho propio participación en todos los espacios, estarán supeditados a la buena voluntad de los firmantes de los acuerdos.
En el segundo, que apunta a promover el pluralismo político, los acuerdos dicen que se deben “hacer los cambios necesarios para desligar la obtención y conservación de la personería jurídica de los partidos y movimientos políticos del requisito de la superación de un umbral en las elecciones de Congreso, y en consecuencia redefinir los requisitos para su constitución; y diseñar un sistema de adquisición progresiva de derechos para partidos y movimientos políticos, según su desempeño electoral en los ámbitos municipal, departamental y nacional”.
Este reclamo, que vienen haciendo muchas organizaciones políticas de izquierda que fueron víctimas de la Reforma Política de 2003, que creó el umbral para mantener la personería jurídica y por ende el derecho a participación política, es contemplado en los acuerdos, al igual que una circunscripción especial de paz que le daría un número de curules directas a las FARC.
Tercer punto: Fin del conflicto
Este tercer punto fue uno de los más difíciles de acordar pues se trataba del cese bilateral del fuego, de las condiciones del armisticio de las FARC, de la entrega de las armas y de las zonas en las que se concentrarán los guerrilleros para su desmovilización.
Pero lo que debemos advertir en este punto no son los mecanismos, sino el trasfondo, pues dicen los acuerdos que: “El Gobierno Nacional y el nuevo movimiento político que surja del tránsito de las FARC-EP a la actividad política legal, se comprometen a promover un Pacto Político Nacional y desde las regiones, con los partidos y movimientos políticos, los gremios, las fuerzas vivas de la Nación, la sociedad organizada y las comunidades en los territorios, sindicatos, el Consejo Nacional Gremial y los diferentes gremios económicos, los propietarios y directivos de los medios de comunicación, las iglesias, la academia e instituciones educativas, las organizaciones de mujeres y de diversidad sexual, de personas con discapacidad, jóvenes, los pueblos indígenas y afrodescendientes, las organizaciones de víctimas y de defensoras y defensores de derechos humanos y las demás organizaciones sociales”.
Con esto la idea de que las FARC desmovilizadas se convertirán en una fuerza política que desde la institucionalidad promoverá las transformaciones que no pudo promover como grupo armado queda desvirtuada. Lo que queda claro en este acuerdo es que el nuevo movimiento se dedicará a defender su pacto con la burguesía, con las patronales, con el establecimiento.
Cuarto punto: Solución al problema de las drogas ilícitas
Este punto fue de fácil acuerdo en la agenda y lo que se firmó tampoco es nada nuevo: programas de sustitución de cultivos ilícitos, programas de prevención del consumo y solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos a través de la “intensificación de la lucha contra el crimen organizado y sus redes de apoyo”, es decir, seguimos en los mismo: la política de la zanahoria y el garrote, solo que las FARC esta vez harán parte del garrote.
Quinto punto: Víctimas
Poco se habla de las víctimas en las sesenta páginas del quinto punto. Al contrario lo que se establecen son los mecanismos para que la guerrilla pueda resolver sus problemas judiciales con el régimen a través de la implementación de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
Este es uno de los puntos que más afectará a las víctimas, porque detrás de esta amnistía a las FARC estará la amnistía para los militares, los paramilitares y sus financiadores (terratenientes, ganaderos, empresarios nacionales y extranjeros, y políticos) que se podrán acoger a este sistema y así dejar en la impunidad los crímenes cometidos contra 4.744.476 personas desplazadas, 25.007 desaparecidas y 218.094 asesinadas.
Para las víctimas, se propone dar continuidad a la Ley de Víctimas que prevé reparación individual y colectiva, con los resultados conocidos en la aplicación de esta norma. La reparación individual que además de tener bajos montos,  solo ha indemnizado a 500 mil de las nueves millones de víctimas registradas, cuando van transcurrido cinco de los diez años previstos para tal fin. La reparación colectiva que apunta a restituir los derechos violentados, pero que depende de una precaria justicia transicional en manos de alcaldías y gobernaciones, la mayoría de ellas en manos de los victimarios.
Sexto punto: Implementación, verificación y refrendación
El último punto se centra en el mecanismo de refrendación de estos acuerdos. Un punto crucial para las organizaciones revolucionarias que por más de medio siglo han criticado la táctica guerrillera y que entienden la legítima aspiración de los trabajadores y los pobres de que se acabe una guerra que los ha afectado y que no los ha beneficiado, pero que están en contra de la propaganda del Frente Amplio por la Paz y de la Unidad Nacional que promueven estos acuerdos como los que harán las transformaciones políticas y sociales que se requieren.
Todo parece indicar que el referendo tendrá dos opciones: sí o no. Que el Frente Amplio por la Paz y la Unidad Nacional actuarán juntos por el Sí y que el Centro Democrático de Uribe Vélez votará por el No. Como siempre, nos crearán una falsa encrucijada, como en las pasadas elecciones, entre Santos y Zuluaga. Pero debemos entender que en este mecanismo de refrendación no solo votaremos si queremos o no una guerrilla desmovilizada, haciendo política con su programa reformista, sino que votaremos por estos seis puntos que están lejos de transformar el régimen político en Colombia.

Papa Francisco lamenta que enseñen a niños a "elegir su género" PoderyGloria.net http://poderygloria.net/2016/08/03/papa-francisco-lamenta-que-ense-en-a-ni-os-a-elegir-su-g/

El papa Francisco señaló que en los colegios no pueden enseñar que el género es una opción y aseguró que "estamos viviendo un momento de aniquilación del hombre como imagen de Dios". Francisco conversó de manera privada con obispos la semana pasada durante su paso por Cracovia, y el contenido de la conversación fue publicado este martes. Sin especificar, culpó a los libros de texto suministrados por "personas e instituciones que donan dinero". Francisco también dijo que ello es orquestado por "países muy influyentes" que llevan adelante una "colonización ideológica". En esta ocasión, empero, expresó que ha discutido el asunto de género con Benedicto XVI, quien ha vivido en el Vaticano desde que se retiró del pontificado en 2013. "Hablando con el Papa Benedicto, quien tiene una mente clara, me dijo: 'Esta es la época del pecado contra Dios Creador. Hoy en las escuelas le están enseñando esto a los niños que cualquiera puede elegir su género", manifestó el santo padre. "Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado el mundo así, así y así... y nosotros estamos haciendo lo contrario", sentenció el máximo responsable de la Iglesia católica. 

Así sera la verificación de la misión de la ONU al fin del conflicto en Colombia

El representante especial del Secretario General y jefe de la Misión de Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault, presentó detalles sobre el trabajo que se adelanta para la Misión Política de verificación de dejación de armas y el cese al fuego bilateral y definitivo que se dará luego de la firma del acuerdo final. 
El jefe de la misión señaló que se espera que en los próximos días la comisión tripartita compuesta por el organismo, el Gobierno y las Farc, inicien un trabajo de campo para determinar con certeza qué tan grande será el mecanismo. 
"Yo creo que en las próximas semanas se dará una visita tripartita de las zonas veredales para poder establecer concretamente cuáles son los requerimientos de tipo logístico, de tipo personal", dijo Arnault, pese a que señaló que es un proceso que podría tener algún tipo de retraso.
 Lo que se estima es que serán cerca de 500 observadores militares y cerca de 150 observadores civiles que provendrán de la Celac y de otras naciones, que dijo, podrían no ser de la región. Y, por zona, se estima que habría 18 observadores. Lea también: ¿Cuántas armas tienen las Farc?, ¿las entregarán todas?: el enigma del proceso de paz
Mientras tanto, en el país ya están 80 observadores internacionales que ya han pasado por una capacitación y se estarán ubicando en las ocho oficinas regionales que se dispusieron para la misión.
"Están trabajando con la Fuerza Pública, con el Gobierno y a través del Gobierno en La Habana con las Farc para justamente prepararse para el despliegue de este mecanismo", indicó.
Ellos provienen de Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, El Salvador, Guatemala, México y Uruguay, y próximamente llegarían 100 observadores más, por lo que con la contratación de personal civil que se está adelantando para la misión serán más 200 personas. 
Arnault enfatizó en que efectivamente habrá observadores militares, dado que "un acuerdo de dejación de armas necesita expertos (...). Este conocimiento podría ser tanto civil como militar. No hay ninguna obligación de que no sea militares". 
Pero aclaró: "Esos expertos en el momento que están puestos a la disposición de esta misión se integran a la cadena de mando de la misma. En otros términos: en el momento de que los observadores se integran a la misión ya no pueden recibir ningún tipo de instrucción de sus autoridades nacionales. Las únicas funciones que pueden cumplir son las funciones que le otorga la misión". 
Asimismo, explicó que las armas del grupo guerrillero se reunirán en contenedores dentro de las zonas de concentración y la entrega de las mismas se dará en principio por una lista de armas que entregará las Farc, más el contraste de información que hará el organismo.
 Por ahora, agregó, hay confianza entre las partes frente al tema de seguridad, pese a los retos que se enfrentarán, y que están adelantando todos los trabajos requeridos para terminar con el informe final sobre el tamaño de la misión, pues la entrega del mismo se debe dar el próximo 19 de agosto. 

Ministra Clara López lanza campaña “Sí a la Paz con todos”

En el Salón de la Constitución del Capitolio Nacional se llevó a cabo este 28 de julio el acto de lanzamiento de la campaña “Sí a la Paz con todos” por parte de la ministra del Trabajo, Clara López Obregón, quien estuvo acompañada del titular de la cartera de Justicia, Jorge Londoño, así como de representantes y directivos de organizaciones sociales, gremiales, sindicales, culturales, poblacionales, congresistas y voceros de partidos políticos, es decir, una confluencia multicolor.
La ministra López Obregón señaló que la refrendación de los acuerdos de paz de La Habana en el plebiscito a realizarse el próximo mes de septiembre no es solamente un paso estratégico para el devenir histórico de la nación, sino que constituye una extraordinaria oportunidad para generar “un nuevo pacto social que recomponga todas las relaciones sociales en el país”.
Por esa razón, invitó a todas las organizaciones de la sociedad civil y a la dirigencia política comprometida con el proceso de reconciliación nacional a respaldar en forma decidida el Sí en el plebiscito y a realizar una labor de pedagogía.
En efecto, la jefa de la cartera laboral  explicó que esta campaña “Sí a la paz con todos” está enfocada a impulsar la campaña del plebiscito y estimular la pedagogía en todas las regiones del país para que los colombianos respalden en forma masiva y entusiasta los acuerdos de La Habana entre el Gobierno Nacional y el grupo insurgente de las Farc.
Dijo que hay que hacer una amplia convocatoria a la sociedad colombiana para lograr un contundente respaldo al Sí en el plebiscito, porque, “la Paz somos todos”, puntualizó la Ministra del Trabajo.