martes, 27 de diciembre de 2016

POLÉMICA Alepo, la tumba de la izquierda


Santiago Alba Rico es filósofo y escritor.
Nacido en 1960 en Madrid,
vive desde hace cerca de dos décadas en Túnez,
donde ha desarrollado gran parte de su obra.
El último de sus libros se titula Leer con niños.

Por: Santiago Alba Rico*


Para matar a gran escala, lo sabemos, hay que mentir y además insultar y despreciar a las víctimas. Eso es lo que hizo EEUU en Iraq o lo que ha hecho siempre Israel en Palestina. Toda la izquierda compartió en 2003 esta denuncia al lado de la gente normal y decente; y se indignó y se condolió al lado de la gente normal y decente tras los bombardeos de Bagdad o de Gaza. Pues bien, ocurre que eso que tanto nos duele y enrabieta cuando son EEUU o Israel los verdugos se ha convertido en la rutina mental de la izquierda en su relación con Siria. Hemos aceptado mentir a gran escala para que el régimen de Asad y sus aliados ocupantes –Rusia, Irán y Hezbollah– maten a gran escala; y al hacerlo no sólo hemos abandonado y despreciado a las víctimas, sino que nos hemos separado de la gente normal y decente. Una buena parte de la izquierda mundial se ha situado, en efecto, al margen de la ética y al lado de los dictadores y de los muchos imperialismos que doblegan la zona. En una Europa en la que crece el neofascismo –y el terrorismo islamista– a velocidad acelerada, este nuevo error, sumado a tantos otros, nos puede costar muy caro.

Para permitir a Asad matar a gran escala ha hecho falta mentir mucho: ha hecho falta negar que el régimen sirio fuera dictatorial y afirmar, aún más, que es antiimperialista, socialista y humanista; ha hecho falta negar que hubo una revolución democrática muy transversal, no sectaria, en la que participaban millones de sirios, muchos de ellos de izquierdas, que no se reconocían en una dirección o un partido (una especie de 15M gigantesco cristalizado en Consejos y Coordinadoras Locales); ha hecho falta negar la represión brutal de las manifestaciones, las detenciones, las torturas, las desapariciones; ha hecho falta negar la legitimidad del Ejército Libre Sirio; ha hecho falta negar los bombardeos con barriles de dinamita y el uso de armas químicas por parte del régimen; ha hecho falta negar o justificar los bombardeos masivos de la Rusia de Putin; ha hecho falta negar la tolerancia de todos (Asad, Rusia, Irán, EEUU, Arabia Saudí, Turquía) hacia el crecimiento del ISIS; ha hecho falta negar la ocupación iraní de Siria; ha hecho falta negar el imperialismo ruso y su excelente relación con Israel; ha hecho falta negar la indiferencia errática de EEUU, que sólo ha intervenido para dejar el paso libre al mismo tiempo al régimen sirio y a Arabia Saudí; ha hecho falta negar el embargo de armas, que ha dejado la rebelión en manos de los sectores más radicales, tan contrarrevolucionarios como el propio régimen; ha hecho falta negar la existencia de manifestaciones simultáneas contra Asad y contra el ISIS (u otras milicias yihadistas) en pueblos y ciudades destruidos y asediados; ha hecho falta negar la ausencia del ISIS en Alepo, expulsado por el ELS en 2014; ha hecho falta negar el sufrimiento y terror de la población alepina bajo asedio; pero ha hecho falta –lo peor– negar el heroísmo, el sacrificio, la voluntad de lucha de miles de jóvenes sirios que se parecen a nosotros y quieren lo mismo que nosotros; ha hecho falta –aún peor y peor– despreciarlos, calumniarlos, insultarlos, convertirlos en terroristas, mercenarios o enemigos de la “libertad”. Nunca la izquierda, frente a una revolución popular, se ha comportado de un modo tan innoble: no sólo no se ha solidarizado con ella ni –una vez derrotada– ha honrado a sus héroes y lamentado el desenlace, sino que les ha escupido en la cara y ha celebrado su muerte y su derrota. Coherentes con este negacionismo típicamente imperialista (o estalinista) se ha situado al lado de la extrema derecha europea y ha reprimido además las movilizaciones en nuestras ciudades, criminalizando para colmo a la izquierda sensata que, al lado de la gente normal y decente, ha denunciado los crímenes de Asad y sus aliados sin  dejar de denunciar asimismo los de Arabia Saudí, Turquía y EEUU ni –por supuesto– el fascismo intolerable, en todo equivalente al del régimen, del ISIS o del Frente-al-Nusra.


Como dice el comunista Yassin Al Haj Saleh, preso 16 años en las cárceles del régimen y uno de los más grandes intelectuales vivos, Siria revela el estado de la vieja izquierda y certifica su muerte. Cuando hace seis años estalló una revolución democrática mundial cuyo epicentro fue el “mundo árabe”, la izquierda no estaba preparada ni para protagonizarla ni para aprovecharla; ni siquiera para entenderla. Hoy, cuando las contrarrevoluciones victoriosas extienden las redivivas “dictaduras árabes” a EEUU y Europa, la izquierda ha quedado fuera de juego como resistencia y como alternativa. Incomodados o molestos, todos los actores abandonaron o combatieron a las fuerzas democráticas sirias y todos –gobiernos, organizaciones fascistas y partidos comunistas– han acabado por coincidir en el relato del “mal menor” que condena a Siria a la dictadura eterna, a la región a la violencia sectaria y a Europa al terrorismo sin fin. Esta teoría del “mal menor” (¡mal menor el asesino de cientos de miles de sirios, bombardeados, torturados o desaparecidos!) ha sido la matriz histórica de esa “estabilidad” regional, opresora y mortal para los pueblos, que justificó durante la segunda mitad del siglo XX el apoyo occidental a todas las dictaduras de la zona. Tras una revolución malograda, ese modelo del siglo pasado vuelve ahora con ferocidad redoblada, embragado y lubricado por un sector de la izquierda que aplaude y se entusiasma con “la gran victoria” de Bachar Al Asad; un modelo hasta tal punto perteneciente al siglo pasado que se diría que algunos la viven –esa “gran victoria”– como si, 25 años después y gracias a Putin, la URSS hubiera ganado finalmente la Guerra Fría. Una cosa es segura: los que la han perdido también esta vez, en Siria y en Europa, y en Rusia y en América Latina, son la democracia y la justicia, las únicas soluciones posibles frente a los autoritarismos, los imperialismos y los fascismos –yihadistas o pardoeuropeos–, hermanos trillizos que van ganando terreno sin resistencia, que se reclaman recíprocamente y que, por tanto, sólo podrán ser vencidos si se los combate al mismo tiempo.

¿Cómo definir esas “revoluciones árabes” que hoy mueren definitivamente en Alepo con la complicidad del yihadismo y la complacencia de la amplia alianza internacional, de derechas y de izquierdas, volcada contra Siria? Esas revoluciones fueron, sobre todo, una revuelta contra el yugo de la geopolítica que mantenía congeladas, como bajo el ámbar, las desigualdades y resistencias de la zona desde hacía al menos 70 años. En un mundo de relaciones de fuerza desiguales entre naciones-Estado, la geopolítica impone siempre límites a toda política emancipatoria de izquierdas. La geopolítica –es decir– no es de izquierdas y, si hay que tomarla en cuenta para hacer mínimos progresos realistas frente a los imperialismos y en favor de la soberanía, no podemos llegar al punto de contradecir los principios elementales asociados al carácter universal de toda ética de la liberación: eso que antes se llamaba “internacionalismo”, cuyo impulso es necesario recuperar en una versión no-identitaria y democrática. El llamado “mundo árabe” (que es kurdo y amazigh y bereber y tubu, etc.) es el ejemplo más doloroso de una entera región, rehén de sus propias riquezas petroleras, sacrificado al interés común de potencias y subpotencias en liza: la así llamada “estabilidad”. Cuando los pueblos de la zona se rebelaron en 2011 contra este “equilibrio” monstruoso, sin pedir permiso a nadie y al margen de todos los intereses inter-nacionales, la geopolítica les cayó encima, como una camisa de fuerza, y la izquierda corrió, al lado de sus enemigos, a anudarle las mangas y apretarle los botones de hierro.

En un contexto en el que la hegemonía de los EEUU se debilita, en el que otras potencias igualmente imperialistas se independizan de su hegemonía para imponer sus propias agendas y en el que el campismo de la 2ª mitad del siglo XX es sustituido por un avispero de intereses reaccionarios contrapuestos muy parecido al de la 1ª Guerra Mundial –también porque no hay ahí ni una sola fuerza o proyecto anticapitalista o emancipador– la izquierda, sin entender nada del “nuevo desorden global” ni de su musculatura reaccionaria, se ha precipitado a entregar el pueblo sirio, atado de pies y manos, a un dictador asesino, a la Rusia de Putin, al Irán de los ayatolás y, de paso, al Estado Islámico y a las teocracias suníes del Golfo. Es decir, a lo que muy justamente Pablo Bustinduy ha llamado “la geopolítica del desastre”. No lo hace ahora y en nombre del “mal menor” (¡Franco y Pinochet un mal menor!). Molesta y desbordada por esas intifadas populares que no entendía (salvo un puñado de “trotskistas” que eran “trotskistas” sólo porque sí las entendían y las apoyaban), la izquierda mundial reaccionó desde el principio de la misma manera que los gobiernos y la extrema derecha: apoyando a los dictadores. Para los imperialistas eso no ha supuesto jamás un problema (“nuestros hijos de puta”) pero sí debería plantear alguno a la gente que se dice “de izquierdas”, que han acabado por renunciar a comprender el mundo al tiempo que a sus principios éticos y políticos. Para abandonar a nuestros afines sobre el terreno, apoyar a sus verdugos y dejar matar a gran escala, decíamos, ha hecho falta deshacerse de la verdad y someterse a los mismos clichés culturalistas, racistas e islamófobos de la peor derecha europea.

Apostando por un esquema geopolítico superado que impide abordar el “nuevo desorden global”, la izquierda ha abandonado, en efecto, sus principios éticos a cambio de nada; o, mejor dicho, para favorecer así el regreso, en versión expandida y agudizada, de las dictaduras, los imperialismos y los yihadismos. Este gran éxito geoestratégico se ha alcanzado a costa de aceptar una triple contradicción, incompatible con la universalidad de la ética de la liberación y brutalmente occidental y orientalista.

Aceptar este yugo geoestratégico –por lo demás ilusorio y mal fundamentado– supone, en primer lugar, declarar sin vergüenza que un madrileño tiene derecho a combatir una monarquía insuficientemente democrática y un bipartidismo corrupto y a desear, sin arriesgar la vida, más democracia y más justicia social para su país mientras que un sirio debe en cambio soportar una dictadura que lo encarcela, lo tortura y lo asesina y renunciar a todo atisbo de democracia y de justicia social.

Aceptar este falso yugo geoestratégico supone, en segundo lugar, declarar también que es mucho más grave que encarcelen a Andrés Bódalo en España que a Yassin Al Haj Saleh o a Salama Keile o a Samira Khalil, todos comunistas, en Siria; o que es mucho más grave la detención de unos titiriteros o el procesamiento de un concejal en Madrid que el asedio por hambre y el bombardeo de un entero país.

Aceptar este falso yugo geoestratégico supone, finalmente, reclamar con toda naturalidad el derecho de los españoles (o los latinoamericanos) a decidir si y cuándo y de qué manera pueden rebelarse los “árabes” contra sus dictadores. Los sirios, al parecer, deben hacer lo que les indique desde fuera una izquierda que se ha revelado impotente, inútil y ciega en sus propios países. Eso implica, además, vivir como una amenaza, y no como una esperanza, la voluntad democrática y las luchas sociales de los otros pueblos: los que luchan en condiciones más difíciles por lo mismo que nosotros se convierten no en compañeros sino en enemigos, no en valientes afines con los que hay que solidarizarse sino en criminales “terroristas”, ese término que tan justamente denunciamos o relativizamos cuando lo utilizan nuestros jueces o nuestros gobiernos “imperialistas”.

Una buena parte de la izquierda árabe, europea y latinoamericana –en resumen– ha sacrificado el internacionalismo a un orden geoestratégico en el que los pueblos y sus luchas democráticas no tienen ya ningún amigo y en el que, fuera de juego y en claro retroceso, esa izquierda ha dejado avanzar sin resistencia, ahora en todo el mundo, los regímenes contra los que se alzaron los “árabes” en 2011. No hemos comprendido nada, no hemos ayudado nada, hemos entregado al enemigo todas las armas, incluso la conciencia. La democracia retrocede desde Siria en todo el planeta. Alepo es, sí, la tumba de los sueños de libertad de los sirios, pero también la tumba de la izquierda mundial. Justo cuando más la necesitamos

Reportaje con: Mario infante Fiscal

Clip para leer este historico documento: http://www.radiosantafe.com/2009/10/26/reportaje-con-mario-infante-fiscal-2/

Antropologia pensamiento griego

Clip para ver la presentación: http://es.slideshare.net/kyrius9777/antropologia-pensamiento-griego-16847970

EN BOGOTÁ COLOMBIA SE RECUPERÓ 616,26 KM/CARRIL DE LA MALLA VIAL DE LA CIUDAD E INTERVINO 15.268 HUECOS

 La Administración Distrital, Bogotá Mejor Para Todos, a través de la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), a un mes de finalizar el primer año de gobierno del Alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa Londoño, entrega resultados positivos.

En estos 11 meses y 15 días (corte 15 de diciembre de 2016) la UMV bajo los lineamentos y la gestión de su Director General, arquitecto Álvaro Sandoval Reyes, ha logrado recuperar 616,26 kilómetros - carril de la malla vial de la ciudad e intervenir 15.268 huecos.





Según Sandoval Reyes, “los 586,60 km–carril recuperados, son cerca de 1 millón 848 mil 780 metros cuadrados, lo que equivalen a intervenir y entregar en excelente estado 133 veces el tamaño de la Plaza de Bolívar,  la cual tiene aproximadamente 13.903 metros cuadrados.

Por ejemplo en Suba se han recuperado 96,90 km-carril, le sigue Engativá donde se han mejorado 71,90 km-carril, por su parte en Fontibón se han intervenido 65,53 km- carril y Chapinero se recuperaron 64,96 km- carril.


En lo que respecta al número de huecos tapados por localidad, En Usaquén se han tapado  2.629 huecos, le sigue Los Mártires con 2.049 huecos intervenidos, en tercer lugar está Kennedy con  1.899 huecos tapados y en cuarto puesto está la localidad de Chapinero con  1.510 huecos intervenidos.

Estos resultados se han logrado gracias a la implementación de tres estrategias de intervención que son:

Infraestructura y Gestión del Tránsito.
Rehabilitación Vial como Complemento al Mejoramiento de la Infraestructura de Servicios Públicos.
Situaciones imprevistas y apoyo interinstitucional.

INFRAESTRUCTURA Y GESTIÓN DEL TRÁNSITO.

Esta estrategia está encaminada al desarrollo de acciones de mantenimiento o acciones de movilidad como cambios de losas, cambios de carpeta o sellos de fisura, tendientes a mejorar el nivel de servicio y confort de los usuarios ayudando a disminuir los conflictos de congestión del tránsito y seguridad vial, asociados al mal estado o deterioro de la infraestructura vial.


Se entiende por acción de movilidad, el conjunto de actividades tendientes a solucionar y garantizar las condiciones de movilidad y seguridad vial que puedan ser causa o generar un accidente de tránsito.

En lo que va corrido del año con estas acciones ha logrado recuperar 223,50 Km-carril de la malla vial y tapar 8.057 huecos.

Suba ha sido la localidad que ha tenido mayor intervención con esta estrategia logrando mejorar 32 Km-carril, le sigue Chapinero 31 km-carril y después Engativá con 25,37 km-carril.

REHABILITACIÓN VIAL COMO COMPLEMENTO AL MEJORAMIENTO DE LA INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS PÚBLICOS.

La UMV programó la intervención de la infraestructura vial local en las localidades de Usaquén, San Cristóbal, Usme, Kennedy, Bosa, Suba, Rafael Uribe y Ciudad Bolívar, con el fin de lograr el mejoramiento de los barrios en donde hay cientos de ciudadanos que no tienen pavimento frente a su casa y los niños caminan entre el barro o el polvo para ir al colegio.
También busca mejorar la accesibilidad y conectividad a estos sectores, también se pretende mejorar la calidad del aire y la salud de niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad que viven en estos barrios, generando condiciones de equidad de la Bogotá moderna, creando un cambio social al mejorar la calidad de vida de los pobladores.

Con esta estrategia se han recuperado 13.95 Km-carril de la malla vial, lo que equivale el mejoramiento de 132vías o segmentos viales.

En Bosa con esta acciones se han rehabilitado 66 calles, en Kennedy se han recuperado 29 segmentos, por su parte en Suba 19, en Rafael Uribe Uribe se han mejorado 8 segmentos, en Ciudad Bolívar 7, en Usme se han rehabilitado 2 vías y 1 en Usaquén.

SITUACIONES IMPREVISTAS Y APOYOS INTERINSTITUCIONALES

En cumplimiento del Literal c, d y parágrafo del Artículo 109 del Acuerdo 257 de 2006 y en el cumplimiento de la función asignada a la entidad “Programar y ejecutar las acciones de mantenimiento y aquellas que sean necesarias para atender las situaciones imprevistas que dificulten la movilidad en la red vial de la ciudad”, la UAERMV ha desarrollado las siguientes actividades:
·         Decreto 064 de 2015: Atención de los segmentos viales de los puntos integrales de trabajo interinstitucional en concordancia con el Decreto 064 de 2015, a través del cual se adoptan medidas para ejecutar acciones de movilidad en la malla vial del Distrito Capital.

·         Atención a Emergencias: Atención de emergencias que dificulten la movilidad en el Distrito Capital.
·         Apoyo Interinstitucional: Acuerdo 257 de 2006, articulo 109 literal d: “atender la construcción y desarrollo de obras específicas que se requieran para complementar la acción de otros organismos y entidades como la Secretaría de Ambiente y el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias - FOPAE o quienes hagan sus veces”.

A la fecha (entre el 1 de enero al 15 de diciembre de 2016) la UMV con esta línea ha tapado 7.211 huecos y recuperado 354,13 km- carril, en corredores viales como la avenida Boyacá, la avenida Circunvalar, la avenida Calle 80, entre otros de la siguiente manera:

A continuación se relacionan algunos corredores viales:

Autopista Norte: se han tapado 698 huecos.
Avenida Boyacá: se han tapado 1.264 huecos.
Avenida Calle 170: se han tapado 294 huecos.
Avenida Calle 53: se han tapado 198 huecos.
Avenida Calle 63: se han tapado 112 huecos.
Avenida Calle 80: se han tapado 531 huecos.
Avenida Calle 85: se ha tapado 88 huecos.
Avenida Calle 92: se han tapado 173 huecos.
Avenida Caracas: se han tapado 17 huecos.
Avenida Carrera 11: se han tapado 65 huecos.
Avenida Carrera 27: se han tapado 299 huecos.
Avenida Carrera 7: se han tapado 19 huecos.
Avenida Circunvalar: se han tapado 371 huecos.
Avenida Ciudad de Cali: se han tapado 1.140 huecos.
Avenida Pepe Sierra: se han tapado 113 huecos.
Avenida Primera de Mayo: se han tapado 1.192 huecos.
Avenida Carrera 40: se han tapado 10 huecos.
Avenida Carrera 9: se han tapado 353 huecos.
Avenida Centenario: se han tapado 224 huecos.
Avenida Carrera 68: se han tapado 8 huecos.
Avenida NQS: se han tapado 5 huecos.

Por último, se desarrollaron una serie de actividades que comprendían la finalización Plan de Desarrollo 2012 – 2016 y se intervinieron 24,67 Km-carril de la malla vial.

De esta manera la Unidad de Mantenimiento Vial seguirá trabajando para mejorar el estado de la malla vial de la ciudad con sus con sus estrategias de intervención.

Plenaria anuncia última discusión sobre Amnistía y Reforma Tributaria

 Por  Isabel Colomna y Nancy Piedad Sánchez Pérez



En cumplimiento al decreto 2052 del año en curso, el cual convoca al Congreso de la República a sesiones extraordinarias  desde el 19 de diciembre hasta el 15 de marzo 2017.




Durante este periodo la corporación se ocupará del trámite de los proyectos de ley y de Acto Legislativo presentados por el Gobierno Nacional, con el fin de implementar el Acuerdo Final para la terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz estable y Duradera.


Esta Ley  de Amnistía pretende darle seguridad jurídica a los integrantes de la FARC en la dejación de las armas. La norma busca indultar a los que cometieron delitos políticos, excepto a los de lesa humanidad.



La corporación legislativa también abordará el texto de conciliación de la Cámara de Representantes y el Senado en torno al proyecto de Reforma Tributaria, aprobada en ambas células. La plenaria fue convocada para este miércoles 28 de  Diciembre a partir de las nueve y treinta de la mañana

El tiempo se ha cumplido: Cuatro pruebas de que Jesús era el Mesías

Una de las cosas que Cristo dijo cuando vino a 
predicar el evangelio del Reino de Dios
 fue que 
“El tiempo se ha cumplido” (Marcos 1:15). 
¿A qué “tiempo” se refería exactamente?
El “Cristo” o el “Mesías” —“ungido” en griego y hebreo respectivamente  estas son las buenas nuevas del Reino de Dios:

“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.

La venida de Cristo en la carne coincidió con el momento en que los judíos esperaban al Mesías profetizado en el Antiguo Testamento, por lo que muchos de ellos se preguntaban lo mismo que la mujer samaritana se preguntó en el pozo de Jacob luego de hablar con Jesús: “¿No será éste el Cristo?” (Juan 4:29). De hecho, aun Juan el Bautista mandó a dos de sus discípulos a preguntarle: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” (Mateo 11:3; Lucas 7:19-20).

La razón de tanta incertidumbre era que Jesús no encajaba con la imagen del Mesías que la mayoría de los judíos tenía; mientras algunos esperaban a un líder que llevaría al pueblo a un reavivamiento espiritual, otros, a uno que reestableciera la grandeza de la nación judía. ¿Qué les podía asegurar que el tiempo de espera por el Mesías realmente se había cumplido y que Jesús era el Cristo profetizado?

Muchos de ellos nunca estuvieron convencidos. Pero, ¿podemos estar seguros nosotros de que la espera por la venida de Cristo realmente terminó? ¿Dio Jesús alguna prueba de que el tiempo profetizado en el Antiguo Testamento para la venida del Mesías se cumplió con Él?

En este artículo analizaremos una profecía clave del Antiguo Testamento acerca de la venida de Cristo en la carne, el contexto histórico de su ministerio y las pruebas que dio de que Él era el Mesías.

Profecía clave de la venida de Cristo
Como los judíos bien sabían, Moisés había anunciado que un “profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Eterno tu Dios; a él oiréis” (Deuteronomio 18:15). Otras profecías del Antiguo Testamento además indicaban que el Mesías nacería de una virgen en Belén, que sus manos y pies serían horadados y que finalmente moriría por los pecados de la humanidad (Isaías 7:14; Miqueas 5:2; Salmos 22:16; Isaías 53:12).

De hecho, con la vida y el ministerio de Jesús se cumplieron aproximadamente 100 profecías del Antiguo Testamento, incluyendo la más detallada en cuanto al contexto histórico de su ministerio: la profecía de las 70 semanas de Daniel (Daniel 9:24-27).

La interpretación de esta profecía se basa en un importante principio del simbolismo bíblico que encontramos en Ezequiel 4:4-6 y Números 14:33-34, el principio de “día por año” según el cual la visión de Daniel indicaba que Cristo comenzaría su ministerio en el año 27 d.C.

En el siglo VI a.C., un ángel llamado Gabriel le dijo a Daniel: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas” (Daniel 9:25).

El punto de partida sería el año 457 a.C., cuando el rey Artajerjes dio la orden de reconstruir Jerusalén, y a partir de entonces pasarían 7 semanas más 62 semanas, lo que equivale a 483 días (69 veces 7), antes de que Cristo comenzara su ministerio.

Siguiendo el principio de un “día por año”, esto significa que habría 483 años desde la orden de Artajerjes en el 457 a.C. hasta el inicio del ministerio del Mesías; es decir, que Cristo daría comienzo a su ministerio en el año 27 d.C. (Nota: al calcular con años a.C. y d.C. se debe sumar 1, pues no existe el año 0.)

Dado que los sacerdotes comenzaban su servicio a los 30 años de edad, quienes entendían esta profecía probablemente esperaban que el Mesías naciese aproximadamente 30 años antes del 27 d.C. y, coincidencialmente, todo indica que Cristo nació en el año 4 a.C. y que “al comenzar su ministerio era como de treinta años” (Lucas 3:23).

Al menos Pablo parecía tener muy claro que Jesús había comenzado su ministerio en el tiempo profetizado cuando afirmó que “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4).

Un mundo preparado para el cristianismo
Si bien durante el primer siglo muchos judíos vivían en su tierra natal y tenían libertad de religión, la mayoría de ellos estaba bajo el gobierno del Imperio Romano. Y, aunque los judíos obviamente hubieran querido independizarse, los romanos sin duda tuvieron un rol muy importante en la preparación del mundo para el evangelio del Reino de Dios y el establecimiento de su Iglesia.

El Imperio Romano logró más paz, estabilidad y progreso en el mundo (especialmente en el Medio Oriente, primer hogar del Cristianismo) que cualquiera de sus predecesores. No sólo aportaron avances como caminos que facilitaron los viajes y el comercio, un sistema de correos y ciudades con calles, tuberías y alcantarillado, sino que además establecieron un sistema de justicia para proteger a sus ciudadanos.

Tal estabilidad geopolítica e infraestructura crearon las condiciones óptimas para que Cristo diera comienzo a su ministerio (Gálatas 4:4).

Pruebas de que el tiempo se había cumplido
Aunque Cristo afirmó ser el Hijo de Dios muchas veces, Él mismo reconoció que las palabras no siempre son prueba suficiente de algo tan importante como esto: “Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero” (Juan 5:31).

Es por esto que dio a los judíos cuatro pruebas de que Él era el Mesías profetizado y de que el tiempo de espera por su venida se había cumplido:

Prueba 1. EL TESTIMONIO DE JUAN EL BAUTISTA
En Juan 5:32 Cristo dijo: “Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero”. Ese “otro” era Juan el Bautista, el mensajero profetizado que “[prepararía] el camino” para su venida revelándolo como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Malaquías 3:1; Juan 1:29).

Prueba 2. LAS OBRAS DE JESÚS
Cristo además tenía un “mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado” (Juan 5:36). En cierta ocasión dijo a los discípulos de Juan el Bautista: “Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio” (Lucas 7:22) —obras que cumplían la profecía de Isaías 61:1.

Prueba 3. LAS PALABRAS DEL PADRE
Luego Jesús continúa diciendo: “También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí”, pues cuando se bautizó “hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Juan 5:37; Mateo 3:17).

Prueba 4. LAS PALABRAS DE MOISÉS
Refiriéndose a Deuteronomio 18:15, Jesús finalmente dijo a los judíos: “si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él” (Juan 5:46).

Lamentablemente, los judíos estaban tan cegados que no pudieron discernir “las señales de los tiempos” que indicaban el fin de la espera por el Mesías ni hicieron caso de las pruebas que Cristo les dio de su identidad (Mateo 16:3).

Muchos de ellos se rehusaron a creerle incluso después de que cumplió la milagrosa señal de resucitar tres días y tres noches después de su crucifixión, tal como había prometido (Mateo 12:38-40; consulte el artículo “La resurrección de Jesucristo: ¿Podemos probarla?”.

Acompáñenos en el siguiente artículo para analizar otro importante punto del mensaje de Cristo: “el reino de Dios se ha acercado” (Marcos 1:15).

El ministerio de Cristo comienza en Galilea
Jesucristo comenzó su predicación del evangelio del Reino de Dios en una región al norte de Jerusalén llamada Galilea, cumpliendo así la profecía de Isaías 9:1-2 (Marcos 1:14).

Aunque hoy en día es un lugar turístico y pacífico, durante el primer siglo esta región se caracterizaba por ser un congestionado centro de comercio y política y, dada su ubicación en la Vía Maris (importante ruta que unía Egipto con los imperios del norte), era un lugar de encuentro y competencia entre varias culturas.

En sus mercados probablemente predominaban las lenguas griega, hebrea y aramea, y, según el historiador del primer siglo Flavio Josefo, era un área de gran actividad pesquera. De hecho, Galilea era el hogar de varios de los discípulos de Cristo que habían sido pescadores.

Sin duda, éste era un lugar adecuado para comenzar a predicar aquel mensaje que pronto revolucionaría al mundo (Hechos 17:6).

La eficacia de la economía planificada.

Clip para ver video: https://www.youtube.com/watch?v=wZfWd6vUZFs