viernes, 3 de febrero de 2017

Fiscalía prioriza 15 casos de corrupción en Córdoba


 Fiscal General de la Nación 
Estudiantes fantasmas, pagos irregulares a IPS, recursos a resguardos indígenas y corrupción en hospitales, bajo la lupa del ente acusador.
 El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, priorizó 15 investigaciones de la Unidad Anticorrupción en el departamento de Córdoba, entre las que se encuentran las pesquisas por el saqueo de los recursos de la salud, el irregular manejo de regalías y las anomalías en los contratos de infraestructura.
En el marco de la segunda Jornada de audiencia pública anticorrupción, en medio de la estrategia ‘Bolsillos de Cristal’, unos 700 ciudadanos asistieron para presentar sus denuncias de primera mano ante Martínez Neira. En total, 50 ciudadanos expresaron sus denuncias ante el fiscal y 146 fueron atendidos por personal del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI.
“En total se recolectaron 246 reportes de información ciudadana, que corresponden a 22 ejes temáticos relacionados con delitos contra la administración pública y 2 de ellos relacionados con delitos comunes, de los que se destacan los siguientes”, indicó el ente de investigación penal en un comunicado.
Los ejes temáticos en que se movieron más denuncias por casos de corrupción tienen que ver con homicidios priorizados, irregularidades en contratos de infraestructura, corrupción en hospitales del departamento, irregularidades en el manejo de recursos de la salud del departamento y recursos de resguardos indígenas de San Andrés de Sotavento.

Así mismo, se hicieron denuncias sobre irregularidades en el manejo de los recursos de regalías, restitución de tierras, corrupción en el municipio de Santa Cruz de Lorica y microtráfico en el barrio El Recuerdo, en Montería.

1. Las presuntas irregularidades en la contratación efectuada por la Secretaria de Educación del municipio de Lorica, que al parecer habría invertido recursos del Sistema General de Participaciones en la matrícula de 2.871 estudiantes inexistentes.

2. Las aparentes irregularidades en el procedimiento utilizado por la Secretaria de Salud de Córdoba para reconocer el pago de tratamientos, medicamentos y terapias basadas en neurodesarrollo (Síndrome de Down), no incluidas en el POS, durante los años 2014 y 2015 generando pagos favor de cuatro IPS del departamento.

3. Las supuestas irregularidades en el manejo de los recursos girados por el Ministerio de Hacienda, en los años 2010 y 2011, a los resguardos indígenas de San Andrés de Sotavento. Se investiga la posible y apropiación de $825.034.844 que no fueron invertidos en esa población.

4. Se investigan probables irregularidades en el marco de la celebración y ejecución del convenio de apoyo No. 4 de 2011, suscrito entre la Alcaldía del municipio de Tuchín y el representante legal de Funayuda para la construcción del acueducto y distribución de redes para varias comunidades.

5.Las irregularidades en los convenios de ciencia y tecnología financiados con partidas de regalías giradas al departamento de Córdoba.

6. Probables irregularidades en la expedición de resoluciones (vigencia 2015) a través de las cuales la Secretaría de Salud del departamento de Córdoba ordenó el pago y el suministro de medicamentos No POS denominado factor VIII.

7.  Se investigan los hechos en los cuales el funcionario de la Fiscalía, Mario Alfonso Lora Correa, atacó con arma de fuego a tres personas, dos de las cuales fallecieron.

8. El homicidio de la joven Nataly Salas, cuyo cadáver fue encontrado en la laguna de Oxidación del INAT de la ciudad de Montería.

9. Las irregularidades en la suscripción y ejecución de un contrato suscrito ente la ESE Hospital San Jerónimo y la Comercializadora Nacional de Suministros y Osteosíntesis IPS SAS, que habría implicado un aparente detrimento patrimonial para el Estado.

10. Se investiga la presunta elaboración y pago de contratos de prestación de servicios inexistentes del gerente del Hospital San Francisco de Asís en Ciénaga de Oro.

11. Celebración y ejecución del contrato de aporte N° 374 del 23 de diciembre de 2014 entre el ICBF (Córdoba) y la Fundación Tierra Nuestra, que atiende a niños menores de 5 años.

12. Presuntas apropiaciones de recursos públicos por parte de funcionarios de rama judicial

13. Irregularidades en ejecución del contrato 474-2013, entre la Gobernación de Córdoba y la Unión Temporal Alto Sinú, para construir un puente sobre el Rio Sinú, en Valencia.

14. Irregularidades en la ejecución del convenio interadministrativo de cofinanciación suscrito entre la Gobernación de Córdoba y el Municipio de Montería, cuyo objeto es la construcción del coliseo Miguel 'Happy' Lora.


15. Y se investiga la pérdida de varios insumos y equipos de la Secretaría de Salud Departamental para la ejecución de programas de tratamiento y prevención de enfermedades endémicas.



Redacción. EL HERALDO

Simón Gaviria les contó a los liberales sus expectativas electorales


Las expectativas políticas del jefe de Planeación Nacional, Simón Gaviria (liberal), no pararon en el ofrecimiento de la Vicepresidencia que le hizo Germán Vargas Lleras. Gaviria se reunió con un grupo de congresistas de su partido a quienes los puso en alerta sobre sus movidas políticas.

El pasado martes Gaviria, de 36 años, les confirmó a 32 representantes liberales a la Cámara, que en efecto Vargas Lleras le ofreció que fuera su compañero de fórmula, pero al mismo tiempo les dijo que su partido debe estar atento a lo que viene en términos electorales.

No obstante, Vargas Lleras dijo que no ha ofrecido la Vicepresidencia a nadie.

La cita fue en un restaurante de Bogotá donde departió con los que considera seguidores de su causa política.

De acuerdo con sus últimas movidas, Gaviria podría estar abandonando el Gobierno en las próximas semanas para meterse en la contienda presidencial para 2018.

(Le puede interesar: Aspirantes a la presidencia preparan sus jugadas claves para el 2018)

A juzgar por lo que les dijo a cada uno de sus invitados, en charlas muy personales (no hubo discurso de fondo), su futuro político no está atado a un solo camino. Por el contrario, les explicó sus alternativas.

Como lo publicó EL TIEMPO el pasado lunes, en diciembre Germán Vargas Lleras, quien renunciará a la Vicepresidencia para aspirar a la Presidencia, se reunió con Simón Gaviria para pedirle que lo apoye a cambio de hacerlo su compañero de fórmula presidencial.

De acuerdo con el representante a la Cámara liberal Jack Housni, Gaviria les planteó en la cena del martes “el ofrecimiento que tiene de acompañar al señor Germán Vargas Lleras como su vicepresidente”.

Housni agregó que el jefe de Planeación les expuso cuáles serían las condiciones para decidir irse por ese camino que serían, “esencialmente, consultar al Partido Liberal y mantener la unidad del mismo”.

“Nos pareció una posición correcta y tiene el apoyo mayoritario de la bancada. Algunos empezaron a preguntarle (a Gaviria) cómo se hizo este ofrecimiento; y que se sabía de ofrecimientos a otras personas y él solamente respondió que es algo que había que manejar con mucha prudencia y tacto”, dijo el congresista.

En esto coincidió el representante a la Cámara por Norte de Santander Alejandro Chacón, quien dijo que Simón Gaviria les manifestó que “cualquier decisión que tome sobre su rumbo político debía ser respaldada por el Partido Liberal”.

Poder en 2018

La segunda gran conclusión de la reunión de Simón Gaviria con los representantes liberales fue que el liberalismo tiene que ser una opción de poder real en el 2018 y que para ello no puede descartarse trabajar de la mano con partidos como ‘la U’ o Cambio Radical.

Esta afirmación la soportó el representante Fabio Amín, quien dijo que Gaviria les planteó en la cena “que el Partido Liberal debe llegar al poder en 2018 con candidato propio, pero que no se pueden descartar alianzas con otros partidos de la Unidad Nacional como ‘la U’ o Cambio Radical”.

(Además: Santos abrió las compuertas para la lucha por el poder en 2018)

Otros amigos de Gaviria dijeron que éste no solo tiene el ofrecimiento de Vargas Lleras de ser su compañero de fórmula presidencial, sino que podría quedarse en el gabinete como ministro (probablemente de Hacienda, si el actual, Mauricio Cárdenas asume la precandidatura conservadora), o liderar la lista de candidatos al Senado por el Partido Liberal, o dedicarse a liderar la gran coalición que lleve un candidato de unidad a la Presidencia en 2018.

Por ser funcionario oficial -no se le permite hacer comentarios politicoelectorales- Gaviria no ha dicho nada sobre el tema en público, pero se cree que está preparando su maleta para dejar su cargo en cuestión de días o semanas. Tampoco se sabe cuál será la decisión de su padre, el expresidente César Gaviria, frente a todo esto.

César Gaviria es por derecho propio uno de los jefes naturales del Partido Liberal y ha criticado de manera severa y reiterada a Vargas Lleras, quien ahora parece ir por su hijo.

Uno de los mayores reparos de César Gaviria a Vargas Lleras es que no se comprometió con el proceso de paz con las Farc, que él si apoya.

Horacio Serpa, el otro ‘general’ en las filas liberales, también ha sido implacable con Vargas Lleras. Lo ha conminado a renunciar a su cargo para que haga política sin el presupuesto oficial.


César Gaviria en cambio sí le confirmó a Juan Manuel Galán, precandidato liberal a la Presidencia, que su partido debería buscar más bien una alianza con ‘la U’, el otro partido mayoritario de la coalición del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, defensor del proceso de paz.


Fuente. http://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/simon-gaviria-se-reunio-con-los-liberales-para-hablar-de-su-futuro-electoral/16806796

jueves, 2 de febrero de 2017

Desde La Habana, un perfil del jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, una organización del siglo veinte que quiere dejar de actuar en blanco y negro. ¿Lo lograrán? Todo depende de un proceso de paz incierto y de una geopolítica que se salió de sus goznes. La selva, los territorios liberados, el narco y el sueño de volver a presentarse a las elecciones.

POR: PABLO WAISBERG

A los 57 años, Timochenko tiene la posibilidad de volver a llamarse Rodrigo Londoño. Hace cuarenta que nadie lo llama así, desde que ingresó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Era un militante comunista desencantado con la vía electoral y estaba convencido de que la reforma agraria sólo era posible a través de las armas. Ahora, cuatro décadas después, este hombre de un metro sesenta, hablar pausado y extrema amabilidad, es el jefe de una guerrilla de siete mil combatientes, que sobrevivió a una guerra de más de medio siglo. El estado colombiano no logró derrotarla y Estados Unidos no pudo pagarle a nadie los cinco millones de dólares que pedía por su cabeza. Está sentado en uno de los hoteles de La Habana que fue fundado por británicos y estadounidenses, donde el dictador Fulgencio Batista no podía entrar porque era negro. Timochenko, que pedirá tres cafés en una hora, acepta repasar parte de su vida pero todo el tiempo intenta ir hacia el Acuerdo de Paz, que firmó después de seis años de negociaciones.

Además de los muertos en los enfrentamientos y los secuestrados durante años para cambiarlos por presos, a las FARC les reclaman por su relación con el narcotráfico y los acusan de hacer reclutamiento forzoso de combatientes. La primera acusación no corre solamente por los sectores de la derecha, representados en el ex presidente Álvaro Uribe, también la comentan en voz baja algunas organizaciones de izquierda. La otra suele aparecer en notas periodísticas y desde las FARC dicen que son parte de las operaciones de los servicios de inteligencia. Sin embargo, Timochenko no va a esquivar el bulto y va a explicar, con una vocación casi docente, ambas situaciones.

Pero antes, busca desmentir una versión sobre su formación como médico en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú. “Todo es invento de la inteligencia militar”, corrige Timochenko, que en abril de 1976, con 17 años, pasó del Partido Comunista colombiano a las FARC, que hacía veintidós años se había lanzado al monte y reivindicaba un programa de reforma agraria. En ese momento, la guerrilla sumaba unos mil combatientes y había decidido ampliar de cuatro a seis los frentes de combate, según precisa Jorge Enrique Botero en su libro Simón Trinidad. El hombre de hierro.

Su decisión no fue de un día para el otro. Se fue macerando con el tiempo: su padre comunista, los discursos de Fidel Castro de 1964, el recuerdo de sus compañeros de escuela que no tenían para el desayuno, las historias sobre los desaparecidos colombianos y la muerte de Salvador Allende, en 1973. Esos son los hechos que enumera cuando alguien le pregunta por las razones de su radicalización. Cuando tomó la decisión no lo asustó ninguna de las advertencias que le dio el militante de las FARC que lo entrevistó antes de llevarlo al monte: “Es muy duro, va a aguantar hambre, se tiene que olvidar de la familia”. Hasta ese momento, Londoño nunca se había ido a dormir con la panza vacía.


Tres años más tarde, la conducción de las FARC se encontró con un problema que debían resolver: no conseguían médicos que quisieran dejar todo e irse con ellos, pero tenían amigos que aceptaban formar guerrilleros para que pudieran atender a sus heridos y enfermos. “Los problemas de salud eran muy graves y no había quién supiera”, recuerda Timochenko, cuarenta años después.

Sobre esa base, decidieron enviar a un grupo de guerrilleros a formarse en Bogotá. El curso, que iba a durar un año y medio o dos, tomaba la experiencia de los “médicos descalzos”. Eran los campesinos de los arrozales de la República Popular China, que recibieron una formación básica para prevenir enfermedades, atender dolencias más o menos simples y resolver las urgencias.

“Me escogieron y me mandaron sin preguntarme si me gustaba la medicina. Pero fueron sólo tres meses porque cayó la red urbana, que era la que manejaba los contactos. Cogieron un poco de gente y el resto nos escapamos para el monte. Ahí adquirí conocimientos mínimos, y en el reino de los ciegos el tuerto es rey —se ríe y deja la tacita de café sobre la mesa para que no se le vuelque. Por eso me convertí en el ‘médico’. Fue una experiencia bonita pero no me gusta aplicarle inyecciones a la gente porque me duele a mí. Lo hacía porque era un deber”.

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La guerra en Colombia, lo que hoy se define como “la guerra”, comenzó hace 52 años. Fue la respuesta de un grupo de 48 campesinos (44 hombres y cuatro mujeres), sobrevivientes de la “Operación soberanía”, como se llamó al bombardeo sobre la región de Marquetalia, en el centro oeste de Colombia, que ordenó el presidente Guillermo León Valencia. Ese ataque buscaba poner fin a la colonia agrícola fundada diez años antes, que había nacido después del período bautizado como “La Violencia”: más de una década de enfrentamientos armados entre liberales y conservadores, que incluyó la organización de grupos de autodefensa impulsados por el Partido Comunista y dejó más de 200 mil muertos y dos millones de migrantes forzosos.

Ese bombardeo, como muchos otros que llegaron después, fue la expresión concreta de la acción contra el “enemigo interno”, la teoría que acuñó Estados Unidos durante la Guerra Fría. Y esos campesinos, que tenían ideas de redistribución de la tierra y ponían en cuestión la tenencia de grandes latifundios cafetaleros, fueron definidos como “enemigos” y sus colonias autónomas como “repúblicas independientes”, por el gobierno colombiano.

“Los campesinos dijeron que si por la vía pacífica no los dejaban debían crear un movimiento guerrillero que impulse una revolución con un programa agrario. Se llamaron originalmente Bloque Sur, que reunía a varios movimientos. Luego, en la Segunda Conferencia se asumió el nombre de FARC y se hizo un plan para organizar la guerrilla en todo el país”, reconstruye Timochenko. La primera declaración política de ese grupo proto-FARC fue un Programa Agrario y definieron que se alzaron en armas porque en su país estaban cerradas las vías de la lucha política legal, pacífica y democrática.

Cincuenta y dos años después, el delegado por Estados Unidos que participa de la última negociación para lograr la paz, Berni Aronson, reconoció que “fue una equivocación política” haber respaldado esos ataques sobre campesinos. El costo se pagó en la existencia de grupos paramilitares, desarrollo del narcotráfico, sesenta mil desaparecidos y decenas de miles de muertos: el ochenta por ciento de los crímenes corresponden a los militares y a los grupos paramilitares y el doce por ciento son responsabilidad de las FARC, según un informe de las Naciones Unidas de 2008. El conflicto también generó el desplazamiento de siete millones de campesinos y unos cuatro millones de exiliados sobre una población de 49 millones de habitantes.

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Rodrigo Londoño nació el 20 de enero de 1959, en La Tebaida, departamento del Quindío. Cuando tenía cinco o seis años no imaginaba que ingresaría a las FARC. Mucho menos que dirigiría la Escuela Nacional de Formación de Cuadros ni que sería el encargado de fundar y llevar adelante un frente completo de combate y que, finalmente, sería el jefe de toda esa organización. Su llegada a la cima se produjo tras el asesinato de Alfonso Cano, en 2011, cuando comenzaba la negociación promovida por el presidente Juan Manuel Santos para lograr la paz.

Cuando habla de Cano es el único momento en que sus ojos realmente se ensombrecen. No se explica cómo fue que el Ejército encontró el campamento donde estaba Cano y lo arrasó a pura bomba. En ese momento se paralizaron. No tuvieron reacción inmediata y fue Santos el que le pidió  a Hugo Chávez que intercediera. Timochenko viajó a Venezuela y estuvo toda una noche hablando con Chávez, desde las veinte hasta las cuatro de la mañana. Ahí acordaron cuál sería el rol de Venezuela, y el de Chávez, como garantes de la negociación que volvió a retomarse.

Pero mucho antes de todo esto —de que tuviera bajo su mando a más de siete mil guerrilleros y toda la estructura secreta de la agrupación de masas, el Partido Comunista Clandestino de Colombia—, se llamaba Rodrigo Londoño y era un chico que jugaba al trompo y las bolitas. Después  empezó a dar vueltas al pueblo, recorrer sus calles, sentarse en el parque. Iba siempre secundado por un primo con quien había aprendido a  andar en bicicleta. Era un gusto que se daban sólo cuando tenían algún peso para pagar el alquiler y así poder practicar uno de los deportes más populares de la Colombia de los sesenta. “Era fiel seguidor de la Vuelta a Colombia por radio. Los televisores en el pueblo se contaban con los dedos de las manos y sobraban dedos”, recuerda Timochenko. Ese evento, que recorría el país por las rutas, se había inspirado en el Tour de Francia.

Una cosa que hacía seguido era repetir los discursos de Fidel Castro. Se paraba en la puerta de su casa y arengaba a los vecinos que pasaban con palabras prestadas, que hablaban de la consolidación del proceso revolucionario cubano. A Fidel lo escuchaba con su padre, en una radio valvular. Arturo Londoño había sido liberal y, al igual que el primer jefe de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, se había vuelto comunista y en su casa sintonizaba Radio Habana.

Por esos años, era ya un lector compulsivo. Su madre, Elisa Echeverry, le enseñó a leer de pequeño y a los seis ya leía de corrido. “Ella misma me regaló una Biblia, que me parecía muy bonita y me encantaba el papel en que estaba impresa. Gocé leyendo todas las historias que ahí se narran”, sonríe mientras el cielo cubano sigue completamente nublado. Hace 24 horas que llueve en forma intermitente y el hotel, con salida a la playa, parece desierto.

Más tarde abrió furtivamente el baúl de sus abuelos y de allí se llevó un montón de novelas románticas como “Oscar y Amanda. Los descendientes de la abadía”, de Regina Roche, o “Genoveva de Brabante”, la leyenda medieval sobre una esposa casta acusada falsamente por un pretendiente rechazado. También encontró buena parte de las obras de José María Vargas Vila, un intelectual y escritor colombiano cuyos textos estaban prohibidos por su ateísmo militante y sus posiciones antimperialistas.

Cuando empezó a militar, a los trece años, devoró literatura soviética: “La Madre”, de Máximo Gorki, o “Así se templó el acero”, de Nicolás Ostrovski.  Es una novela autobiográfica que habla de la voluntad revolucionaria en estado puro: a los catorce años Ostrovski se sumó a las Juventudes Comunistas e integró al Ejército Rojo, donde libró dos combates en paralelo, uno contra el enemigo y otro contra una enfermedad autoinmune que le iba deformando la espalda. Llegó a la Dirección de  las Juventudes Comunistas (Komsomol), con una parálisis casi total hizo cursos universitarios por correspondencia y después de quedarse ciego escribió esa novela. Murió a los 32 años.

 “Me marcó mucho en esa época. Hace algunos años lo volví a leer y me pareció demasiado pancartudo (consignista)”, recuerda.

La novedad de la lectura fue a la par del cine y quedó fascinado cuando lo llevaron al teatro del pueblo a ver una campaña publicitaria de una empresa de pasta dental que enseñaba como lavarse los dientes. Después pasaron una película gratis. “Luego viene la etapa cuando mi mamá me daba dinero los domingos para que fuera al cine vespertino, eran dos películas, por lo general de vaqueros, pistoleros como Ringo y Yango, y de humor: Viruta y Capulina, el Gordo y el Flaco. Ya a los catorce años, cuando podía viajar a la capital del departamento, Armenia, vi una que fue muy comentada en aquella época: Tiburón. Y otra de contenido político que me impactó: Estado de Sitio. Me gusta mucho el tango y vi Los muchachos de antes no usaban gomina. Me gustó tanto que la vi tres veces casi seguidas”, dice.

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Cuando Timochenko entró a las FARC arrancaban las plantas de coca que encontraban. También las de marihuana. Pero con el tiempo fueron comprendiendo que se trataba de “un fenómeno económico-social” y que esa política les iba “echando la gente encima”.

“La gente decía ‘nos están arrancando con lo que nos alimentamos ¿Qué vamos a sembrar? ¿Maíz? ¿Cuánto cuesta sembrar una hectárea? ¿Y cómo la sacamos si no hay carreteras?’ El maíz tenían que salir a ofrecerlo pero la droga se la venían a comprar. Nos dimos cuenta que era un fenómeno que teníamos que afrontarlo de otra manera y comenzamos todo un proceso de concientización con los sectores que cultivaban coca para que se organizaran”, explica Timochenko, mientras toma otro “tinto”,  como le dicen al café. Este es corto, bien negro y cubano.

Ese “darse cuenta” incluyó una discusión sobre la posibilidad de llevar adelante el negocio ellos mismos y resolver las necesidades de financiamiento de una guerrilla que vive en la selva y precisa armas, ropa, alimento. “Creímos que ahí estaba la solución financiera, que íbamos a resolver la financiación del proceso guerrillero vía el narcotráfico, pero nos dimos cuenta que es incompatible. Y lo descartamos. No era para revolucionarios”, reconoce. Y se pone serio. La imagen en sí misma es desconcertante: la conducción de las FARC analizando, discutiendo (¿habrán citado autores marxistas?) si era correcto devenir narcos. O, tal vez, haya sido un debate más pragmático, donde hicieron números y sacaron cuentas sobre cómo convenía reunir el dinero necesario para aceitar la lucha revolucionaria.

La salida que encontraron, entre la destrucción de los cultivos y convertirse en traficantes, fue cobrarle un impuesto a los narcos. Lo mismo hacen con los cafetaleros, con los ganaderos, con los industriales. Las FARC son, en algunos territorios, el Estado. “Pero no es fácil. Eso crea una cultura. Y una de las tareas es neutralizar la cultura de la vida fácil, del dinero fácil. Es un polo de atracción. Muchos patrones pagan a sus obreros con bazuco (pasta base de cocaína), y eso va degenerando a la gente. Aquí tenemos que reconstruir el tejido social. Y es una de las cosas que están planteadas en los Acuerdos de Paz, que incluyen un programa de sustitución de cultivos. Tenemos ese reto”, dice con tono amable y un hablar pausado, que no abandona casi nunca.

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“No digo que no se hayan dado casos donde algún muchacho nuestro de pronto haya dicho alguna mentira para incorporar a alguien, pero ésta es una lucha que implica un compromiso. Una vez me tocó llegar a un campamento a hacer las hojas de vida de la gente. Somos una agrupación armada que está en guerra y debe controlar quién llega, porque en la guerra la infiltración existe. Elaborando esas hojas de vida me encontré un muchacho que comenzó a contarme su historia. Me llamó la atención que era un hombre de poco más de veinte años, que tenía como cuarto o quinto bachillerato. Y me contó que había sido payaso de circo, que había estado en Ecuador y Bolivia. Y le pregunté algo que siempre preguntamos: ¿usted qué vicios tiene? Y me dijo que el cigarro, el alcohol y el bazuco. Cuando me dijo eso me sorprendió la sinceridad. Y le pregunté algo que también se pregunta siempre: ¿qué lo motivó a ingresar? Y me dice ‘hombre, a mí me motivó ingresar que yo pensé que aquí tenía bazuco y mujeres a la libre’. Y me siguió desarrollando la historia. Después fui a ver al mando del campamento. Andaba preocupado porque estábamos en una tarea muy delicada y les dije ‘a este tipo no lo podemos dejar ir porque lleva varios días aquí, conoce información’. Empezamos a discutir qué hacer y nos dimos cuenta de que era un muchacho sincero. Decidimos aguantarlo y hacer un trabajo de acercamiento con él. El tipo se había tomado el bus que no era. A cada rato me decía ‘estoy desesperado, aplíqueme una inyección para desintoxicarme’. Organizamos un curso político y lo metimos ahí. En la tarde me llamó y me dijo ‘sabe qué camarada, no pierdan el tiempo conmigo, yo hago de comer que yo de eso no entiendo nada’ (se ríe). Así el hombre se fue metiendo. A los años murió en combate, siendo comandante de compañía. Lo ganamos. Se llamaba Carlos Colt. No sé por qué se puso ese nombre. No recuerdo su nombre real. Siempre me decía ‘mire camarada, no me vayan a mandar donde tenga la tentación’. El ingreso a la guerrilla es a conciencia”.

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Hace varios meses Timochenko volvió a vivir en la ciudad. No había estado tanto tiempo en una desde hacía cuarenta años. Trata de evitar sentir ese impacto que implica pasar de la selva a la urbe. Se concentra en todo lo que falta: el Acuerdo de Paz avanza, rápido para lo que fueron acuerdos similares en otros puntos del globo, pero todo el tiempo parece que se va a atascar en un pantano.

Parte de ese carácter sinuoso y complejo en el que se mueve esta negociación constante se puede explicar en lo que encontró el actual presidente de Colombia cuando, hace seis años, ordenó iniciar los sondeos clandestinos para intentar este proceso. Y lo que encontó —asegura Timochenko— lo sorprendió: pese al combate sistemático a las FARC que —como ministro de Defensa del presidente Álvaro Uribe— había encabezado el propio Santo, la guerrilla se había sostenido. Tenía unos siete mil combatientes (casi mitad y mitad hombres y mujeres) desplegados y trabajaban en el desarrollo de un partido de masas clandestino.

“Nos golpearon duro —se refiere al gobierno de Uribe sin mencionarlo— pero nunca nos destruyeron y las columnas vertebrales se mantuvieron siempre firmes. Vino el gobierno de Santos y propuso la alternativa política. Nos hicieron llegar una nota y nos pareció bien. Nosotros no queremos la guerra, queremos la solución política y aceptamos”, dice Timochenko, en uno de los pocos tramos donde su tono adquiere cierta dureza y una seriedad compacta. Lo que encontró Santos -insiste Timochenko- no fue una guerrilla derrotada. Las FARC tenían su propio pliego de condiciones para dejar las armas y estaban muy lejos de cualquier idea de rendición incondicional.

Pero Timochenko evita hablar de lo que fue el combate y la vida en la selva. Insiste en que las FARC son una organización política que tuvo que usar las armas pero —remarca— que siempre quisieron dejarlas, que siempre estuvieron abiertos a una negociación de paz. Por eso ahora no quiere volver sobre la guerra, está dispuesto a hablar con los familiares de los secuestrados —como el caso de Ingrid Betancourt y Clara Rojas, por ejemplo—, y le interesa avanzar sobre este último proceso de pacificación.

Fueron necesarias dos negociaciones casi consecutivas, interrumpidas sólo por un plebiscito al que las FARC no querían ir y en el cual ganó el rechazo al acuerdo. Dice que sabían que el resultado iba a ser malo: un plebiscito sirve como respaldo al presidente (y Santos tiene una mala gestión, asegura). Hubo poca información sobre el contenido del acuerdo y una campaña de desinformación de los sectores que no quieren la paz. Allí se apiñan los que se benefician con el negocio de la guerra, los que acumulan extensiones de tierras, los paramilitares y los que temen el ingreso de las FARC a la arena política de la democracia. “Ninguna guerrilla se sostiene sin apoyo de masas”, insiste Timochenko, desde su metro sesenta de altura, casi como un mantra.

El Congreso terminó refrendando el segundo acuerdo y la Corte avaló el tratamiento rápido de varios proyectos de ley que son imprescindibles para que avance el proceso de paz. Uno de ellos es la ley de amnistía, que ya fue aprobada y se aplicará para aquellos guerrilleros e integrantes de las Fuerzas Armadas colombianas que hayan cometido delitos menores. El próximo paso es la dejación de armas de las FARC, que se va a extender por los próximos seis meses. Para que se concrete, es necesario que se establezcan zonas que garanticen la llegada de los guerrilleros y guerrilleras “en condiciones dignas”, aclara Timochenko y hace una apelación: “Por eso hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y, en particular, a quienes en Colombia ansiamos la Paz, a la unidad en torno al monitoreo y verificación de lo acordado. Hay que exigir que se implemente en el marco de la letra y espíritu de los acuerdos alcanzados en La Habana entre las FARC-EP y el Estado colombiano. Colombia se merece la Paz”.

Si el acuerdo avanza y los que se oponen a él no logran detenerlo, las FARC tienen previsto surmarse a la vida democrática. Eso implica la reinsersión de sus guerrilleros y guerrilleras en la vida cotidiana de las ciudades y pueblos. También, el ingreso en el tablero electoral que se desplegará el próximo año para elegir al  nuevo presidente. La decisión que tomaron es impulsar un gran frente que aglutine a todos los que trabajaron por la paz en Colombia. El candidato no será de las FARC sino una figura de consenso que garantice la implementación de los acuerdos alcanzados en La Habana.



fuente. http://revistacrisis.com.ar/notas/la-paloma-de-las-farc

"Presión pública es única garantía para que haya cumplimiento en contratación": senador Navarro Wolff”

En rueda de prensa citada por el senador del Partido Alianza Verde, Navarro Wolff, sostuvo que la contratación debe ir de la mano con el control ciudadano y el control social, además "hoy en día en el país no hay la suficiente transparencia y todavía se usa la contratación a dedo".

"Hay que ponerle atención a las zonas donde hay riesgo, estamos trabajando en la contratación de gobernaciones y alcaldías inicialmente capitales de departamentos, la Sociedad Colombiana de Ingenieros ha diseñado un sistema de semáforo, rojo cuando son 3 o menos oferentes se presentan a una licitación; amarillo de 4 a 10 oferentes  y verde más de 10, aquí la mayoría de capitales del país están en semáforo en rojo, empezamos con las dos primeras las que tienen más concentrada la contratación, las ciudades de Arauca – Arauca  y Cúcuta - Norte de Santander, demostramos que hay un nivel de contratación inexplicable, más del 90% de las licitaciones con un solo proponente, esto hay que mirarlo con lupa, no quiere decir que haya corrupción automáticamente, pero que si hay una alarma", advirtió el senador Navarro Wolff.

El congresista estuvo de acuerdo con la propuesta que hiciera en su momento el Presidente de la República y se mostró propositivo en apoyarla, en el sentido que la gente que es corrupta no tenga rebaja de penas y vaya a cárceles comunes como La Picota, o La Modelo, que no tengan beneficio  alguno como la casa por cárcel, tampoco en la escuela de policía.

El congresista de Alianza Verde insistió que a este tema se le va a hacer seguimiento municipio por municipio, departamento por departamento, "vamos también a verificar que pasa con el cambio de gobierno en el 2015 y en el 2016, ya demostramos que en Arauca y Cúcuta no cambiaron los contratistas ni la concentración de la contratación, vamos a ver que pasó en el resto de municipios del país  y sobre todo en las capitales de departamentos".


Por último Navarro Wolff propuso que haya pliegos unificados, condiciones de escogencia o de selección estandarizada, "que los organismos de control vayan a fondo donde nosotros no podemos ir porque no tenemos la autoridad para meternos más a mirar en detalle cómo se hicieron las contrataciones"

Senador Senén Niño rindió homenaje a Ministra de Trabajo Clara López


En el emblemático Salón de la Constitución del Capitolio Nacional, un grupo de ciudadanos, dirigentes políticos y sindicalistas, rindieron tributo a Clara López Obregón por su loable desempeño como Ministra de Trabajo.

El senador Senén Niño Avendaño miembro del Polo Democrático, entregó reconocimiento a la Ministra de Trabajo Clara López, como homenaje a su obra política y al aporte en la construcción de la paz.

“Militantes del Polo exaltamos y reconocemos las virtudes de la Doctora López en su vida pública, hacemos un homenaje por todo su desempeño a cargo del Ministerio de Trabajo y ahora como parte del equipo negociador en el proceso con el ELN”, expresó el senador Niño.

En el documento firmado por representantes del llamado Polo Social, quedó descrito el reconocimiento a su meritoria, democrática y comprometida labor en favor de los trabajadores de Colombia, la permanente búsqueda de la concertación y el diálogo social, pero sobre todo, su indeclinable trabajo y servicio en la construcción de una paz estable y duradera para el país.

La Ministra de Trabajo se mostró conmovida y dijo estar abrumada con el cariño y el apoyo de la gente durante estos años. “Agradezco el calor humano y el afecto que me expresan con este homenaje, es la fuerza del amor la que nos impulsa a grandes logros”, aseguró.

Finalmente un grupo de mujeres le hizo entrega de un sobre con 5 mil firmas, en apoyo a una eventual candidatura por la Presidencia de Colombia.

“Como parte del gabinete de Gobierno no puedo expresarme en este sentido, agradezco el entusiasmo y la iniciativa, de momento seguiré participando del proceso de reintegración de las FARC a la vida civil y su ubicación en las zonas veredales, así como la integración del equipo negociador con el ELN”, puntualizó la Ministra López.


La mesa de diálogos con el ELN se instalará en Quito, Ecuador, a partir del 7 de febrero, una vez liberado el ex congresista Odín Sánchez, quien se encuentra en manos de esta guerrilla.

Arranca diálogo amplio y participativo entre recicladores y el Distrito Capital



Tal y como se comprometió en sesión extraordinaria con el Concejo de Bogotá, la directora de la UAESP, Beatriz Elena Cárdenas Casas, comenzó esta semana las mesas de trabajo con recicladores y líderes de asociaciones de recuperadores de la ciudad.

El objetivo de estas jornadas es informarlos de los detalles del proceso que adelanta la entidad para renovar el esquema de aseo de la ciudad y conocer sus expectativas de cara al arranque de la licitación, una vez la CRA valide la propuesta presentada por el Distrito.

En la primera de dos reuniones que se llevaron a cabo desde el martes, la doctora Cárdenas Casas se encontró con miembros de organizaciones como Reciclemos Todo, Asorexi, la Asociación de Recicladores de Bogotá y la Asociación de Carreteros de Bogotá.

“Ellos son importantísimos en toda la cadena del servicio de aseo en la ciudad” explicó la funcionaria. Y reiteró ante ellos que los más de 20 mil recicladores de oficio de la capital “no van a ser excluidos” con el nuevo esquema de aseo.

Cárdenas Casas señaló ante los líderes y representantes que “en la medida en que ustedes nos ayuden en este proceso, esto va a ser un éxito, va a salir adelante y ustedes no van a ver ni sus derechos ni acciones afirmativas diezmadas”.

La funcionaria reconoció que el gran reto de la UAESP es “articular nuestro proceso licitatorio con la actividad de reciclaje y aprovechamiento” y por eso ha convocado tanto a los sectores formalizados como aquellos que no están en ninguna organización. “Son ustedes, los recicladores, los que no deben enseñar en el tema de reciclaje y aprovechamiento”.

Durante la reunión de esta mañana se abordaron temas específicos sobre los anexos de la licitación relacionados con su remuneración,  carnetización, verificación de material, contenedores en sitios críticos de la ciudad, bodegas y almacenamiento, entre otras preocupaciones de los recicladores.

Los voceros de la entidad explicaron como un esquema de aseo con áreas de exclusivas va a permitir un acceso cierto al material aprovechable, casi el 60% de los residuos que produce la ciudad. El esquema de libre competencia para estos residuos permite que los recicladores vayan por toda la ciudad y se de un proceso progresivo de formalización de sus organizaciones.

En el 2016, la UAESP incluyó 888 recicladores que no se encontraban entre los beneficiarios del pago por aprovechamiento. Carnetizó a otros  9388 recicladores, y se completó la bancarización de  11 mil.

“Nosotros queremos tener un servicio moderno, con altos estándares de calidad de acuerdo a  las necesidades de la ciudad y que garantice la cobertura de los estratos bajos y a toda la zona rural” dijo Cárdenas. La funcionaria avanzó que reglamentos claros para la separación en la fuente de residuos saldrán en las próximas semanas y que se prohibirá expresamente que que los operadores recojan las bolsas blancas.



Las mesas continuarán en las próximas semanas y serán lideradas por la directora Cárdenas Casas con el objetivo de hacer lo más amplia e inclusiva la discusión con los distintos sectores de la población recicladora de oficio de cara al nuevo esquema de aseo.

Ciclo de cine mexicano “Cine y literatura”, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez · Del 7 al 28 de febrero, a las 4 p.m. en el Auditorio Porfirio Barba Jacob del Centro Cultural Gabriel García Márquez.

Entrada libre a todas las proyecciones.


El Fondo de Cultura Económica, Filial Colombia, y la Embajada de México en Colombia traen al Centro Cultural Gabriel García Márquez una selección de historias que de los libros, han sido llevadas a la pantalla grande.
Durante el ciclo de cine mexicano “Cine y Literatura”, que tendrá lugar del 7 al 28 de febrero,  se presentarán gratuitamente cuatro películas en el Auditorio Porfirio Barba Jacob.
 
Sobre el ciclo:
El cine mexicano es reconocido a nivel mundial por su extraordinaria capacidad de producir películas adaptadas o basadas en obras literarias. Federico Gamboa, Juan Rulfo, B. Traven, Mariano Azuela, Rosario Castellanos y Carlos Fuentes, son algunos de los escritores que se unieron a la larga lista de creadores literarios llevados a la pantalla cinematográfica. “Cine y literatura” es un ciclo que busca acercar al lector al cine y al cinéfilo a las obras más emblemáticas de escritores mexicanos. Santa, Pedro Páramo, Presagio y Rosa blanca son las cuatro películas que se estarán proyectando en el marco de la programación cultural del mes de febrero.

Programación:



Martes 7 de febrero:




Santa

1932
Dirigida por Antonio Moreno
81 minutos
4 p.m.
Santa es una humilde muchacha de una belleza inusual que vive feliz con su familia en Chimalistac, un pequeño poblado al sur y a las afueras de la Ciudad de México. Su gran belleza hace que los hombres se fijen en ella, y así ocurre con Marcelino, un soldado que la seduce y después la abandona. A partir de esta situación, la joven sufrirá la pena de ser expulsada de su hogar por sus ofendidos hermanos y condenada a la prostitución, hecho que la convertirá en una mujer cínica y desgraciada.






Martes 14 de febrero




Pedro Páramo
1967
Dirigida por Carlos Velo
104 minutos
4 p. m.
Juan Preciado, hijo de Pedro Páramo y de Dolores Preciado, al morir su madre, decide cumplir la promesa de ir en busca de su padre al pueblo de Comala y exigirle lo suyo; al llegar, se encuentra con un pueblo abandonado y misterioso donde se escuchan voces y extraños murmullos...



Martes 21 de febrero







Rosa blanca
1961
Dirigida por Roberto Gavaldón
105 minutos
4 p. m.
En Veracruz, la hacienda de Jacinto Yáñez se encuentra en medio de terrenos de compañías petroleras extranjeras, que intentan por todos los medios deshacerse del legítimo propietario. Corre el año de 1937 cuando, con engaños, el esbirro de una de las compañías lleva a Los Ángeles a Jacinto y lo asesina. El eufemismo intentaba disfrazar lo que en realidad ocurrió: la película estuvo prohibida durante once años.


Martes 28 de febrero:


Presagio
1974
Dirigida por Luis Alcoriza
118 minutos
4 p. m.
Mientras atiende el parto de Isabel, la esposa del fuereño Felipe, mamá Santos pronostica que "algo terrible va a pasar en el pueblo" tras rompérsele una botella donde hace soplar a las parturientas. A partir de este presagio, las calamidades atormentarán a los lugareños y los llevarán a buscar a los culpables de tan terrible situación.