Bogotá, D.C., 10 de mayo de 2020
Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad la prensa nunca será otra cosa que mala. Albert Camus (1913-1960)
jueves, 14 de mayo de 2020
IVÁN DUQUE ACABA LA CUARENTENA, PRORROGA LA EMERGENCIA ECONÓMICA Y NO RESUELVE PETICIONES DE TRABAJADORES Y PRODUCTORES
martes, 12 de mayo de 2020
Bogotá se mantiene como la ciudad más afectada por el COVID-19.
Coronavirus en Colombia: 11.613 personas contagiadas y 479
muertes
El último informe del Ministerio de Salud entregado el lunes
11 de mayo confirmó 550 casos nuevos, 16 fallecidos más para un total de 479,
mientras que 2.825 pacientes se han recuperado.
Bogotá: 4.305
Valle del Cauca: 1.367
Atlántico: 1.022
Meta: 927
Bolívar: 742
Amazonas: 718
Antioquia: 474
Nariño: 306
Cundinamarca: 289
Magdalena: 284
Risaralda: 216
Huila: 179
Tolima: 130
Caldas: 100
Norte de Santander: 99
Boyacá: 77
Cesar: 72
Quindío: 71
Cauca: 51
Santander: 42
Córdoba: 39
Chocó: 28
La Guajira: 27
Casanare: 21
Caquetá: 16
San Andrés y Providencia: 6
Sucre: 4
Putumayo: 1
domingo, 10 de mayo de 2020
105 mil mililitros de leche materna se han procesado durante esta cuarentena
Bajo los más estrictos controles de
bioseguridad y con el propósito de brindar una alimentación con altas
propiedades nutricionales y grandes beneficios inmunológicos a los recién
nacidos de Bogotá, funciona el Banco de Leche Materna de la Subred Sur
Occidente, el único banco de la red pública hospitalaria del Distrito y que
presta sus servicios desde la Unidad de Servicios de Salud Occidente de
Kennedy; beneficiando a recién nacidos prematuros, de bajo peso, con
deficiencias inmunológicas, diarreas recurrentes, o con alergias a las
proteínas heterólogas.
En el último mes, este banco alcanzó
105.000 mililitros, beneficiando al 60% de los recién nacidos del suroccidente
de la ciudad.
Este servicio realiza actividades de
recolección, selección, clasificación, control de calidad, almacenamiento y
distribución de la leche donada por madres saludables, mediante dos líneas de
atención: la primera es a través de salas de extracción, que recoge la leche
materna de las madres que tienen a sus hijos hospitalizados en la unidad y la
segunda recoge a domicilio los excedentes de producción de leche materna de
madres que lactan a sus hijos, y que, luego de algunos requisitos y
verificaciones de salud, la donan para procesarla y brindarla a recién nacidos.
Según Dannys Teherán, Directora de
Servicios Complementarios de la Subred Sur Occidente, “una madre sana que esté
lactando a su hijo y tenga excedente de leche es una posible donante. En el
Banco de Leche se le realizará una valoración por especialista que confirmará
si está en condiciones de donar su leche, para lo cual recibirá orientación que
permitirá realizar una correcta extracción y conservación en casa”.
Para evitar el desplazamiento de las
donantes en esta época de cuarentena, la recolección se realiza a domicilio a
través de 2 a 4 rutas programadas semanalmente, a las 60 madres donantes
vinculadas con el programa. Luego de ser recogida, esta leche inicia un proceso
de valoración de color, olor y limpieza de impurezas; se re envasa en
contenedores esterilizados, se inicia con el proceso de pasteurización y luego
se realiza una evaluación nutricional antes de ser suministrada.
Un servicio que se complementa con
actividades de promoción y educación sobre la importancia de la lactancia entre
las usuarias y sus familias.
miércoles, 6 de mayo de 2020
Unidad respeta las decisiones de la Corte Constitucional y continúa atendiendo a las víctimas de desplazamiento
Este pronunciamiento de la Corte Constitucional respecto de
las entidades del orden nacional reitera al Departamento para la Prosperidad
Social y a la Unidad para las Víctimas, el deber de diferenciación entre las
medidas de asistencia social, la Atención Humanitaria y la reparación integral,
así como aquellas relacionadas con la garantía del derecho a la igualdad y no
discriminación de las víctimas de desplazamiento forzado en el acceso a la
oferta del Estado.
Exhorta a que las disposiciones que se adopten para atender
la crisis generada por la pandemia, se realicen en pleno respeto del deber de
distinción entre los servicios de asistencia social, la atención humanitaria y
la reparación integral; y garanticen a las víctimas del desplazamiento forzado
el acceso a los programas y servicios que se implementen para atender a la
población en la emergencia producida por la pandemia.
Remite al Departamento Nacional de Planeación, Departamento
para la Prosperidad Social y Unidad para las Víctimas, la solicitud elevada por
la Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento.
Por todo lo anterior, la Unidad para las Víctimas como
coordinador del Sistema Nacional de Atención y Reparación a las Víctimas
(SNARIV), se permite señalar que su línea de trabajo institucional, “ha sido
fortalecida en el marco del COVID-19 y coincide con los lineamientos reiterados
por la alta corporación en la orden primera de este auto, y precisa que en su
actuar siempre es claro que las medidas de atención, asistencia y reparación
que se entregan con ocasión al conflicto armado, no pueden ser homologadas, ni
sustituidas por la oferta social”. Así lo dio a conocer Vladimir Martin, jefe
de la Oficina Jurídica de la entidad.
Adicionalmente, el funcionario explicó que, en un ejercicio
de articulación interinstitucional ha trabajado con otras entidades de Gobierno
nacional y autoridades territoriales, “con el fin de compartir información en
relación con las víctimas a fin de lograr su focalización en la oferta social
diseñada para atender la situación de emergencia".
Según Martin, "la Unidad respeta los pronunciamientos
de la Corte Constitucional, puntualmente en el marco del seguimiento a la
sentencia T-025 DE 2004, los cuales se han venido cumpliendo desde años atrás,
así como también del compromiso que desde el Gobierno nacional se tiene con las
víctimas.”
Es por eso que en el marco de la situación generada por la
COVID-19, Vladimir Martin, aseguró que la Unidad para las Víctimas, continúa
cumpliendo con las disposiciones señaladas en la Ley 1448 de 2011, sus decretos
reglamentarios y los decretos Ley, las órdenes judiciales y lineamientos
jurisprudenciales.
Y agregó que “no se ha interrumpido la entrega de las
medidas de atención, asistencia y reparación, las cuales no han sido
modificadas por el marco normativo de la declaratoria de excepción y la
emergencia sanitaria y que, por el contrario, desde el primer momento de la
emergencia se han aunado esfuerzos para para fortalecer los procesos con el
objeto de no dejar de garantizar a las víctimas sus derechos".
Programa radial sobre el valor del árbol
En
este programa hacemos un homenaje al árbol y su importancia en la construcción
de la civilización humana y la importancia de cuidarlos árboles, las planta y
la naturaleza.
Clip. Para escuchar el programa.
https://drive.google.com/file/d/1DOE0kKliwD7N0hMM5E9JJFFsPT5NkZnV/view?usp=sharing
En
un diálogo entre:
Editson Romero Angulo Periodista y Profesor |
Camilo Zapata Méndez Locutor y Periodista |
lunes, 4 de mayo de 2020
MIEDO EN CUARENTENA ROMAN POLO•LUNES, 4 DE MAYO DE 2020•TIEMPO DE LECTURA: 5 MINUTOS
Alonso Roman Cera Autor |
Son las 11 de la noche de un
viernes, del año 2020. El silencio de la calle 19 con carrera 4ª es total. Son
20 días de encierro. De mirar para dentro, de miedo y sin saber qué pasa.
Porque no sabemos nada. Ni siquiera los que informan. Una noche más en la cama,
fría, solitaria, no esperando nada para el día siguiente. Porque no hay nada.
Sin vacuna, sin lo mínimo vital para sobre vivir y un entorno degradante
producto de 30 años de destrucción de lo público.
Me levanté, en la mañana, más
temprano que de costumbre. La verdad, no sé porque, últimamente, el tiempo me
alcanza más que antes. No hago nada diferente, sólo hago lo mismo intensamente.
Eso sí, tengo más tiempo. La costumbre de ir a una taberna, de caminar las
calles sin rumbo fijo tratando de pensar sobre la incertidumbre del mañana y de
tomar café con mis amigos han quedado atrás. Es más, estoy olvidando el sabor
dulce de bailar una buena canción de salsa acompañado de una dama. Quisiera quedarme acostado, con los ojos
cerrados, y que al abrirlos nada fuera igual a este estado de alarma y
sobresalto que nos acompaña. Ojos bien abiertos para ver fluir las multitudes,
alegres, sin miedo y sin hambre.
No fue así. Todo siguió igual.
Eso sí, al levantarme, tosí fuerte. Me preocupé. Respiré. Retuve el aire unos
segundos en los pulmones. Boté el aire. Lo repetí tres veces. No me dolió nada.
La preocupación bajó. No contento aún, busqué un termómetro. Temperatura
corporal, normal, 36°. No me pasa nada. Tengo que dejar de creer en tanta
basura que llega por la red y de periodistas ignorantes que lo enferman a uno.
Comenzaba mi día. Una hora de
ejercicio. Seis tandas de 20; planchas, lagartijas, abdominales boca
arriba…Continué leyendo los Diálogos Socráticos, en una edición especial
dirigida por un comité selectivo, encabezado por Alfonso Reyes, el gran
intelectual mexicano. Leía rápido, no tenía apuro de tiempo, ni de tarea
alguna, ni de citas en agenda que no disciplinaban a nadie. De repente un
párrafo: “Cuando la epidemia o las terribles plagas caían sobre los pueblos
como castigo de algún antiguo crimen, el delirio se apoderó de algunos
mortales…” (Fedro, Sobre La Belleza). Me llevó de nuevo a la realidad y deje
atrás la Grecia antigua.
Cavilé un poco, No sabía por
dónde empezar. Comencé con RT, continué con Sputnik, seguí con hispantv y cerré
este primer bloque informativo con BBC News Mundo.
Al llegar al último punto, de mi
recorrido, me quedó claro que el mundo está patas arriba. Nada es igual. No hay
duda, el mundo cambiará para bien o para mal. Sí el virus fue un ensayo de
laboratorio o un proceso normal de un mundo en crisis, aún se ha portado
benigno. Y los resultados los tendremos en unos meses. Una vacuna que frene la
pandemia y que enriquecerá a las farmacéuticas o a algún país en particular.
Ahora bien, si ha sido pensado desde el control mundial, nos llevó el chiras.
Esa vacuna nos vendrá con veneno. Tal vez, un chip de control personal. Que
daría el perfil total de los habitantes del planeta, el perfil biológico. En
uno u otro caso, estamos jodidos. Asistimos al control del Gran hermano. Una
sociedad sometida y controlada desde el miedo y los satélites.
En todo esto, Dios se ha hecho el
de oído sordos. Ya es hora que se
defina. Sus iglesias hicieron el ridículo. Cuando no pedían el diezmo, unas,
otras estaban tratando de aplacar la pandemia con rezos y misas. Y nada, la
pandemia era más fuerte que los rezos. Era más poderosa que energúmenos pastores
ignorantes que se colocaron como guarda mallas de un partido de futbol, y
fueron goleados.
Lo que me preocupa es que Dios,
que lo ve todo, esté ciego. Mientras que los satélites, que también ven todo,
están en otra dimensión del control. Es más, hoy, los satélites están dejando
sin oficio al señor. Lo saben todo. Mientras el Papa se atrinchera en San Pedro
sin fieles y con homilía por televisión, los satélites se meten en todos lados,
incluyendo la Santa Sede. Hoy, estos aparatos, saben del nivel de calor de las
personas para evitar contagios, de los perfiles de gente sin rostro y cuantos
panqueques consumimos al desayuno. Los imprudentes, que llamados por el néctar
de la malta se escapan de la cuarentena a buscar un buen trago de whisky, están
pillados. Una cámara cualquiera conectada al satélite los ha visto alzar la
copa. Es más, cuando Dios quiere enterarse de una estupidez de Donald Trump
recurre a los satélites amigos de la Santa Sede.
El miedo está por todas partes.
En países ricos y pobres. En barrios del norte y del sur. Ya no se puede
esconder, porque el virus ataca a todos por igual. Claro, unos pueden
sobrellevar su situación atrincherado con neveras y alacena llenas de víveres y
alimentos mientras otros tienen que recurrir a un subsidio de pobreza que no
llega.
Todo es para llorar. Llorar sobre
el silencio, sobre las ollas vacías, sobre el miedo que han logrado expandir
las redes con opiniones llenas de desinformación pero que hacen daño. Tal vez,
lo poco bueno de este mal que recorre el mundo, es que oigo latir las alas de
una mariposa Monarca en el valle de México. Sí, descansa la tierra. Pareciera
estar en pausa. El ruido de los motores y el silbido de las llantas han
aminorado. Miles de millones de pisadas se han detenido. El retumbar de las voces,
sobre los cerros y montañas, está en silencio. El planeta respira y con él, la
fauna y la flora. El ruido sísmico que perturba su devenir es menor y más
lento. Evidentemente, hay una drástica disminución de las vibraciones y eso se
siente en toda la galaxia. Hay una tranquilidad planetaria y los animales lo
viven. Al vibrar menos la tierra se pueden captar señales venidas de otras
galaxias. Cuanto me gustaría saber de mis hermanos de otros mundos. Que, tal
vez, no han llegado por el ruido ensordecedor que aleja el latir de los
corazones.