lunes, 16 de septiembre de 2024

Cuánto cobra un jubilado en agosto de 2024 en Argentina: Un sistema que golpea a los más ancianos y pone en riesgo su seguridad alimentaria

Por. Editson Romero Angulo

Productor de contenidos informativos 

Introducción 



En agosto de 2024, los jubilados y pensionados en Argentina recibieron un incremento en sus haberes, acompañado de un bono extraordinario destinado a compensar la creciente pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación. 

Sin embargo, a pesar de estas medidas, la situación de los jubilados sigue siendo alarmante, especialmente para los de mayor edad, quienes enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas, incluidas la alimentación y la salud. 

Este artículo explora cómo la política de actualización de los haberes previsionales y la entrega de bonos no solo resulta insuficiente, sino que agrava las condiciones de vida de los jubilados más vulnerables, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria y bienestar.



La ley de movilidad y su impacto insuficiente

La movilidad jubilatoria en Argentina está regulada por la Ley N° 27.609, sancionada en diciembre de 2020, la cual establece una fórmula de ajuste trimestral para los haberes jubilatorios y las pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Esta fórmula se basa en un 50% en la recaudación tributaria de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y un 50% en la evolución de los salarios según el índice salarial de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).

 La Ley de Movilidad Jubilatoria, vigente en Argentina desde 2020, establece un ajuste trimestral de las jubilaciones basado en dos factores: el 50% de la recaudación de la ANSES y el 50% de la evolución salarial (RIPTE). Esta fórmula, diseñada para mantener un equilibrio entre los ingresos fiscales y las mejoras salariales del sector formal, ha demostrado ser ineficiente en escenarios de alta inflación, como el que atraviesa Argentina en 2024, donde la inflación interanual ha superado el 120%.  

En agosto de 2024, los jubilados recibieron un aumento del 17,04% en sus haberes. Con este ajuste, el haber mínimo pasó a ser de $107.088 . Aunque sobre el papel parece una mejora, cuando se considera el costo de vida real y el nivel de inflación, estos aumentos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de los jubilados, en especial los de mayor edad, que generalmente dependen en mayor medida de servicios. médicos, medicamentos y una nutrición adecuada.



La insuficiencia de los bonos extraordinarios 

El gobierno, consciente de la insuficiencia de la fórmula de movilidad frente a la inflación, ha recurrido a la entrega de bonos extraordinarios para paliar la situación. 

En agosto de 2024, los jubilados que percibieron la jubilación mínima recibieron un bono de $27.000 . Si bien esta medida puede parecer un alivio temporal, su efecto es limitado y no estructural, ya que no se incorpora de manera permanente en los haberes.

 Además, el bono se distribuye en tres pagos mensuales que, lejos de solucionar el problema de fondo, prolongan la incertidumbre económica mes a mes para los jubilados.  

Lo más preocupante es que estos bonos se entregan de forma decreciente a medida que el haber superado la jubilación mínima, sin considerar que muchos jubilados, a pesar de percibir haberes levemente superiores, también enfrentan situaciones de vulnerabilidad. 

Las limitaciones en los ingresos afectan la posibilidad de acceder a una dieta adecuada, generando una realidad donde miles de jubilados ven comprometidos su seguridad alimentaria.



Los más ancianos: Los más afectados 

El diseño actual del sistema provisional y las políticas de ajuste golpean con especial dureza a los jubilados de mayor edad. 

Este grupo, que en muchos casos ya no puede acceder a formas alternativas de ingresos, enfrenta gastos crecientes en medicamentos y atención médica. 

Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), más del 40% de los jubilados mayores de 75 años tienen dificultades para acceder a una canasta básica de alimentos, un problema agravado por el encarecimiento de los productos esenciales debido a la inflación. 

 A medida que el poder adquisitivo se erosiona, muchos ancianos se ven forzados a elegir entre comprar alimentos o medicamentos. Esto genera una crisis silenciosa de desnutrición entre los más viejos, quienes dependen exclusivamente de los haberes jubilatorios para sobrevivir. Esta situación no solo pone en peligro la salud física de los jubilados, sino que también afecta su dignidad y bienestar emocional.  

La entrega de bonos extraordinarios, si bien puede generar un alivio temporal, no resuelve el problema estructural de la insuficiencia de las jubilaciones. Mes a mes, los jubilados se enfrentan a la misma incertidumbre: ¿Alcanzará el dinero para llegar a fin de mes? Este estado constante de ansiedad y necesidad es una manifestación de las fallas profundas en el sistema, que prioriza el ajuste fiscal sobre la vida y el bienestar de los sectores más vulnerables de la sociedad.


El riesgo a largo plazo 

Este contexto plantea un interrogante crítico: ¿Cómo puede un sistema que precariza la vida de los jubilados, en especial de los más ancianos, sostenerse a largo plazo? La realidad económica argentina muestra un sistema provisional que, en lugar de garantizar una vejez digna, condena a los jubilados a vivir al borde de la pobreza. 



informalidad laboral, sumada a la alta inflación y las medidas insuficientes de ajuste, perpetúan un ciclo de precarización.  

El aumento nominal de las jubilaciones y la entrega de bonos no atacan el problema de fondo: la incapacidad del sistema para generar haberes que cubran las necesidades básicas de los jubilados, especialmente en un contexto de inflación galopante. 

La política económica actual, orientada a preservar el equilibrio fiscal, se hace a costa de la calidad de vida de los jubilados, quienes mes a mes ven cómo sus ingresos se desvanecen frente al aumento del costo de vida.


Conclusión 

La política de actualización de haberes jubilatorios en Argentina, implementada a través de la Ley de Movilidad y complementada con bonos extraordinarios, es profundamente injusta para los jubilados más ancianos. 

Estos sectores, que dependen casi exclusivamente de sus haberes previsionales para cubrir sus necesidades, enfrentan una pérdida constante de poder adquisitivo que pone en riesgo su seguridad alimentaria y su acceso a una vida digna.  

La entrega de bonos extraordinarios es una solución temporal que, lejos de resolver el problema estructural, genera incertidumbre y precariza la vida de los jubilados. 

Es urgente repensar el sistema previsional argentino, priorizando el bienestar de los jubilados y garantizando que sus ingresos sean suficientes para vivir con dignidad, sin tener que elegir entre comer o medicarse. Los jubilados, en especial los más ancianos, merecen mucho más que ajustes. temporales; merecen un sistema que verdaderamente los proteja y les asegure una vida plena y sin carencias.


Glosario 

Movilidad Jubilatoria : Sistema de ajuste periódico de las jubilaciones y pensiones en Argentina, regulado por la Ley N° 27.609. Este ajuste se realiza trimestralmente, en base a la recaudación tributaria y la evolución salarial.  

ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) : Organismo estatal encargado de administrar las prestaciones de seguridad social en Argentina, incluyendo las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares, entre otras.  

Bono extraordinario : Pagos adicionales otorgados por el gobierno a los jubilados para compensar la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación. Estos bonos no se integran de forma permanente al haber jubilatorio.  

Haber jubilatorio : El monto mensual que perciben los jubilados como resultado de sus años de aportes al sistema previsional. Puede variar dependiendo del tipo de aporte y los años de trabajo registrados.  

Inflación : Proceso económico caracterizado por un aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios, lo que provoca una pérdida del poder adquisitivo del dinero. 

Poder adquisitivo : Capacidad de una persona para adquirir bienes y servicios con su ingreso. En el contexto de los jubilados, se refiere a la capacidad de cubrir necesidades básicas como alimentos, medicamentos y vivienda con sus haberes.  

Canasta básica de alimentos : Conjunto de productos considerados esenciales para la subsistencia, cuyo costo se utiliza como referencia para medir la pobreza y la indigencia. Para los jubilados, acceder a la canasta básica es un indicador de seguridad alimentaria.  

Seguridad alimentaria : Condición en la que todas las personas tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias.


Bibliografía

 ANSES. (2024). Ley de movilidad provisional . Recuperado de: https://www.anses.gob.ar

Observatorio de la Deuda Social Argentina. (2023). Informe sobre la situación de los adultos mayores en Argentina . Buenos Aires: Universidad Católica Argentina. 

Ministerio de Economía de la Nación. (2024). Informe de inflación y proyecciones económicas para 2024 . Buenos Aires: Gobierno Nacional. 

Pérez, JM (2023). La movilidad jubilatoria y su impacto en los haberes preliminares . Revista de Política Económica , 18(2), 85-102. 

Webgrafía 

Página oficial de ANSES: https://www.anses.gob.ar 

Diario Clarín. (2024). "Aumento de jubilaciones y bono de agosto: Cómo se reparte el bono extraordinario". Disponible en: https://www.clarin.com

 


viernes, 13 de septiembre de 2024

Evolución de la Figura de la Virgen María

Influencia en el Contexto de la Evolución Histórica del Cristianismo

Por. Editson Romero Angulo

Productor de contenidos informativos 

Introducción

La figura de la Virgen María ha ocupado un lugar central en la fe y la devoción cristiana, especialmente en el ámbito del catolicismo, desde los inicios del cristianismo. 

La Iglesia Católica ha defendido consistentemente su importancia como Madre de Dios y modelo de santidad. A lo largo de los siglos, la devoción a María ha evolucionado, no solo en sus aspectos teológicos, sino también en su influencia social y cultural, ajustándose a los diversos contextos históricos en los que el cristianismo se ha desarrollado. Este artículo explora la evolución de la figura de María en los principales periodos históricos del catolicismo, defendiendo la posición oficial de la Iglesia Católica sobre su papel y significación.  


Edad Antigua: El Nacimiento del Cristianismo y la Expansión Romana 


La Era Apostólica (30 d.C.-313 d.C.) 



El cristianismo primitivo, basado en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, reconoció a María como la Madre de Dios (Theotokos), un título que sería formalmente proclamado en el Concilio de Éfeso en el año 431. Durante este periodo, las menciones de María en los evangelios, especialmente en Lucas, proporcionaron la base para su papel teológico como la "Nueva Eva". Aunque las referencias a María son escasas en el Nuevo Testamento, su papel fue adquiriendo relevancia en las primeras comunidades cristianas, que la reconocieron como intercesora y ejemplo de obediencia a Dios.  



La Conversión de Constantino y el Edicto de Milán (313 d.C.) 

La conversión de Constantino y la legalización del cristianismo en el Imperio Romano en el año 313 marcó un punto de inflexión en la veneración de María. 

La creciente libertad permitió que la devoción mariana se expandiera y se institucionalizara. 

La Iglesia comenzó a establecer festividades en su honor, como la fiesta de la Anunciación. 

Constantino también inició la construcción de iglesias dedicadas a María, comenzando con la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, lo que marcó el inicio de una tradición arquitectónica que continuaría por siglos.  



La Conversión de Clodoveo (498 d.C.) 


La conversión del rey franco Clodoveo en el año 498 consolidó el poder cristiano en Europa occidental y con ello, la devoción mariana ganó popularidad en las nuevas comunidades cristianas. 

María fue gradualmente asociada con la protección del reino y el éxito militar, presentándose como intercesora no solo espiritual, sino también política.  


Edad Media: La Consolidación del Poder Pontificio y la Devoción Popular 

La Coronación de Carlomagno (800 d.C.) 

La coronación de Carlomagno como Emperador del Sacro Imperio Romano en el año 800 fortaleció la unidad de la cristiandad en Europa, y la figura de María se consolidó como un símbolo de pureza y poder espiritual. 

Durante este periodo, los teólogos comenzaron a explorar más profundamente la doctrina mariana, especialmente en torno a su Inmaculada Concepción y Asunción. Aunque estas creencias aún no estaban formalmente definidas, su presencia en la devoción popular era evidente. María fue presentada como la Reina del Cielo y protectora de la Iglesia, especialmente en tiempos de conflicto y cruzadas.  

El Fortalecimiento del Poder Papal: Gregorio VII (1073) 


Con la elección de Gregorio VII en 1073, el poder papal se fortaleció notablemente. 

En este contexto, la devoción a María adquirió un carácter profundamente institucional. Gregorio VII promovió la centralización de la Iglesia y, con ello, la devoción mariana se estandarizó a través de ritos y festividades que marcaban la vida religiosa.

María se convirtió en un símbolo de la pureza y la santidad de la Iglesia en un tiempo en el que la reforma gregoriana luchaba contra la corrupción y el abuso de poder.  

La Decadencia del Papado: Bonifacio VIII (1294) y la Rebelión Luterana (1517) 

El periodo que comienza con la elección de Bonifacio VIII en 1294 y culmina con la Reforma protestante en 1517 marca un momento de crisis para la Iglesia. 

Sin embargo, incluso en este tiempo de decadencia institucional, la devoción a la Virgen María permaneció sólida entre los fieles.

La rebelión luterana, con su rechazo a la veneración de los santos y la Virgen, obligó a la Iglesia Católica a reafirmar la importancia de María en la fe cristiana. 

El Concilio de Trento (1545-1563), en respuesta a la Reforma, ratificó la doctrina sobre la intercesión de María y su papel como Madre de Dios. 

Edad Moderna: La Restauración Católica y el Desafío del Laicismo 

La Paz de Westfalia (1648) y la Restauración Católica 

Con la Paz de Westfalia en 1648, que puso fin a las guerras de religión en Europa, la Iglesia Católica entró en un periodo de restauración y consolidación. 

María fue invocada como símbolo de unidad y paz, especialmente en los países católicos que luchaban por preservar su fe frente al creciente secularismo. Durante este periodo, las apariciones marianas, como las de Guadalupe en 1531, se convirtieron en manifestaciones clave de la devoción popular y en signos de la continua protección de María sobre el pueblo cristiano.  

La Revolución Francesa (1789) y la Persecución de la Iglesia

La Revolución Francesa en 1789 trajo consigo una feroz persecución contra la Iglesia Católica, incluyendo la supresión de muchas prácticas religiosas y la destrucción de imágenes marianas. Sin embargo, esta persecución no eliminó la devoción popular a la Virgen. De hecho, en el contexto de la contrarrevolución y la posterior restauración en Francia, la figura de María emergió como un símbolo de resistencia espiritual y de la continuidad de la fe católica frente a la hostilidad del laicismo revolucionario.  



La Toma de Roma (1870) y el Laicismo Moderno 

En 1870, la toma de Roma y la proclamación de la unificación de Italia marcó el inicio de una nueva era de laicismo. La pérdida de los Estados Pontificios y la creciente separación entre Iglesia y Estado presentaron un desafío para la influencia de la religión en la vida pública. No obstante, la Iglesia Católica reafirmó su devoción a María, culminando en la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854 por el Papa Pío IX y el dogma de la Asunción en 1950 por Pío XII, subrayando la posición central de la Virgen en la teología católica.


Laicismo y el Mundo Post-Contemporáneo: Siglos XX y XXI

El siglo XX marcó una etapa de grandes desafíos para la Iglesia Católica, caracterizada por el avance del laicismo, los conflictos ideológicos, y el impacto de las dos guerras mundiales. 

La pérdida de poder temporal de la Iglesia con la unificación italiana y la toma de Roma en 1870 estableció un contexto en el cual el catolicismo debía redefinir su papel en un mundo cada vez más secularizado. 


Sin embargo, la Virgen María continuó siendo un símbolo central para los fieles, como lo evidencian las apariciones marianas en Fátima (1917) y Lourdes (1858), que renovaron la devoción popular. 

En el siglo XX, el Concilio Vaticano II (1962-1965) reafirmó el lugar de María en la Iglesia, presentándola como modelo de fe y discípula perfecta de Cristo en un mundo moderno, enfatizando su cercanía a la humanidad en un tiempo de crisis espiritual.

 En el siglo XXI, aunque el laicismo y las corrientes de pensamiento posmodernas buscan minimizar la influencia religiosa en la vida pública, la figura de María sigue siendo fundamental para millones de católicos en todo el mundo.

 La devoción mariana ha sido adaptada a nuevas realidades culturales, manteniéndose como un faro espiritual en un mundo cada vez más globalizado y fragmentado.


El pontificado del Papa Francisco ha revitalizado la figura de la Virgen María en el contexto del mundo contemporáneo, destacando su papel como Madre de la Iglesia y modelo de ternura y misericordia en un tiempo de profundas divisiones sociales y culturales. 

El Santo Padre Francisco ha promovido una espiritualidad mariana cercana a las realidades cotidianas de los fieles, subrayando la importancia de María como fuente de consuelo para los pobres y marginados. 

En numerosas homilías y documentos, el Papa ha enfatizado su confianza en María como "Madre de la Misericordia" y su rol de intercesora en momentos de crisis globales, como la pandemia de COVID-19. 

Bajo su liderazgo, se ha reforzado el vínculo entre la devoción mariana y la promoción de una Iglesia más inclusiva y solidaria, reflejada en la consagración de iniciativas de paz y justicia social a la protección de María, en consonancia con su título de Nuestra Señora del Rosario y otras advocaciones. De este modo, el papado de Francisco ha reafirmado la relevancia de María en un mundo que busca esperanza y unidad.



Bibliografía 

Balthasar, Hans Urs von. Teología de la Historia. Ediciones Sígueme, 1996.  

Benedicto XVI (Joseph Ratzinger). María: Iglesia Naciente. Ediciones Encuentro, 2005. 

Bouyer, Louis. El Misterio del Cristianismo. Ediciones Cristiandad, 1963.  

Brown, Raymond E. The Birth of the Messiah: A Commentary on the Infancy Narratives in the Gospels of Matthew and Luke. Doubleday, 1999.  

Congar, Yves. María, la Madre del Señor: Recogida de Textos Patrísticos y Litúrgicos. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), 1985.  

Gambero, Luigi. María en la Patrología: La Doctrina Mariana de los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva, 2003.  John Paul II. Redemptoris Mater. Carta Encíclica sobre la Santísima Virgen María en la vida de la Iglesia Peregrina. Vaticano, 1987.  

Pelikan, Jaroslav. Mary Through the Centuries: Her Place in the History of Culture. Yale University Press, 1998.  

Rahner, Karl. María, Madre del Señor. Ediciones Sígueme, 1968.  }

Schmaus, Michael. Mariología: Dogma y Reflexión Teológica. Ediciones Cristiandad, 1970.  

Wright, N.T. The New Testament and the People of God. Fortress Press, 1992.

Webgrafía 

Vaticano. Catecismo de la Iglesia Católica. Disponible en: https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htm. Consultado el 13 de septiembre de 2024.

Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Documentos sobre la Virgen María. Disponible en: https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/new-evangelization/index_sp.htm. Consultado el 13 de septiembre de 2024.  

Enciclopedia Católica. La Virgen María. Disponible en: https://ec.aciprensa.com/wiki/Virgen_Mar%C3%ADa. Consultado el 13 de septiembre de 2024. 

 New Advent. The Blessed Virgin Mary. Disponible en: http://www.newadvent.org/cathen/15464b.htm. Consultado el 13 de septiembre de 2024.

Congregación para la Doctrina de la Fe. Documentos Mariológicos. Disponible en: https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/index_sp.htm. Consultado el 13 de septiembre de 2024.



Desmitificar a Pinocho

El Verdadero Significado de la Obra de Carlo Collodi

Por. Editson Romero Angulo

Productor de contenidos informativos 

Resumen 


El personaje de Pinocho, protagonista del cuento escrito por Carlo Collodi en 1881, ha sido a menudo malinterpretado. Aunque comúnmente se asocia con la mentira, el mensaje original de la obra trasciende este tema. A través de un análisis histórico y filosófico, este artículo argumenta que Pinocho es una alegoría sobre la importancia de la educación y la desobediencia civil. Collodi, periodista y satírico, creó una narrativa en la que la ignorancia y el rechazo al aprendizaje conducen al sufrimiento, mientras que la educación es la clave para la emancipación personal y social.  



Palabras clave: Pinocho, Carlo Collodi, educación, desobediencia civil, política, crítica social. 

 

Introducción 


Pinocho es un personaje literario que ha calado profundamente en la cultura popular. Sin embargo, a menudo se ha reducido su significado a una advertencia contra la mentira, especialmente debido a la conocida escena en la que su nariz crece cada vez que miente. Esta visión simplista del personaje y la obra ignora el contexto político y social en el que Carlo Collodi escribió Le Avventure di Pinocchio (1881).  

Este artículo tiene como objetivo desmitificar el enfoque habitual sobre Pinocho, señalando que la verdadera esencia del cuento no radica en la mentira, sino en la importancia de la educación y la resistencia frente a la opresión, temas que eran fundamentales para Collodi.  

Carlo Collodi: Más que un Escritor Infantil 

Carlo Lorenzini, más conocido por su pseudónimo Carlo Collodi, fue un prolífico periodista y satírico que colaboró con numerosas publicaciones políticas y culturales en Italia. Collodi vivió en una época de grandes transformaciones sociales y políticas en su país, en medio del proceso de unificación de Italia. Como comentarista crítico de los líderes políticos de su tiempo, sus escritos no pueden entenderse sin tener en cuenta su visión crítica de la sociedad, que impregna su obra más famosa, Pinocho. En este sentido, Collodi utilizó el cuento de Pinocho como una herramienta para denunciar la ignorancia y la falta de educación, que, en su opinión, convertían a las personas en "títeres" de los poderosos. Más que un relato moralista sobre el valor de la verdad, Le Avventure di Pinocchio es un alegato a favor de la educación como medio de liberación.  

La Desobediencia Civil y el Castigo en Pinocho 

Desde los primeros capítulos, Pinocho se muestra como un niño rebelde y desobediente. En lugar de asistir a la escuela, se niega a seguir las normas establecidas, lo que le lleva a una serie de calamidades. Sin embargo, es importante destacar que su desobediencia no es simplemente una travesura, sino que simboliza la resistencia frente a una educación y un sistema que Collodi consideraba deficientes. 

El personaje rechaza la escuela no porque sea inherentemente malo, sino porque no comprende el valor de la educación. A lo largo de la narrativa, Pinocho pasa de una desgracia a otra por no seguir el camino del aprendizaje.

En este sentido, su historia es una metáfora del castigo social que sufren aquellos que ignoran la importancia de la educación y, por extensión, del conocimiento.

La desobediencia de Pinocho puede leerse como un rechazo a ser un “títere” controlado por otros, una crítica indirecta a la sumisión y al conformismo que Collodi observaba en la sociedad italiana de su tiempo. 

Educación y Emancipación: 

La Verdadera Moraleja Al final del cuento, Pinocho aprende su lección y, por tanto, se le otorga la oportunidad de convertirse en un niño "real". Esta transformación, sin embargo, no es un premio por su honestidad, sino una recompensa por su disposición final a aprender y asumir la responsabilidad de su propio destino. Collodi utiliza el simbolismo de la educación como un medio para alcanzar la libertad individual. 

Este enfoque sobre la importancia de la educación también puede entenderse como una crítica a las instituciones que fallan en proporcionar una educación adecuada. A lo largo del cuento, Pinocho no solo se enfrenta a personajes que intentan manipularlo, como el Zorro y el Gato, sino también a situaciones que podrían simbolizar el trabajo infantil, la explotación y la pobreza, problemas que Collodi había observado en la Italia de su época. 

La fábula también se refiere a los peligros de la ignorancia, ejemplificada en el episodio en que Pinocho y otros niños se convierten en burros de carga cuando deciden no ir a la escuela. 

El mensaje subyacente es que sin educación, las personas están condenadas a una vida de servidumbre y explotación.  

Pinocho: Una Crítica Social y Política 


Si bien Pinocho ha sido considerado principalmente una obra de literatura infantil, su contenido político es innegable. Como periodista satírico, Collodi no se limitó a la mera fantasía, sino que cargó la obra con comentarios sobre la sociedad italiana. Pinocho es, en muchos sentidos, un símbolo del ciudadano ignorante que puede ser manipulado fácilmente por los poderosos, mientras que Gepetto, el creador del muñeco, representa la figura paterna que, a pesar de ser una víctima del sistema, sigue amando y protegiendo a su hijo. 

La crítica de Collodi a las autoridades es clara: si no se proporciona una educación adecuada, la sociedad seguirá produciendo ciudadanos manipulables y explotados. La figura del burro, en la que se transforma Pinocho al no ir a la escuela, simboliza esta explotación.

En la obra, la escuela no solo es un lugar de aprendizaje, sino un medio de salvación y emancipación social.  

Conclusión 

Contrariamente a lo que muchos piensan, el tema principal de Le Avventure di Pinocchio no es la mentira, sino la importancia de la educación y la lucha contra la opresión. Carlo Collodi creó un personaje que, lejos de ser el encantador y travieso muñeco popularizado por las adaptaciones modernas, es un niño desobediente que paga las consecuencias de su ignorancia. 

Sin embargo, el final del cuento es una llamada a la esperanza: la educación puede liberarnos de ser simples títeres del sistema. En este sentido, Pinocho es una alegoría sobre la libertad y la responsabilidad personal, que sigue siendo relevante en la actualidad.  

Bibliografía 

Collodi, C. (1883). Le Avventure di Pinocchio. Edizioni Giunti. 

Benvenuti, L. (1988). Carlo Collodi: A Life in Literature. Palgrave Macmillan. 

Bacchini, F. (2012). "Pinocho, una parábola de la educación y la libertad." Revista de Filosofía Educativa, 32(4), 543-560. 

Heaney, P. (1995). "The Political Allegory in Collodi's Pinocchio." Journal of Italian Studies, 17(2), 151-168. 

Webgrafía 

Ciencia de la Mente Argentina. (n.d.). Pinocho y las nociones filosóficas. Centro Argentino de Ciencia de la Mente. Recuperado de http://cienciadelamente.org. 

RTVE. (2022). Desmontando a Pinocho: El cuento que nunca fue sobre la mentira. Recuperado de https://www.rtve.es/television/.

jueves, 12 de septiembre de 2024

El Origen, Proceso Histórico y Definición del Canon Bíblico

Desde una Perspectiva Católica: Reflexión sobre los Errores del Canon Protestante

Por. Editson Romero Angulo

Productor de contenidos informativos

Introducción 

El Canon Bíblico es una cuestión fundamental en la vida de la Iglesia, ya que define los libros que se reconocen como inspirados y autoritativos en la Sagrada Escritura. Desde los primeros siglos, la Iglesia ha discernido, bajo la guía del Espíritu Santo, qué escritos forman parte de este conjunto sagrado. Sin embargo, con la Reforma Protestante en el siglo XVI, surgieron discrepancias en torno a la composición de este canon, lo que llevó a la creación de un canon bíblico protestante que difiere del católico. 

Este artículo aborda el origen y el proceso histórico del canon bíblico desde una perspectiva católica, analizando los errores teológicos y doctrinales que se derivan de las alteraciones protestantes de este canon.  

Origen del Canon Bíblico: Perspectiva Católica 

El Canon Bíblico tiene sus raíces en la tradición judía y cristiana primitiva. El término "canon" deriva del griego "κανών", que significa "regla" o "medida", refiriéndose a la lista de libros considerados como normativos para la fe y la práctica religiosa. La Iglesia Católica sostiene que el canon fue discernido y definido progresivamente bajo la dirección del Espíritu Santo, mediante la autoridad apostólica y el magisterio eclesiástico.  

El Cañón del Antiguo Testamento 

El Antiguo Testamento fue heredado del judaísmo, aunque existían distintas versiones del mismo en la época de Jesús y los apóstoles. Los judíos palestinos, en su mayoría, usaban una versión del canon hebreo que hoy conocemos como el Tanaj , mientras que los judíos de la diáspora, especialmente aquellos que vivían en Alejandría, usaban la Septuaginta , una traducción griega que no incluía solo los libros del Tanaj, sino también otros textos que hoy son conocidos como los deuterocanónicos . 

La Iglesia primitiva , compuesta por judíos helenizados y gentiles conversos, adoptó la Septuaginta como su canon del Antiguo Testamento, ya que era la versión más ampliamente difundida en el mundo grecorromano y era considerada inspirada por los primeros cristianos. Los escritos de los Padres de la Iglesia, como San Ireneo y San Agustín , muestran claramente que la Iglesia usaba y reconocía los libros de la Septuaginta como Escritura sagrada. 

Estos libros, llamados "deuterocanónicos" por estar en la segunda sección del canon, incluyen Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1 y 2 Macabeos, además de algunas adiciones a Daniel y Ester. 

 El Canon del Nuevo Testamento 


El proceso de formación del Nuevo Testamento fue igualmente orgánico y comunitario. Aunque los escritos apostólicos, como las cartas de Pablo y los Evangelios, circulaban ampliamente entre las primeras comunidades cristianas, no existía una lista fija de libros inspirados en los primeros siglos del cristianismo. La Iglesia Católica , bajo la guía del Espíritu Santo, discernió gradualmente algunos de estos escritos eran auténticos y normativos para la fe cristiana.  

El Concilio de Cartago en el año 397 y el Concilio de Hipona en 393 fueron cruciales en la definición del canon bíblico, ya que estos concilios locales, bajo la autoridad de los obispos católicos, ratificaron la lista de 27 libros del Nuevo Testamento que se reconocen. hoy en día. Estos concilios también confirmaron el uso de los libros deuterocanónicos en el Antiguo Testamento, que ya eran parte del uso litúrgico y catequético de la Iglesia desde los primeros siglos.  

El Canon Bíblico y la Iglesia Católica 


El Concilio de Trento (1545-1563), convocado en respuesta a la Reforma Protestante, reafirmó el canon bíblico tal como lo había definido la Iglesia en los primeros siglos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En este concilio se estableció definitivamente que la Biblia Católica constaba de 46 libros en el Antiguo Testamento, incluidos los deuterocanónicos, y 27 en el Nuevo Testamento, para un total de 73 libros.  

La Iglesia Católica sostiene que su canon fue discernido con autoridad divina, bajo la dirección del Espíritu Santo, y que la interpretación correcta de las Escrituras debe estar siempre en comunión con el Magisterio y la Tradición Apostólica , que son las fuentes de autoridad de la revelación. divina.  

El Canon Protestante: Un error histórico y teológico 


La Reforma Protestante iniciada por Martín Lutero en el siglo XVI introdujo cambios significativos en la teología cristiana, entre ellos la redefinición del canon bíblico. Los protestantes rechazaron los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, considerando que no tenían la misma autoridad que los demás libros, ya que no estaban en la versión hebrea de las Escrituras usadas por los judíos palestinos.  

La Influencia de Lutero y la Exclusión de los Deuterocanónicos 

Martín Lutero argumentaba que solo los libros del Antiguo Testamento que estaban en el canon hebreo debían considerarse inspirados, y por lo tanto, eliminó los libros deuterocanónicos de su versión de la Biblia. Esta decisión se basó en un criterio de "sola scriptura" que ignoraba la tradición apostólica y el uso de la Septuaginta por la Iglesia primitiva. El rechazo de estos libros también fue motivado por cuestiones doctrinales, ya que algunos de los libros deuterocanónicos contienen enseñanzas incompatibles con la teología de Lutero, como la intercesión por los muertos (2 Macabeos 12:46), que apoyaba la doctrina católica del purgatorio.  

Lutero también intentó eliminar otros libros del Nuevo Testamento, como la Carta de Santiago (a la que llamó "epístola de paja") debido a su enseñanza sobre la importancia de las obras junto con la fe (Santiago 2:24). Aunque finalmente no logró modificar el canon del Nuevo Testamento, su actitud hacia ciertos textos muestra una falta de respeto a la tradición eclesial ya la unidad del canon.  

Consecuencias Teológicas del Canon Protestante 


El rechazo de los libros deuterocanónicos y el principio de "sola scriptura" llevaron a una fragmentación teológica en el cristianismo protestante. Al eliminar estos textos, los protestantes perdieron importantes enseñanzas sobre temas como la oración por los difuntos, el valor del sufrimiento redentor y la justicia divina, lo que ha generado divergencias significativas en la doctrina y la práctica cristiana.  Además, al excluir estos libros, los protestantes se separaron de la continuidad histórica de la Iglesia primitiva, que aceptaba y usaba estos textos en la liturgia y en la catequesis. El canon protestante no es el canon de la Iglesia apostólica, sino una modificación posterior basada en criterios subjetivos y teológicos que no reflejan la plenitud de la revelación divina tal como fue recibida por la Iglesia.  

Conclusión 

El Canon Bíblico Católico es el fruto de siglos de discernimiento bajo la guía del Espíritu Santo y la autoridad de la Iglesia, que recibió de Cristo la misión de custodio la revelación divina. El rechazo protestante de los libros deuterocanónicos y las alteraciones al canon revelan una ruptura con la tradición apostólica y una distorsión de la comprensión plena de la Sagrada Escritura. La Iglesia Católica, al defender el canon recibido desde los primeros siglos, preserva la integridad del mensaje bíblico y la unidad de la fe cristiana. En última instancia, el canon bíblico no es solo una cuestión de historia, sino de teología, ya que afecta profundamente la comprensión de la salvación y la relación entre Dios y la humanidad.


Bibliografía 

Congregación para la Doctrina de la Fe.La interpretación de la Biblia en la Iglesia . librería 

Denzinger, Heinrich. Compendio de los Símbolos, Definiciones y Declaraciones de la Iglesia Católica (El Magisterio de la Iglesia). Herder, 2010. 

Martínez Ferrer, Santiago. La Biblia y su canon en la historia del cristianismo. BAC, 2003. 

Ratzinger, Joseph. La teología de la historia en San Buenaventura. Sígueme, 2009. 

San Agustín. La Ciudad de Dios. Ediciones Cristiandad, 2003. 

San Jerónimo. Prólogo a los libros de Samuel y Reyes. En Patrología Latina Vol. 28. 

Trumper, Héctor L. G.. El canon de las Escrituras: Criterios de inclusión y exclusión de los libros inspirados. Editorial Clie, 2002. 


Webgrafía 

Vaticano. La Biblia en la Iglesia Católica: Interpretación y uso de las Sagradas Escrituras en la tradición viva de la Iglesia. https://www.vatican.va/ 

Conferencia Episcopal Española. El canon bíblico y su historia. https://www.conferenciaepiscopal.es/ 

Enciclopedia Católica en línea . Canon Bíblico . http://ec.aciprensa.com/ 

Respuestas católicas . El canon de las Sagradas Escrituras: una perspectiva católica . https://www.catholic.com/ 

Nuevo Adviento . Canon de las Sagradas Escrituras . https://www.newadvent.org/


La Filosofía de Spinoza: Un Sistema Racionalista

Introducción  


Baruch Spinoza (1632-1677) es uno de los filósofos más influyentes del siglo XVII y una figura central del racionalismo, junto a René Descartes y Gottfried Wilhelm Leibniz. Nacido en Ámsterdam, en el seno de una familia judía sefardí, Spinoza desarrolló una filosofía que desafió muchas de las creencias religiosas y políticas de su época, lo que le llevó a ser excomulgado de la comunidad judía en 1656. Sus ideas fueron radicales no solo en términos religiosos, sino también filosóficos, proponiendo una concepción del mundo que eliminaba las distinciones tradicionales entre Dios, el hombre y la naturaleza. Este artículo explora las principales obras de Spinoza y las ideas fundamentales que sustentan su sistema filosófico.

Obras de Spinoza
 


1. Tratado Teológico-Político (1670)  El Tratado Teológico-Político es una de las obras más polémicas de Spinoza y también una de las más importantes para comprender su pensamiento sobre la religión y la política. Publicada de forma anónima en 1670, en esta obra, Spinoza defiende la libertad de pensamiento y la separación entre religión y política. El objetivo principal del tratado es demostrar que la Biblia, aunque contiene enseñanzas morales valiosas, no debe tomarse como una fuente de verdad filosófica o científica.

Ideas fundamentales:

Crítica de la religión revelada: 

Spinoza sostiene que los textos sagrados deben interpretarse en su contexto histórico y no como una verdad literal. Considera que las Escrituras no son revelaciones divinas en un sentido místico, sino obras humanas cargadas de interpretaciones subjetivas.

La libertad de expresión: Spinoza aboga por la libertad de pensamiento como un derecho fundamental, afirmando que el Estado no debe interferir en las creencias individuales mientras no pongan en peligro el orden social.

 Separación entre la religión y el Estado: Sostiene que la religión debe ser una cuestión privada y que el Estado no debe imponer una religión particular, ya que esto lleva a la opresión y la tiranía.

 2. Ética (1677)  

La Ética, la obra magna de Spinoza, fue publicada póstumamente en 1677. Escrita en forma de proposiciones y demostraciones geométricas al estilo de Euclides, la obra aborda temas fundamentales de la metafísica, la epistemología y la moral. Aquí Spinoza expone su concepción monista del universo, su teoría del conocimiento y su ética del "conocimiento adecuado" como el camino hacia la libertad y la felicidad.


Ideas fundamentales:  

Dios o la Sustancia: Spinoza propone que solo existe una sustancia en el universo, a la que él llama "Dios" o "Naturaleza" (Deus sive Natura). Esta sustancia única es infinita y contiene dentro de sí todas las cosas que existen. Para Spinoza, Dios no es un ser trascendente, sino la causa inmanente de todo lo que ocurre.

Determinismo radical: Todo lo que ocurre en el mundo, incluyendo las acciones humanas, es el resultado necesario de la naturaleza de Dios. No hay libre albedrío en el sentido tradicional; las acciones humanas están determinadas por las leyes de la naturaleza.


Conocimiento adecuado e inadecuado: Spinoza distingue entre tres tipos de conocimiento: 

El conocimiento imaginativo o inadecuado, que se basa en las percepciones sensoriales y las experiencias particulares.  

El conocimiento racional, que permite comprender las cosas a través de ideas universales y leyes generales.  

El conocimiento intuitivo, el nivel más alto, que es el conocimiento directo de las esencias de las cosas y de su relación con Dios o la Naturaleza.


La ética del conatus

Para Spinoza, cada ser tiene un impulso fundamental, o conatus, que es el esfuerzo por perseverar en su propio ser. Este impulso es la base de todas las acciones y deseos. La verdadera libertad, sin embargo, no es actuar según impulsos incontrolados, sino vivir conforme a la razón y el conocimiento adecuado de la necesidad de la Naturaleza.

 3. Tratado Breve sobre Dios, el Hombre y su Felicidad  

El Tratado Breve sobre Dios, el Hombre y su Felicidad es una obra temprana de Spinoza, escrita probablemente entre 1660 y 1661. Aunque no fue publicada durante su vida, este texto nos da una visión preliminar de las ideas que Spinoza desarrollaría más plenamente en la Ética. A través de un estilo dialogado, Spinoza expone su visión de Dios y del hombre, resaltando cómo el conocimiento adecuado puede llevar a la verdadera felicidad.

Ideas fundamentales:  

Concepción de Dios: En esta obra ya aparece la idea de Dios como la única sustancia infinita, idéntica a la Naturaleza. Spinoza argumenta que el conocimiento verdadero de Dios es la clave para la felicidad humana.


Felicidad y libertad: 

La verdadera libertad no es la capacidad de elegir arbitrariamente, sino la comprensión racional de la necesidad que rige el mundo. Al entender esta necesidad, el ser humano puede liberarse de las pasiones destructivas y alcanzar la felicidad.


4. Correspondencia  


Las cartas de Spinoza constituyen una parte importante de su legado filosófico, ya que a través de su correspondencia podemos ver cómo interactuaba con otros filósofos de su época y aclaraba sus ideas. En sus cartas, Spinoza discute temas como el libre albedrío, el determinismo, la relación entre cuerpo y mente, y la naturaleza de Dios.

Ideas fundamentales:  Diálogo filosófico: A través de sus cartas, Spinoza responde a las críticas de sus contemporáneos y aclara puntos difíciles de su filosofía, como su concepción de la libertad y el determinismo.  

Problemas políticos y religiosos: Spinoza también discute temas de política y religión en sus cartas, defendiendo la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento.

El sistema filosófico de Spinoza  

La filosofía de Spinoza es una de las más coherentes y sistemáticas del racionalismo. Su pensamiento se articula en torno a una visión monista del universo, donde Dios y la Naturaleza son una y la misma cosa. A diferencia de otras concepciones tradicionales de Dios como una entidad trascendente, Spinoza sostiene que todo lo que existe es parte de una única sustancia infinita. Esta visión lleva a un determinismo riguroso, donde todo ocurre necesariamente según las leyes de la naturaleza, y donde el libre albedrío no es más que una ilusión.


La ética de Spinoza está basada en el conocimiento. Para él, la verdadera libertad y felicidad solo pueden alcanzarse cuando comprendemos la necesidad de las leyes que rigen el mundo y vivimos de acuerdo con la razón. La clave para superar las pasiones destructivas y alcanzar la virtud es el conocimiento adecuado de nuestra relación con Dios o la Naturaleza.


Conclusión  

Spinoza fue un pensador revolucionario cuyas ideas, aunque radicales para su tiempo, han tenido una profunda influencia en la filosofía posterior. Su visión del mundo como un sistema determinista y su concepción de la libertad como conocimiento racional siguen siendo objeto de estudio y debate en la filosofía contemporánea. A través de sus obras, Spinoza nos invita a reconsiderar nuestras concepciones sobre Dios, la naturaleza, la política y la moral, ofreciéndonos una visión filosófica que busca armonizar al ser humano con las leyes del universo.


Bibliografía 

 Spinoza, B. (2006). Ética. (J. Gaos, Trad.). Fondo de Cultura Económica.  

Spinoza, B. (2007).Tratado Teológico-Político. (A. Lastra, Trad.). Alianza Editorial.  

Spinoza, B. (1990). Tratado Breve sobre Dios, el Hombre y su Felicidad. (R. Molina, Trad.). Editorial Trotta.  

Nadler, S. (2001). Spinoza: A Life. Cambridge University Press.


Webgrafía  

Albiac, G. (2020). "Spinoza: Filosofía y Política." Disponible en: https://www.elcultural.com

Wallerstein, R. (2023). "The Philosophy of Baruch Spinoza." Disponible en: https://plato.stanford.edu

























martes, 10 de septiembre de 2024

EL TRANSPORTE FERRIOVIARIO EN COLOMBIA

Origen, proceso y liquidación de los ferrocarriles colombianos 

Causas y responsables del declive ferroviario


El desarrollo ferroviario en Colombia tuvo un papel crucial en la consolidación del país durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX. Fue un motor clave en la modernización de la economía, conectando zonas aisladas, promoviendo el comercio y facilitando la movilidad de la población. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, el sistema ferroviario colombiano enfrentó un lento declive que culminó en su liquidación. Este artículo académico analiza el origen, el proceso de consolidación, el ocaso y la eventual desaparición de los ferrocarriles en Colombia, poniendo especial énfasis en las causas del declive y los responsables de su liquidación.

1. Origen de los ferrocarriles en Colombia  

El inicio del sistema ferroviario colombiano se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. Bajo la presidencia de Santos Acosta Castillo (1867-1868), comenzó la construcción del Ferrocarril de Panamá (1869) y el Ferrocarril de La Sabana, que unía Bogotá con Facatativá, se completó en 1889 durante la presidencia de Rafael Núñez (1880-1882 y 1884-1894). Núñez, conocido por su papel en la promulgación de la Constitución de 1886, también promovió la construcción de infraestructura para modernizar el país.  Durante este periodo, el desarrollo ferroviario fue promovido tanto por inversionistas nacionales como por compañías extranjeras, especialmente británicas y estadounidenses. La visión de modernización impulsada por los gobiernos liberales y conservadores facilitó la construcción de importantes líneas como el Ferrocarril del Magdalena y el Ferrocarril del Pacífico, que desempeñaron un papel fundamental en la exportación de café y otros productos agrícolas.

2. El auge ferroviario en Colombia  




El ferrocarril vivió su auge durante las primeras décadas del siglo XX, bajo las presidencias de Rafael Reyes (1904-1909), quien implementó importantes reformas económicas y fomentó la inversión en infraestructura ferroviaria, y Enrique Olaya Herrera (1930-1934), quien impulsó la modernización del transporte en su Plan de Desarrollo. A mediados de la década de 1930, durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), se consolidaron más de 3.000 kilómetros de vías férreas en operación.  El ferrocarril se había convertido en un símbolo del progreso. Transportaba café, banano, productos agrícolas y materias primas hacia los puertos del Caribe y el Pacífico. Durante la presidencia de Eduardo Santos (1938-1942), se fortaleció la participación estatal en el manejo del sistema ferroviario, en especial a través de la nacionalización de algunas líneas. Aún en esta época, el transporte ferroviario era vital para conectar las principales ciudades y zonas rurales del país.  

3. Causas del declive ferroviario  

El declive del sistema ferroviario colombiano comenzó a partir de la década de 1940, agravándose durante las décadas siguientes debido a una serie de factores políticos y económicos.  

3.1. La falta de inversión y mantenimiento  


Durante el mandato de Mariano Ospina Pérez (1946-1950), el ferrocarril comenzó a mostrar signos de desgaste. A pesar de los esfuerzos iniciales por impulsar la infraestructura, la falta de inversión en el mantenimiento de las líneas férreas fue notoria. Ospina, aunque comprometido con el desarrollo del sector agrícola, no asignó suficientes recursos para la modernización del ferrocarril.  Los gobiernos siguientes, como el de Laureano Gómez (1950-1951) y el interino de Roberto Urdaneta (1951-1953), también descuidaron la red ferroviaria. Las inversiones en infraestructura se centraron en el desarrollo de la red vial, un giro que marcaría el inicio de la competencia desigual entre el transporte ferroviario y el transporte por carretera.  

3.2. Competencia con el transporte por carretera  


El auge del transporte por carretera llegó bajo la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957). Durante este periodo, se iniciaron los trabajos para la Carretera Panamericana, favoreciendo el desarrollo del transporte automotor. Además, durante la administración de Alberto Lleras Camargo (1958-1962), el enfoque gubernamental cambió drásticamente hacia la construcción de carreteras, ignorando el deterioro progresivo del sistema ferroviario.  

El ascenso de figuras influyentes como Carlos Arturo Calderón Nieto, presidente de la Asociación Nacional de Transportadores (Asotrans) en la década de 1960, contribuyó significativamente a inclinar la balanza hacia el transporte de carga por carretera. Calderón, junto con otros empresarios, tuvo una gran influencia en las políticas públicas que favorecieron el desarrollo del transporte por camiones, marginando al ferrocarril.  

3.3. Malas decisiones administrativas y políticas  

Bajo la presidencia de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), se profundizó la crisis ferroviaria. Aunque el gobierno buscó revitalizar el sector con el Plan Nacional de Transporte, la corrupción y la mala gestión de las empresas estatales, como los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, agravaron la situación. Durante los años 70, bajo el gobierno de Misael Pastrana Borrero (1970-1974), la situación no mejoró, ya que los esfuerzos para modernizar las líneas fueron insuficientes ante el deterioro existente.  La gestión ferroviaria se caracterizó por una creciente ineficiencia. A esto se sumó la fuerte presión de los gremios del transporte de carga por carretera, liderados por personajes como Alberto Uribe Escobar, presidente de Colfecar (Federación Colombiana de Transportadores de Carga), quienes defendieron sus intereses en el Congreso, bloqueando cualquier intento de revitalización del sistema ferroviario.  

3.4. Cambios en la política económica  


Con la llegada de César Gaviria (1990-1994) al poder, la orientación neoliberal del gobierno puso el último clavo en el ataúd del ferrocarril. Durante su mandato, el entonces director del Instituto Nacional de Vías (INVIAS), Carlos Rosado Zúñiga, fue responsable de la implementación de políticas que llevaron al abandono del sistema ferroviario, favoreciendo la inversión en infraestructura vial.  

En 1993, la Ley 105 sancionada bajo el gobierno de Gaviria marcó oficialmente la liquidación de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia. El argumento fue que el sistema ferroviario era ineficiente y costoso, y que el transporte por carretera y aéreo eran opciones más viables para el país en ese momento. Esta decisión, sin embargo, estuvo influenciada por poderosos sectores del transporte automotor, quienes presionaron para desviar recursos estatales hacia la construcción de carreteras, beneficiando sus propios intereses. 

 4. La liquidación de los ferrocarriles  



La liquidación oficial de los ferrocarriles colombianos ocurrió durante la presidencia de Ernesto Samper (1994-1998), bajo la dirección del INVIAS de Rosendo Pujana, quien continuó la implementación de políticas que priorizaban la infraestructura vial sobre la ferroviaria. La liquidación puso fin a más de un siglo de historia ferroviaria en Colombia y a una red que alguna vez fue fundamental para la economía y el desarrollo social del país.  





5. Los responsables del fin de los ferrocarriles  

El declive y eventual liquidación de los ferrocarriles en Colombia fue el resultado de la acción conjunta de diversos actores políticos y económicos:  Gobiernos nacionales: Desde la administración de Ospina Pérez hasta Gaviria y Samper, los gobiernos carecieron de una visión a largo plazo que asegurara la modernización y sostenibilidad del sistema ferroviario.  Gremios del transporte automotor: Dirigentes como Carlos Arturo Calderón Nieto (Asotrans) y Alberto Uribe Escobar (Colfecar) influyeron en las políticas públicas, favoreciendo la inversión en carreteras a costa del ferrocarril, lo que les permitió dominar el transporte de carga en el país.  Malas gestiones administrativas: Directores como Carlos Rosado Zúñiga y Rosendo Pujana implementaron políticas de desmantelamiento del sistema ferroviario, contribuyendo a su liquidación final. 

 6. Consecuencias y perspectivas futuras  

La liquidación de los ferrocarriles dejó consecuencias significativas, como la congestión vial y los altos costos logísticos en el transporte de mercancías. En la actualidad, se discuten propuestas para rehabilitar algunas líneas férreas, pero la falta de recursos y voluntad política sigue siendo un desafío.  Conclusión  El declive del sistema ferroviario en Colombia fue el resultado de una combinación de factores, incluyendo decisiones políticas erradas, la presión de los gremios del transporte de carga por carretera y la falta de inversión estatal. A pesar de su importancia en el desarrollo económico y social del país, los ferrocarriles colombianos fueron desmantelados por la influencia de intereses privados y la falta de visión a largo plazo. La posible reactivación de algunas líneas férreas depende hoy de la capacidad del Estado para corregir décadas de abandono.


Bibliografía

González, César. "Los ferrocarriles en Colombia: una historia de construcción y abandono". Revista Historia Crítica, no. 67, 2017, pp. 105-129.


Kalmanovitz, Salomón. El desarrollo económico de Colombia en los siglos XIX y XX. Bogotá: Editorial Taurus, 2003. 

Ocampo, José Antonio. Colombia y la economía mundial 1830-1910. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1997.


Webgrafía  

Ospina, Juan. "El ocaso del ferrocarril en Colombia". Semana, 15 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/el-fin-de-los-ferrocarriles-en-colombia/665093/

Rincón, Lina. "La historia olvidada del ferrocarril en Colombia". El Espectador, 18 de octubre de 2019. Disponible en: https://www.elespectador.com/ 

Colfecar (Federación Colombiana de Transportadores de Carga). "Historia y proyecciones del gremio del transporte de carga". Colfecar.org.co. 

Invías (Instituto Nacional de Vías). “Historia del transporte en Colombia”. Disponible en: https://www.invias.gov.co



 




La Vorágine: Resumen Detallado y Análisis

 

Editson Romero Angulo

Productor de contenidos informativos 




Introducción 


"La Vorágine" es una obra fundamental de la literatura colombiana y latinoamericana, escrita por José Eustasio Rivera y publicada en 1924. Este texto no solo es una pieza central del canon literario de la región, sino que también ofrece una crítica incisiva sobre la explotación humana y medioambiental durante el auge de la explotación cauchera en la Amazonía. La narrativa está profundamente enraizada en el contexto social, político y económico de la época, lo que la convierte en un espejo de la realidad colombiana de principios del siglo XX.




Resumen Detallado  


La novela se divide en tres partes, cada una marcando un cambio significativo en el escenario y el tono de la narrativa.

Primera Parte:

El Drama Personal de Arturo Cova  La primera parte de la novela introduce a Arturo Cova, un joven poeta bogotano de espíritu rebelde y aventurero, quien huye de Bogotá junto a Alicia, una mujer con quien ha mantenido una relación clandestina. Ambos buscan escapar de las convenciones sociales y las autoridades que persiguen a Alicia. La huida los lleva a los Llanos Orientales, un vasto y salvaje territorio que representa tanto libertad como peligro.

En los llanos, Cova y Alicia se encuentran con una serie de personajes que reflejan la diversidad social y étnica de la región. Entre ellos están Fidel Franco y Griselda, una pareja que se une a la huida de Cova. La naturaleza indómita de los llanos se convierte en un protagonista más, simbolizando el estado interior de Cova, quien empieza a mostrar signos de paranoia y celos patológicos. A medida que avanza la narrativa, Cova se obsesiona con la posesión de Alicia, reflejando su lucha interna entre el deseo de libertad y su tendencia hacia la dominación.


Segunda Parte:


La Entrada en la Selva Amazónica  La segunda parte de la novela marca la transición del relato hacia un entorno aún más hostil: la selva amazónica. Aquí, la vorágine se convierte en una metáfora del caos interior de Cova y de la brutalidad del mundo que lo rodea. La selva es retratada como un lugar opresivo, donde la humanidad es reducida a sus instintos más básicos. Cova y Alicia son capturados por un grupo de caucheros, quienes los llevan a trabajar en condiciones inhumanas en una explotación cauchera.



Rivera describe con detalles vívidos la crueldad y la explotación a la que son sometidos los trabajadores caucheros, muchos de ellos indígenas y afrodescendientes. Estos trabajadores están atrapados en un ciclo de deudas y abusos, sin posibilidad de escapar. La selva, que antes parecía un lugar de promesas, se revela como un espacio de desesperanza y muerte.

Durante esta parte, Alicia, quien ha sido constantemente despojada de su agencia a lo largo de la novela, sufre un destino trágico, que aunque no se narra explícitamente, se insinúa a través del destino de otras mujeres en la novela. La degradación física y moral de Cova alcanza su punto máximo, y su sueño de libertad se convierte en una pesadilla de supervivencia.

 

Tercera Parte: 

La Disolución de Cova en la Vorágine  La tercera y última parte de la novela sigue a Cova y a su grupo mientras se adentran cada vez más en la selva, en busca de una salida que parece imposible. En esta sección, la narrativa se vuelve más fragmentada y desesperada, reflejando la disolución mental y física de los personajes. La selva, antes un escenario, ahora se convierte en la verdadera vorágine, un torbellino que consume todo a su paso.


Cova y sus compañeros enfrentan no solo a la selva, sino también a la traición, la enfermedad y la muerte. Los horrores de la explotación cauchera se intensifican, y Rivera no escatima en mostrar la brutalidad que sufren los personajes. La novela culmina en un final ambiguo y trágico, con Cova perdido en la inmensidad de la selva, su destino incierto, lo que refuerza la idea de la naturaleza devoradora y aniquiladora del entorno amazónico.


Análisis Temático 

 


"La Vorágine" es una obra rica en simbolismo y temas complejos. Uno de los temas centrales es la lucha entre civilización y barbarie, donde la selva y los llanos representan el espacio de lo bárbaro, contraponiéndose a la ciudad, símbolo de la civilización. Sin embargo, Rivera no presenta esta dicotomía de manera simplista; la civilización está igualmente marcada por la corrupción y la hipocresía, mientras que la barbarie de la selva se manifiesta como un lugar de verdad brutal, aunque deshumanizante.

El tema de la explotación también es crucial. La novela denuncia la explotación sistemática de los trabajadores caucheros, quienes son tratados como bienes desechables por los patrones caucheros. Rivera critica el sistema económico y social que permite esta explotación, sugiriendo que la verdadera vorágine no es la selva, sino la codicia humana.

El personaje de Arturo Cova es un reflejo de estas tensiones. Su viaje es tanto físico como psicológico, y a lo largo de la novela, Cova es consumido por sus propios demonios internos, paralelamente a cómo es devorado por la selva. Su descenso a la locura y la desesperación es una metáfora de la incapacidad del individuo de enfrentarse a las fuerzas destructivas tanto de la naturaleza como de la sociedad.

Conclusión 

 "La Vorágine" es más que una novela de aventuras o una obra de denuncia social; es una exploración profunda del ser humano y de los límites de la civilización. José Eustasio Rivera utiliza la narrativa para hacer una crítica incisiva del mundo que lo rodea, y al mismo tiempo, para explorar los abismos de la condición humana. La selva, con su implacable poder, no solo es el escenario de la acción, sino también un símbolo de las fuerzas incontrolables que dominan la vida humana. La obra deja al lector con una sensación de desolación, reflejando la realidad trágica de aquellos que, como Cova, son atrapados en la vorágine de la vida.


Bibliografía 

Rivera, José Eustasio. La Vorágine. Ediciones Cátedra, 2014.  Esta es una edición crítica que ofrece notas explicativas y un análisis detallado de la obra.

Pacheco, Álvaro. José Eustasio Rivera: el hombre y la obra. Fondo de Cultura Económica, 1985.  Este libro proporciona una biografía completa de Rivera y un análisis exhaustivo de La Vorágine.

Mutis, Álvaro. La vorágine y su mundo. Editorial Planeta, 2002.  En este texto, Mutis reflexiona sobre el impacto y las implicaciones de La Vorágine en la literatura latinoamericana.

Rama, Ángel. La ciudad letrada. Ediciones Siglo XXI, 1998.  Aunque no se centra exclusivamente en La Vorágine, este libro de Ángel Rama ofrece un contexto teórico útil para entender la obra dentro de la narrativa latinoamericana.

Aínsa, Fernando. De la barbarie a la selva en la narrativa latinoamericana. Editorial Pliegos, 1991.  Este estudio analiza cómo la selva ha sido representada en la literatura latinoamericana, con un capítulo dedicado a La Vorágine.


Webgrafía 

Portal de la Universidad Nacional de Colombia.  Recurso académico sobre La Vorágine: Incluye artículos de investigación, conferencias y análisis sobre la obra y su autor.

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.  Página dedicada a José Eustasio Rivera, que incluye textos completos de la obra, estudios críticos y material adicional.

Literatura Colombiana.  Artículo sobre La Vorágine: Ofrece un análisis crítico de la obra y su contexto en la literatura colombiana.

El Espectador.  Artículo “La Vorágine: un siglo de selva y desazón”: Reflexión sobre el impacto y la relevancia de la obra en el centenario de su publicación.