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viernes, 8 de noviembre de 2024

Estados Unidos y China

Dos Caminos, Dos Destinos para el Mundo

Por. Editson Romero Angulo

Productor de Contenidos Informativos 

Desde hace cuatro décadas, el mundo ha sido testigo de dos trayectorias radicalmente opuestas que han dejado su huella en el orden global. Por un lado, Estados Unidos, cuyo poderío militar no ha hecho sino expandirse, ha intervenido directa y abiertamente en territorios ajenos, movilizando sus ejércitos y estableciendo una vasta red de bases en todos los continentes. En contraste, China, un país que hasta hace no mucho tiempo luchaba por superar los rezagos de una economía cerrada y empobrecida, ha optado por un sendero de crecimiento económico pacífico, centrando sus energías en la construcción de infraestructura, el comercio y la cooperación internacional. Estas diferencias marcan no solo dos políticas de Estado, sino dos filosofías de poder, dos visiones del mundo y de su porvenir.

 

El Imperio de las Bases y la Sombra de las Intervenciones


A lo largo de los últimos cuarenta años, Estados Unidos ha cimentado su influencia global mediante un despliegue de fuerza militar sin precedentes. Más de 800 bases militares estadounidenses se encuentran dispersas por unos 70 países y territorios extranjeros, configurando un imperio que recuerda a las antiguas metrópolis, que controlaban el mundo con redes de puestos y guarniciones. Las intervenciones de Estados Unidos no han sido esporádicas ni discretas; han sido despliegues contundentes de poder bélico, invasiones a gran escala que han dejado marcas indelebles en las naciones donde han operado.

 

Granada, 1983; Panamá, 1989; Irak, 1991 y 2003; Afganistán, 2001: la lista de incursiones es vasta y sangrienta, cada una de ellas acompañada de una narrativa oficial que invoca la defensa de la libertad, la democracia y la seguridad. Sin embargo, más allá de estas palabras, los hechos revelan una realidad distinta: destrucción, muerte y desintegración del tejido social de las naciones que han sido intervenidas. Las intervenciones estadounidenses han generado, una y otra vez, crisis humanitarias y oleadas de refugiados, inestabilidad económica y política, y han abierto puertas a guerras civiles que resuenan décadas después de que el último soldado extranjero abandona el territorio.

 

Las campañas militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán son claros ejemplos de esta dinámica. La invasión de Irak en 2003, justificada bajo la bandera de la eliminación de armas de destrucción masiva, terminó por destruir una nación y fragmentarla, dejando tras de sí un vacío de poder que ha sido ocupado por fuerzas que ni siquiera el propio Estados Unidos ha podido controlar. Afganistán, tras veinte años de ocupación y miles de millones de dólares gastados, ha vuelto al mismo régimen del que se decía haber "liberado" al país en 2001. ¿Qué ha ganado el mundo con estas intervenciones? Solo Estados Unidos puede responder esa pregunta; pero lo cierto es que la seguridad global ha sido sacrificada, y la humanidad ha pagado el precio.

 

China: Crecimiento en Lugar de Guerra

 

En un camino diametralmente opuesto, China ha desplegado una estrategia de crecimiento económico sin precedentes, evitando la fuerza militar como herramienta de expansión. Su única base en el extranjero se encuentra en Djibouti, y ha sido destinada oficialmente a labores de logística y protección de sus rutas comerciales. Lejos de establecer guarniciones para asegurar el control territorial o intervenir en los asuntos internos de otros países, China ha centrado sus esfuerzos en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), un programa de desarrollo económico que busca conectar continentes mediante infraestructura comercial y de transporte.

 

La BRI, a diferencia del despliegue de bases militares, no depende de ejércitos ni de amenazas, sino de inversiones. Con esta iniciativa, China ha logrado tejer redes de cooperación en Asia, África y América Latina, ofreciendo a estas regiones un desarrollo tangible en lugar de violencia. Carreteras, trenes, puertos, plantas de energía y telecomunicaciones son los nuevos pilares de influencia china. Al fortalecer las economías de sus socios comerciales, China se convierte en un aliado económico, en lugar de un adversario que deja tras de sí cicatrices de guerra y resentimiento.

 

Los críticos podrán acusar a China de ejercer una "diplomacia de la deuda", argumentando que las inversiones chinas en infraestructura en ocasiones generan dependencia financiera. Sin embargo, esta "diplomacia" dista mucho de la imposición mediante la fuerza militar. Los países que aceptan la inversión china lo hacen con la posibilidad de alcanzar un desarrollo al que, en muchos casos, no podrían acceder por sí mismos. China no impone condiciones militares, no construye bases ni despliega tropas en sus socios; ofrece, en cambio, oportunidades de desarrollo y comercio.

 

Dos Modelos de Poder: La Espada y la Pluma

 


Lo que Estados Unidos y China representan hoy son dos modelos de poder, uno basado en la dominación militar y el otro en la expansión económica. Las intervenciones militares de Estados Unidos son una manifestación de un modelo de poder que busca proyectar fuerza, asegurando el control geopolítico a través de la ocupación y la imposición. Es una estrategia que sigue la lógica de que solo la presencia armada garantiza la lealtad, o al menos la subordinación, de las naciones. Este modelo convierte a Estados Unidos en una presencia vigilante y omnipresente en el escenario mundial, pero también genera resentimiento, resistencia y la perpetua posibilidad de conflicto.

 

Por otro lado, China ha elegido un camino diferente: la cooperación económica, la inversión en infraestructura y el fortalecimiento de lazos comerciales. En lugar de ejércitos, ha desplegado ingenieros; en lugar de misiles, ha ofrecido acuerdos comerciales. En lugar de comandantes, ha enviado negociadores. Este modelo no solo es menos agresivo, sino también más sostenible y menos riesgoso para la estabilidad global. Es un modelo que ofrece a los países la oportunidad de desarrollarse sin temor a una intervención armada, sin el espectro de la destrucción.

 

Reflexión Final: ¿Quién Representa el Riesgo?

 

Intervenciones de Estados Unidos desde 1945 - 2020


Las cifras, los hechos y las historias de los pueblos afectados no dejan lugar a dudas. Los últimos cuarenta años han mostrado que quien ha llevado guerra a otros territorios, quien ha erosionado la paz en nombre de la "seguridad", quien ha impuesto bases y condiciones militares en todos los rincones del planeta, no ha sido China, sino Estados Unidos. Esta realidad debería llevarnos a reflexionar seriamente sobre quién representa hoy un verdadero riesgo para la paz y el desarrollo globales.

 



El mundo de hoy no necesita más intervención militar ni más bases extranjeras; necesita puentes, acuerdos y la posibilidad de crecimiento compartido. China, con su enfoque económico, aunque no exento de críticas, ha mostrado que el poder no necesita de la violencia para expandirse. Es un modelo que, en lugar de debilitar a los países, les ofrece una vía hacia su propio desarrollo. Quizá la verdadera paz global se encuentre no en la multiplicación de guarniciones y arsenales, sino en la construcción de una red de cooperación y prosperidad que, más allá de banderas y fronteras, nos incluya a todos. 


Glosario

 Intervención Militar: Acción de un Estado de enviar fuerzas militares a otro país para influir o controlar su situación política, económica o social.

Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI): Proyecto global de desarrollo e infraestructura liderado por China, destinado a crear conexiones comerciales y de transporte entre Asia, Europa, África y otros continentes.

Geopolítica: Estudio de los efectos de la geografía en la política internacional, especialmente en relación con las estrategias de poder y la influencia entre naciones.

Diplomacia de la deuda: Estrategia por la cual un país ofrece préstamos a otros países para proyectos de desarrollo, lo que puede generar dependencia financiera y, en algunos casos, una influencia económica y política significativa.

Hegemonía: Dominio de un país o una coalición de países sobre otros, ya sea mediante la fuerza militar, la economía, la política o la cultura.

Bases Militares en el Extranjero: Instalaciones militares ubicadas fuera del territorio nacional, usadas para el despliegue de tropas y equipamiento militar en apoyo de objetivos estratégicos.

Potencia Hegemónica: Estado que ejerce influencia predominante en el sistema internacional, manteniendo control político, económico y militar sobre otras naciones.

Bibliografía

Chomsky, N. (2003). Hegemony or Survival: America’s Quest for Global Dominance. New York: Metropolitan Books.

Johnson, C. (2004). The Sorrows of Empire: Militarism, Secrecy, and the End of the Republic. New York: Metropolitan Books.

Mearsheimer, J. J. (2014). The Tragedy of Great Power Politics. New York: W. W. Norton & Company.

Nye, J. S. (2002). The Paradox of American Power: Why the World’s Only Superpower Can’t Go It Alone. New York: Oxford University Press.

Wang, H., & Zheng, Y. (2017). China and the World: Development of the Belt and Road Initiative. Singapore: Springer.

Webgrafía

BBC News Mundo. (2021). “¿Qué es la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China y por qué es tan importante para el comercio global?”. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo

Council on Foreign Relations. (2020). “China’s Massive Belt and Road Initiative”. Recuperado de: https://www.cfr.org

Center for Strategic and International Studies (CSIS). (2019). “How Much Does the United States Spend on Its Military Bases Overseas?”. Recuperado de: https://www.csis.org

Brookings Institution. (2022). “US military intervention: Lessons learned in the last four decades”. Recuperado de: https://www.brookings.edu

The Diplomat. (2023). “China’s Debt Diplomacy: Fact or Fiction?”. Recuperado de: https://thediplomat.com