lunes, 3 de octubre de 2016

Declaraciones de Timochenko al ver que Colombia dijo NO Al Plebiscito FARC.

https://www.youtube.com/watch?v=juOACJcbcxc

La historia se repite ... se repite, hasta cuando, hasta que hagamos memoria, no olvidemos las experiencias y aprendamos ... Por. Jeritza Merchan Díaz

Nuevamente quienes han manejado desde las "élites" de poder al pueblo, lo volvieron a enfrentar. Durante años, décadas, quienes han sido rebeldes políticos o disidentes del régimen han sido bautizados, presentados con cuantos epítetos han sido necesarios para mostrarlos como enemigos, terroristas, "come niños" , bandoleros, etc. Ocho años de una presidencia absolutamente eliminadora de la Otredad dónde se vaciaron de sentido histórico, social y político; en los últimos 6 años la ambigüedad en su tratamiento ha sido constante: terroristas, asesinos... y hoy que la gente a respondido en sintonía con esa enseñanza, el Estado en voz de algunos de sus gobernantes responsabilizan al pueblo por "no querer la paz", que infamia!!! que ignominia!!!!.
Este !NO!, también es histórico, tiene memoria, es una negación que debe leerse con el sentido de sus connotaciones , qué implica que su intensidad numérica en zonas que habían sido de tradición guerrillera como Meta, Huila y Tolima, sean tan altas?. Dónde esta la base social de esa historia, acaso, no habrá sido eliminada? Ganó en Antioquia y a primera vista uno lo explica por la fuerte tendencia uribista, pero no será que se nos está olvidando que en este departamento tuvo presencia, incidencia y representación la Unión Patriótica, y allí precisamente se registran las masacres atroces cometidas en los noventa contra esta colectividad política como perpetración del genocidio?,qué fuerzas políticas se instalaron allí luego de la perpetración de las masacres, desapariciones forzadas, exilios, amenazas, hostigamientos, desplazamientos forzados, asesinatos selectivos contra Upeistas y otras identidades políticas que no pertenecían al séquito de los gamonales, terratenientes y explotadores mineros; se nos olvidan los asesinatos uno tras otro de los defensores de derechos humanos en este Departamento?, no puede ser!!!!

Este no, no es de ahora, ha sido propiciado, sistematizado, "enseñado" (léanse los manuales paramilitares, y militares, también) y aún así en menos de un mes, se pretendía cambiar el código del !no! para con el Otro, del !no! para la participación política, del !no! Para la memoria histórica, del !no! Para entender la significancia del delito político, del !no! para respetar los derechos sindicales y de asociación, del !no! para respetar los derechos humanos. Eso es absurdo por decirlo menos.

Este NO responde a la imposición de la política del miedo que lleva instalada en Colombia desde hace muchos lustros, para mencionar solo algunas cosas, recordemos a los trabajadores de Las Bananeras los asesinaron porque eran peligrosos para el desarrollo que muy generosamente traía la tropical Oil Company; a los gaitanistas y a Gaitán los sometieron a genocidio, hablo ya de este término, porque fue justo en el año del magnicidio que  fue  adoptada  y  abierta  la  firma  y  ratificación, por  la   Asamblea General  de la  ONU de la resolución  260  A (III) - Convención para  la prevención y sanción del  delito  de  genocidio- este  crimen  de  la identidad  política  se  justificó  y se sigue  justificando  por  el peligro de las ideas gaitanistas, identificadas  por uno  como socialistas, otros  comunistas  e incluso  fascistas; pasando un borrador   siniestro nada se esclarece  y   se implementa  el miedo entre conservadores  y  liberales  porque  unos  son peligros   con respecto  a los  otros;  las  guerrillas  liberales  fueron  bombardeadas porque  el  comunismo  es peligroso  para   las "buenas  costumbres"  de la  tradición partidista;   el  enemigo interno   concepto implantado por  la  Doctrina  de  Seguridad  para mencionar, estigmatizar, criminalizar  y  eliminar  a cualquiera  que  se presuma peligroso  para  el orden  y las instituciones;   el uribismo  llamó a combatir  a sangre  y fuego  a  los terroristas  peligrosos  para  el proyecto autoritario  de la  seguridad democrática, sabiendo  que  son campesinos, estudiantes, organización  social, sindical, aún  así  había  que  eliminarlos;  este  proceso  de paz  empezó  entre  el "buen Estado"  y los "terroristas" peligros e indeseables , y  aún  así  de la manera  más  cínica  y  atrevida hoy se  quiere  juzgar a  quienes lo único  que han  hecho es ser obedientes  con  lo que  les han enseñado: evitar el peligro  de la  Otredad , esa  que  se  apropiaría de las  curules,  se gastará  el dinero de nuestros impuestos,  nos  llevará  al  Castro-Chavismo, no  ha cesado la implementación de miedo, miedo, miedo, y luego  quieren  que  voten  sin miedo  por un sí. Eso  sí es desproporcionado. 

El  NO,  de hoy representa  miedo, temor, en la mayoría  de  casos,  o preguntémonos:   cómo se instaló ese  NO en las regiones  ya mencionadas, con invitación, con propuestas  de  dignidad,  con  asistencia y respeto  a los  DH, o quizá  con motosierras y la  implementación mafiosa que  todo lo compra?.  Negar  estas  realidades es hacerle  nuevamente  el juego  a un Estado  que  por  tradición ha  engañado,  ha cambiado  los  discursos  y  ha desvanecido  las  historias.  Otra  vez  la  confrontación entre  el pueblo?. Otra vez  el  engaño?, a  eso SI  digámosle  NO.


Por qué  hacer un plebiscito sin  amnistía  e indulto previos?
Por qué  el desvanecimiento de la  categoría  de  delito  político?
Por qué la  consulta  de tantos  puntos  que desbordaban  el acuerdo de DOS partes, no de toda la  sociedad?
Por qué la  fiesta  antes  del resultado del plebiscito?
Por qué  la  desinformación  en  los  resultados  de las  encuestas?
Por qué  apenas  un mes para  ilustrar  sobre  los  Acuerdos?
Pero  sobre  todo, por qué  el interés  de fragmentar, polarizar  y enfrentar  al mismo pueblo  que,   generación tras generación ha  puesto los  muertos y  que no ha encontrado verdad, justicia , reparación y  mucho menos  garantías  de  no repetición, pero  aún así ,  hoy se  quiere mostrar como el  responsable  de  no querer  la paz,  eso si ya  es abominable!!!!

Pregunto, y  el Estado no es responsable  de ese  NO?, algunos industriales, multinacionales,  ejércitos  legales y paraestatales, no tienen  nadita  que ver  con ese NO????? ; y con inmenso, pero  inmenso  dolor  me pregunto,  algunas  expresiones y acciones de la  izquierda  tampoco   tiene  nada  que ver? . Me interrogo,  será  que  algo incidió  el que hayamos  actuado   más  por  emoción  que  por  razón,  y por  eso  quizá nos faltó  pensar  que  en las  regiones, en  las  localidades,  en las  zonas no  era  tan fácil decir  SI, porque  aún  quienes  las  manejan  tienen  el poder  de la  violencia   para "ordenar  el NO";  o de pronto no podría  esperarse  que  se  saliera  a votar  SI, sin haberse  sentido  la inclusión de los  sectores  votantes  en la  negociación?. Por  eso  me sigo  interrogando:  cuales  son  los intereses reales  de haber  sometido  un DERECHO, como lo es la paz,  a  votación???;  cual es  la razón de que  aún entendiendo  que  no era el plebiscito la  figura  expedita para  la ratificación de los  Acuerdos, fue  la adoptada???, porque  sabiendo  que  este  país  se encuentra  altamente  polarizado se  insistió, sin embargo, en seguirlo dividiendo  con un SI o NO, que realmente no son  opciones  reales para  la  superación  del  conflicto  social y  armado ???

Que  se  quiere  legitimar  ahora?, lo mismo que  se hizo  con  el Frente  Nacional?, el silencio, el olvido, los pactos  entre  gobernantes  de partidos  tradicionales  y la exclusión y  criminalización de otras  fuerzas  políticas?, esta vez con  el  argumento  de que "el pueblo  lo decidió  así", que horror!!!!  


Espero en realidad,  que  la  grandeza  del pueblo, sea  superior  a la mezquindad  y  el engaño  de  sus  gobernantes.  Yo  soy  de  ese  pueblo y  siempre,  como creo  la mayoría quiero la  paz, la  exijo y también me  comprometo  con ella, pero me  resisto  a seguir con la tradición de  dejarme  engañar  o chantajear  a nombre de este concepto,   como lo hicieron  con mis abuelos, padres...  esos gobernantes de tradición, adueñados de  este Estado excluyente y vulnerador, precisamente,  para justificar y  legitimar  la guerra. Por eso creo, que no es  el pueblo  el que  tiene  que dar  explicaciones,  este  NO, lo debe explicar el presidente,  los  asesores  también,   quienes  manejan las  encuestas   otro tanto,  y  quienes  hoy de manera  irresponsable  se llaman  "ganadores"  no se  de qué _ además  de las  tierras  de  nuestros campesinos,  de la paramilitación del Estado,  de la instalación del terror, de la pauperización de la  existencia gracias  a  sus políticas y acciones_   para  que  nos  expliquen, ellos  SI:  cómo   van  a cobrar ahora esa "ganancia"?.

GANÓ LA CONSTITUYENTE Y LA SOCIEDAD CIVIL. Por: Jaime Araujo Renteria.

Conocidos los resultados del plebiscito, se observa que el 63% de los votantes y 34 millones de colombianos, en su mayoría, miembros de la sociedad civil, víctimas de la violencia del Estado y del NO Estado, consideró que Santos y Uribe eran una misma cosa; que ambos, por igual han violado sus derechos fundamentales, al trabajo, a la salud, a la educación, a la igualdad, a la libertad, a la vivienda etcétera; que ambos defienden el mismo modelo económico, han sido socios y lo serán en el futuro, en la guerra que han hecho contra los derechos del pueblo; que ambos proponían la cesación de un conflicto armado, sin justicia social. La sociedad civil sabía, que cualquiera que fuera el resultado, al día siguiente, los desempleados seguirían sin empleo; los estudiantes sin escuelas y los enfermos sin hospitales, los jóvenes sin oportunidades y las mujeres discriminadas; etcétera.
Que lo único cierto, eran los nuevos impuestos que pagaría el pueblo, especialmente su clase media, ya que los más ricos no pagan con el argumento de la seguridad inversionista de Uribe y de Santos.
Las víctimas de la sociedad civil, tenían claro, que como en el caso del proceso de “Paz” con los paramilitares, otra vez, se les iba a violar su derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y la garantía de no repetición. Por estas razones fundamentales y por otras adicionales, fue que no acudieron a ratificar los acuerdos de La Habana, pues sabían que no era la paz con justicia social que es lo que anhelan.
Ese 63% de los colombianos, miembros de la sociedad civil con derecho a voto, es casi el doble, del 37.1% que acudió a votar el plebiscito y que representan el 13.5 por el sí; y el 13.5 por el no. La realidad entonces, es que tanto Uribe como Santos perdieron; perdieron unidos, pues el 63% es casi el doble del 37%; y perdieron también individualmente ya que el 13% de cada uno de ellos, frente al 63%, implica una diferencia del 50% (63-30=50); lo que significa que el 50% de los colombianos, miembros de la sociedad civil, los rechaza a cada uno de ellos. Es de resaltar, que entre votos nulos y votos no mercados (170.946+ 86.243= 257.189); más de un cuarto de millón de colombianos también los rechazaron.
Por eso sorprende, que tanto los rechazados Uribe como Santos, propongan como fórmula mágica, para enfrentar el rechazo de que ambos fueron objeto; un pacto para repartirse el poder y el gobierno entre ellos, otro acuerdo con exclusión del 63% de la sociedad civil, sin justicia social y con una nueva violación de los derechos de las víctimas de la sociedad civil a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición. ¡La sociedad civil rechaza ese nuevo frente nacional entre Uribe y Santos!, con exclusión del 63% de los ciudadanos (cerca de 21 millones de ciudadanos) y de otros miembros de la sociedad civil. Y decimos otros miembros, ya que el número de ciudadanos es de 34.899.945; pero existen 13 millones más de compatriotas (para un total de 48 millones), que no votan, por ser menores de edad, pero como personas tienen los mismos derechos humanos que tienen los ciudadanos y por lo mismo hacen parte de la sociedad civil y deben ser tenidos en cuenta al momento de decidir sobre su destino.
El plebiscito, no era el camino, para dar una verdadera paz con justicia social; no era tampoco el escenario donde pudiera concurrir la sociedad civil, esto es, 34 millones de colombianos, que son el 250% más que los que concurrimos a votar el 2 de octubre. Si de verdad, queremos reconciliarnos a los 34 millones de colombianos, con los 13 millones que votaron el 2 de octubre, hay que hacerlo desde abajo, desde la base, y no desde la cúpula de la clase política que fue rechazada. Por este motivo el único instrumento para hacerlo es desde una verdadera Asamblea Constituyente, democrática, con representación mayoritaria de la sociedad civil, sin limitaciones, que se ocupe de todos los asuntos que interesan, precisamente, a la sociedad civil. Asamblea que cree las nuevas instituciones que hagan posible los cambios estructurales que requiere el Estado y la sociedad colombiana.
Es importante recordarle a Uribe y a Santos, que muchos de los votos que obtuvieron por el sí y por el no, fueron de miembros de la sociedad civil, a quienes no se les dio otras opciones, como el voto en blanco o el voto por la constituyente, que no son amigos ni de la guerra de Uribe, ni de “La Paz” excesivamente imperfecta de Santos, pues quieren más que la cesación parcial de un conflicto armado: la paz con justicia social; esto es, con derechos humanos. Como es importante recordarles, que no deben seguirle mintiendo a la sociedad civil, ya que, si bien el presidente es responsable del orden público, no es el dueño de la paz; pues este es un derecho que ya tenemos los colombianos
en el artículo 22 y que no vamos a dejárnoslo quitar ni Uribe ni de Santos, ni de la FARC. No basta, con que el presidente reconozca su derrota; es necesario que asuma las consecuencias de la misma; como la asumió David Cameron, el primer ministro inglés cuando perdió su propuesta de continuar en la unión europea; como la asumió el general Charles de Gaulle, cuando el pueblo francés le dijo no a su propuesta; como debió asumirla también un dictador como Pinochet, cuando perdió su plebiscito en Chile y en el caso de Colombia, como quiera que el plebiscito involucró a todo el gobierno, que hicieron campaña por el sí (sin respetar la sentencia de la Corte Constitucional), todo el gobierno debe asumir su responsabilidad política; y en política, la responsabilidad se asume como la asumió Cameron, de Gaulle y Pinochet: ¡Renunciando!. Ha llegado el momento, en Colombia, de nombrar un gobierno provisional, cuyo primer acto, sea la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente, con representación mayoritaria de la sociedad civil (no de la clase política); esto es de las organizaciones sociales, democrática, sin limitaciones, reitero: que cree las nuevas instituciones que hagan posible los cambios estructurales que requiere el Estado y la sociedad colombiana.

Jaime Araujo Rentería.

¡ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE: NUEVAS INSTITUCIONES PARA EL ESTADO Y LA SOCIEDAD COLOMBIANA!

Discursos del Presidente Juan Manuel Santos despues del plebiscito en Colombia

https://www.youtube.com/watch?v=Pr7TbtS73uM

Declaraciones del Expresidente Uribe después de las votaciones del plebiscito.

https://www.youtube.com/watch?v=1mnrSPISZfQ

Así se roban las elecciones en Colombia

https://www.youtube.com/watch?v=wFMbN-76UOQ

Con el triunfo del NO se abre el camino de una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Pero que tipo de Constituyente y para que?

La Asamblea Nacional Constituyente
Por.
Editson Romero Angulo
¿Qué es una Asamblea Constituyente?
Es una reunión nacional de delegados del pueblo—no representantes— elegidos o designados con el objetivo específico de determinar las reglas de funcionamiento del Poder Público como fundamento de su sistema político y plasmar a través de un pacto político en una Constitución fijando reglas para la construcción de un nuevo Estado y de convivencia entre éste y la sociedad.(1)
 Existen dos tipos de  Constituyentes:
Asamblea: Aquella surgida después de una revolución que violenta el orden establecido, bien sea a través de un golpe de estado o una revolución. Rompe la estructura institucionalizada, en Colombia la última Asamblea Constituyente fue la que produjo la actual Constitución  que es considerada una Asamblea porque según la Constitución de 1886:
“Artículo 209.- Esta Constitución podrá ser reformada por un acto legislativo, discutido primeramente y aprobado en tres debates por el Congreso en la forma ordinaria, transmitido por el Gobierno, para su examen definitivo, a la Legislatura subsiguiente, y por ésta nuevamente debatido, y últimamente aprobado por dos tercios de los votos en ambas Cámaras.” No por convocatoria del pueblo como finalmente se dio.
Convención: conocida como Asamblea Institucional es decir sin romper el orden  establecido y se convoca para reformar la Constitución vigente. El ejemplo clásico es La Convención de Filadelfia  se desarrolló entre el 14 de mayo y el 17 de septiembre de 1787.
Pero lo cierto como en el caso de la Convención de Filadelfia que estas suelen convertirse en creadoras de nuevas estructuras jurídicas y de gobierno.

Bien con estas breves aclaraciones veamos la situación de una Asamblea Nacional Constituyente en Colombia:
·         Las Propuestas emanas desde el uribismo “Centro Democrático”
Una Constituyente que apruebe más impunidad para los actores que violaron los derechos humanos desde la orilla del Estado  y aplicar si todo el peso de la ley a  las FARC- E.P, negando la posibilidad del ejercicio político a los miembros de las FARC – E.P.
·         La propuesta emanada de las FARC – E.P.
En diciembre de 2013  colocaron sobre la mesa “un gran acuerdo político nacional”, que permitiera:
1.       avanzar hacia la construcción  la paz con justicia social,
2.       a democratización real y la reconciliación nacional.
3.       El Gran acuerdo político nacional’  que comprometiera los poderes públicos, sin perjuicio de las facultades y funciones que les han sido conferidos”.
4.       Es una Constituyente como parte de una negociación con el Estado.
El Secvtor de los Progresistas representado por Gustavo Petro  viene hablando de  una Asamblea Constituyente, que discuta  temas esenciales para la población  y que la afectan en su vida diaria  pero que no se han podido resolver por las vías rutinarias de la institucionalidad como son de la salud, la educación, la justicia y el territorio.

Bien, la realidad es que en las condiciones actuales la Constituyente se convierte en una opción para salir de esta oscura noche que apenas empieza pero para enmendar errores esta constituyente debería ser realmente representativa debe profundizar las raíces democráticas de nuestra población. Una organización  de la que hemos en este blog informado el denominado Partido Socialista de los Trabajadores propone:

“La Asamblea Nacional Constituyente significa que su composición debe reflejar la estructura social del país. Si la mayoría -estratosoría de la población es la clase trabajadora este sector debe tener la mayoría de constituyentes; los campesinos pobres, la comunidad afro y los indígenas y demás participación acorde con su número.  Mientras que los terratenientes y empresarios que son la ínfima minoría tendrán una participación de entre el 1% y 2%, como máximo, que será el reflejo de lo que son desde el punto de vista numérico en la sociedad. En la actualidad es al revés, la inmensa mayoría no tienen representación en el Congreso y por eso las leyes favorecen a los capitalistas con el criterio de la ganancia. Si queremos democracia tenemos que empezar por que esta sea real, no formal. Que sea una democracia de la mayoría de la población. Una democracia con el sello de los trabajadores y sectores populares”(2)
Pero lo cierto es que para este ejercicio se necesita un verdadero ejercicio de política unido al que hacer pedagógico de la población que se pueda usar la inteligencia emocional y administrar los sentido, si no redundara en otra derrota contra los más golpeados por la sociedad y el conflicto.


(1)    JORGE MACHICADO. Apuntes Jurídicos https://jorgemachicado.blogspot.com.co/2013/05/aco.html
(2)    La Constituyente que proponemos


miércoles, 28 de septiembre de 2016

CENSURA TOTAL A CAMPAÑA PARA REDUCIR EL CONSUMO DE BEBIDAS AZUCARADAS

Ante el Tribunal Superior de Bogotá se presentó  una acción de tutela como primer paso de una fuerte estrategia jurídica para defender los derechos a la información, libertad de expresión y el debido proceso de la Asociación Colombiana de Educación al Consumidor (Educar Consumidores) .

El 7 de septiembre esta entidad ordenó a Educar Consumidores por medio de la Resolución 59176, cesar la divulgación de la campaña “Tómala En Serio”, en un rápido proceso administrativo producto de una denuncia presentada por Postobón S.A.

En flagrante violación de la normatividad nacional e internacional que prohíbe la censura, la SIC ordenó sacar del aire un comercial que advertía sobre los efectos nocivos del consumo de bebidas azucaradas, ordenando también someter a control previo cualquier tipo de información que Educar Consumidores quisiera transmitir con relación a estos productos, lo que significa que esta organización no puede publicar en ningún medio de comunicación tradicional o digital, ni en redes sociales, información relacionada con esta materia, sin contar con la previa autorización de la SIC.

Restricciones tan severas a la libertad de expresión y al derecho a informar sólo encuentran justificación en casos en que la información que se esté divulgando vulnere derechos fundamentales de terceros, o atente contra la salud y/o la seguridad públicas. Paradójicamente, el comercial y toda la campaña  “Tómala En Serio” defiende en particular el derecho fundamental a la salud, que pasa por tener acceso a información veraz sobre los productos que atentan contra ella. Nuestra campaña no vende productos, intenta salvar vidas.

Toda la información suministrada en la campaña “Tómala En Serio” cuenta con amplio respaldo científico. Es la misma OMS la que promueve en el mundo la reducción del consumo de bebidas azucaradas como una medida de salud pública para prevenir y disminuir la aparición de enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y otros eventos adversos para la salud, como lo advertía el comercial.

Esta campaña es necesaria en un país que presenta más de la mitad de la población adulta en sobrepeso y obesidad, y más del 17% de sus niños en igual condición (Ensin 2010),  y en el cual,  el sistema de salud ha visto crecer en solo 5 años los costos de atención por enfermedades metabólicas relacionadas en 755% .

A pesar de las gravísimas consecuencias que produjo la orden de la SIC para la campaña “Tómala En Serio”, Educar Consumidores adoptó todas las medidas para dar cumplimiento a la misma, al tiempo que ha desarrollado una estrategia jurídica que llevará hasta donde sea necesario, en orden de defender el derecho del pueblo colombiano a conocer los factores de riesgo que oponen a la salud pública, los intereses económicos de unos pocos.

La  acción de Postobón S.A. y la SIC busca silenciar una campaña de salud pública en un momento en el que se debate en el país la necesidad de un impuesto a productos que son perjudiciales para la salud, como las bebidas azucaradas.

La campaña de salud p´blica estuvo activa desde el primero e agosto hasta la semana del siete de septiembre en el que se tomaron las medidas correspondentes.

domingo, 25 de septiembre de 2016

El 26 de septiembre, en la ciudad de Cartagena de Indias, se desarrollará la ceremonia de firma final de los acuerdos de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno encabezado por el presidente Juan Manuel Santos.

La cita contará con la presencia de mandatarios de países de todo el mundo,  comenzando por [Jhon Kerry, Secretario de Estado de]  Barack Obama,  representante del imperialismo norteamericano, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el presidente de Cuba, Raúl Castro- invitado especial- el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y seguramente un alto representante de la Unión Europea.
El imperialismo y la burguesía se anotan otro punto
Hay que preguntarse por qué el imperialismo y burguesía le han dado tanta importancia y despliegue a estos  acuerdos de paz en Colombia, y por qué  la prensa mundial se ha encargado de mostrarlos en sintonía con una gran satisfacción de pueblo raso. Las encuestas le dan al SÍ en la votación del plebiscito a favor de los acuerdos, programado para el 2 de Octubre, una amplia mayoría. Con ello los plumíferos a sueldo, sostienen que el gobierno de Santos así como Obama y los Castro, todos juntos están interpretando el clamor del pueblo colombiano. El mismo presidente Juan Manuel Santos dijo: “Tal vez es el anuncio más importante que he hecho en mi vida”.
No hay que engañarse. Para el pueblo raso, para los trabajadores, la clase obrera y el campesinado pobre, los acuerdos son solo la posibilidad de parar un conflicto entre aparatos,  en el que ellos son los que han puesto los muertos, los desaparecidos y los desplazados. Para el imperialismo y un gran sector de la burguesía colombiana y por supuesto la de los países vecinos, significa una gran satisfacción porque ponen fin, por la vía de incorporar a las FARC al régimen político burgués, a la guerrilla más antigua del continente, que protagonizó una guerra durante 52 años contra el régimen político colombiano. Una guerra, como decía León Trotsky sobre la guerra de guerrillas, una guerra pequeña, porque la grande, la guerra civil, nunca fue el objetivo de las FARC y porque tampoco pudo empalmar con la lucha de clases ni con el respaldo popular, campesino y obrero, que fue perdiendo en la medida en que adoptaba más y más los métodos típicos del terrorismo individual, y se alejaba de los intereses populares.
El imperialismo festeja porque finalmente su política de garrote y zanahoria rindió frutos. Intentó derrotarla varias veces por la vía militar, le asestó golpes fuertes en este terreno, eliminó a la Unión Patriótica, su expresión legal durante un intento de negociaciones de paz en el gobierno de Belisario Betancur  a mediados de la década del ‘80,  todo con el objetivo de llevarla a la mesa de negociación para sellar su rendición,  así como lo consiguió a finales de la década del ‘80 con las guerrillas centroamericanas a través de los acuerdos de Esquipulas y Contadora. Como  lo obtuvo también con otras guerrillas menores, como el EPL y el M-19  a inicios de la década del ‘90 en Colombia. Hoy el M-19 es mostrado como ejemplo de su decisión de incorporarse al régimen, porque no desistió de ello a pesar de que fue asesinado su candidato presidencial, Carlos Pizarro Leongómez, y otros cuantos dirigentes, poco tiempo después de firmar la paz en 1991  en su primera participación electoral ya desmovilizados. Eso mismo le piden hoy a las FARC ante el riesgo  de que las mismas bandas paramilitares asesinen a uno o varios de sus dirigentes una vez sellados los acuerdos; las FARC están dispuestas a hacerlo.
Para el imperialismo significa eliminar una fuente de inestabilidad, un obstáculo que impedía la entrada libre de sus multinacionales a los territorios controlados por la guerrilla para instalar sus empresas de agro negocios, que impedía su control total sobre la producción y exportación de coca y que también era fuente de inestabilidad regional, por su ubicación estratégica como parte del patio trasero del imperialismo norteamericano. Para el imperialismo, para la burguesía, los terratenientes y ganaderos,  es un gran avance, porque siempre tuvieron el temor  de que la guerra pequeña se convirtiera en la guerra grande, que se regara como pólvora por una región a la que siempre han sometido a planes de miseria, hambre y represión.
Políticamente, llenaran páginas y páginas mostrando la “grandeza” de la restringida democracia burguesa, de su dictadura de clase, elogiando la posibilidad de que los odios, darán paso a los votos y que ellos llevarán a sus antiguos enemigos a los palacios y los parlamentos y, porque no, hasta la silla presidencial, mostrando los ejemplos de Nicaragua, de El Salvador, de Sudáfrica, de Brasil y de la propia Colombia con los ex guerrilleros del M-19 y el EPL. Con ello seguirán engañando al pueblo trabajador mientras fortalecen sus ejércitos y aplican los planes para descargar sobre las espaldas de la clase obrera y los trabajadores su profunda crisis económica mundial. Santos ya lo anunció, al tiempo que se ufana de su triunfo, aplicará una “reforma” tributaria y fortalecerá el odiado Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD (policía antimotines conocida  popularmente como los “robocops”) porque los trabajadores no solo pagan la guerra sino también la paz.
El gran ganador de los acuerdos de La Habana es el imperialismo que ideó el Plan Colombia, que invirtió en recursos, asesores y armamento, y hoy se prepara para pasar la cuenta, con los famosos planes de inversión para el pos conflicto con los que sus multinacionales se beneficiarán de la rebaja de impuestos, la libertad absoluta para invertir sus capitales, saquear las riquezas y sacarán sus ganancias multiplicadas.
¿La más importante de las batallas de las FARC?
No es extraño que la dirigencia de las FARC presente la firma de los acuerdos como “la más importante de sus batallas”, así como Raúl Castro presentó el restablecimiento de las relaciones con el gobierno norteamericano, como un “gran triunfo de la revolución”. Al fin y al cabo los dos vienen del mismo tronco: el estalinismo. No es gratuito tampoco que el escenario de las negociaciones fuera La Habana. La escuela estalinista los entrenó muy bien; todas sus capitulaciones y traiciones siempre las presentaron como grandes triunfos. La verdad es que los Castro apoyados en el prestigio ganado por la revolución cubana, han restaurado el capitalismo en su país  de manera silenciosa, y entablaron de nuevo relaciones, no solo diplomáticas sino comerciales y de todo tipo con su vieja enemiga la burguesía imperialista yanqui, porque tienen el interés común de impulsar el desarrollo capitalista, ahora como buenos socios. Y esta es una de las razones, la fundamental, por la cual las FARC han firmado por fin un acuerdo que no es otra cosa que su incorporación al régimen burgués.
En la segunda mitad de la década de los 80, las FARC llegaron a una encrucijada por una serie de factores. Las declaraciones de Fidel Castro frente a la revolución nicaragüense: “Nicaragua no será una nueva Cuba”, eran un mensaje para la burguesía y el imperialismo, en el sentido de que ni la burocracia cubana ni la de la URSS apoyarían un proceso de expropiación de los capitalistas nicas. Es decir, no irían a un programa de expropiación como el que tuvieron que aplicar en Cuba, presionados por la movilización de masas y por la política imperialista. Las FARC también entendieron el mensaje. En adelante el aparato estalinista apoyaría todos los procesos de paz negociados y  la reincorporación  a la “vida civil” de las organizaciones guerrilleras. De allí en adelante ya su programa democrático revolucionario, en especial la lucha por la tierra, cambió radicalmente. Las negociaciones de paz durante el gobierno de Belisario no prosperaron porque un sector de la burguesía colombiana y de los ganaderos, apoyándose en las bandas de paramilitares, aprovechadas también por varias multinacionales, desataron una violenta masacre selectiva y sistemática no solo contra la Unión Patriótica sino contra la vanguardia obrera y sindical que se radicalizaba en las luchas y en las huelgas, obligando a las FARC y al ELN a atrincherarse y responder militarmente a los ataques.  La restauración del capitalismo, en los llamados países del “socialismo real”, terminaría por afianzar su contradicción.
Perdido el apoyo político y económico de la URSS y de Cuba, se volvía insostenible mantener un ejército de miles de combatientes. La dirigencia de las FARC comenzó un proceso irreversible de búsqueda de recursos utilizando cada vez más los métodos del secuestro y la extorsión no solo a terratenientes y ganaderos sino a campesinos medios y otros sectores  pobres de la población. Al tiempo daban el paso, primero como protectores de los sembrados de coca, y después como miembros del negocio de su producción y comercialización, haciendo parte de la economía subterránea que se convertía en otra fuente de distorsión de las luchas obreras y populares y que junto con su estrategia de aparato armado, justificaban la violenta represión de un régimen antidemocrático y asesino. Estos métodos de financiación los fue degradando y aislando políticamente de la población. La burguesía y el imperialismo supieron explotar políticamente esta degradación de la guerrilla y aprovecharon para profundizar su pérdida creciente de apoyo campesino y popular, montaron las bandas de ejércitos mercenarios, paramilitares, para deshacerse no solo de guerrilleros sino también, de luchadores obreros incómodos, de dirigentes campesinos, de activistas, organizando uno de los mayores despojos de tierras, provocando un desplazamiento interno que llega a la cifra de más de 6 millones, el segundo país en desplazados después de Siria que se encuentra en guerra abierta y declarada.  El Centro Nacional de Memoria Histórica ha dado una cifra de 220.000 muertos durante los años de confrontación –aclarando que la cifra es aún conservadora- y 162.000 desaparecidos, amén de las más de 300 mil amenazas, producto de las cuales muchos tuvieron que dejar el país.
Está claro, la estrategia guerrillera ha demostrado su total fracaso, un fracaso que la clase obrera, los trabajadores y los campesinos pobres,  tuvieron que pagar con sangre y fuego.  Los socialistas siempre combatimos políticamente la estrategia guerrillera. Decía  nuestro dirigente trotskista Nahuel Moreno  “Si son la masas las que hacen las revoluciones, toda prédica, propagandística o práctica (a través de acciones) de que es una ínfima minoría de guerrilleros la encargada de hacer la revolución, es un factor de profunda desmovilización del movimiento de masas, va en contra de la revolución.
Peor aún, utilizan a la clase obrera, si intervienen en ella, como abastecedora de combatientes, sacando así de la clase (y enviando a la muerte) a valiosísimos activistas y luchadores y debilitando así la organización de la clase obrera.”   Hoy las FARC, y su movimiento político legal, abandonan definitivamente la lucha  por la tierra y contra el régimen antidemocrático, y adoptan un nuevo programa: el de los acuerdos de paz de La Habana, ese es el que se han comprometido a defender y por el cual están dispuestos a sacrificar aún más vidas. Porque mientras ellos se desmovilizan las bandas de sicarios a sueldo no lo hacen, y ya en la recta final del proceso han seguido amenazando, atentando y asesinando. Desde 2012 hasta marzo de 2016 han asesinado más de 112 activistas de la Marcha Patriótica, movimiento influenciado políticamente por las FARC.
Vamos a ver un movimiento más de los que hemos visto en varios países del planeta. Movimientos electorales que cambiaron las balas por los votos y que defienden la democracia burguesa en tanto puedan disfrutar de  sus mieles, de los privilegios para unos pocos a costa del hambre, la opresión y la miseria para la  inmensa mayoría, incluidas sus propias bases. No pueden decir que este nuevo programa es revolucionario, porque eso significa seguir mintiendo a la clase obrera y los trabajadores del campo y la cuidad, eso sería tanto como decir que Santos y Obama también lo son. Las FARC han firmado unos acuerdos con algunos dulces para engañar, pero en su esencia es el programa de un sector mayoritario de la burguesía colombiana y del imperialismo. Es el programa de defensa de la propiedad privada y no el de la expropiación de la revolución cubana de 1959, ya enterrada por los Castro. La gran mayoría de las organizaciones de izquierda que apoyan ese programa de la reconciliación, están haciendo de hecho explícito su abandono de la revolución, que alguna lejana vez defendieron. Al apoyar los acuerdos de paz y llamar a votar por Santos primero y ahora por el SÍ en el plebiscito, están adoptando ese mismo programa. Seguiremos combatiendo políticamente, como ayer lo hicimos con su estrategia guerrillera, el programa que hoy le ofrecen a las masas de “radicalizar la democracia”… burguesa.  Seguiremos levantando aún con más fuerza el programa de la revolución socialista mundial, como una necesidad imperiosa de la clase obrera y sus aliados: las masas empobrecidas y humilladas, segregadas y explotadas.
La clase obrera y los trabajadores no tendrán paz
El ciclo de la explotación capitalista seguirá, aumentado aún más por la crisis económica mundial. Es una ley de hierro, para que los empresarios remonten la crisis, tienen que aumentar la sobreexplotación de la clase obrera de la ciudad y el campo, descargando sobre sus espaldas los planes que el FMI exige en todo el mundo. Más planes de ajuste, recorte de gastos del estado, reformas tributarias, desempleo. La borrachera de la paz se va a enfrentar con esta realidad. Ahora se abre la posibilidad de que Colombia entre en la dinámica de la lucha de clases de toda Suramérica que ha desembocado en huelgas generales, revoluciones y cambios de gobiernos y regímenes, liberada de la camisa de fuerza de la guerra de aparatos, porque lo cierto es que ya no será igual.
Los socialistas le apostamos a esta perspectiva. Le apostamos a  que la lucha obrera se coloque en el centro, a que los trabajadores retomen sus métodos de lucha masiva, que asuman en sus manos la dirección de sus conflictos y de su organización, que los sectores populares estallen contra sus ominosas condiciones políticas y sociales, que el movimiento indígena se levante por sus derechos, que las mujeres víctimas de tantos abusos y vejámenes sigan exigiendo justicia y reparación, junto con las miles de víctimas del conflicto y los campesinos despojados de sus tierras. Le apostamos a la lucha de los explotados y los oprimidos, le apostamos a la lucha de clases y no al programa que los nuevos movimientos políticos le están apostando: unidad con los de arriba, reformismo sin reformas. Porque la lucha de masas organizada, sin mesías que la reemplace, abrirá la posibilidad para que el partido revolucionario, el que se juega por la clase obrera, el internacionalista, se convierta, sin plazos, en una alternativa de dirección para conseguir la verdadera paz, la que merecen los trabajadores, una sociedad sin explotación y sin opresión de ningún tipo. A esa construcción, a esa lucha y por esa alternativa, llamamos a todos los activistas que creyeron honesta pero equivocadamente en la guerrilla,  que ahora le capitula a la democracia burguesa y al régimen autoritario, negociando con la corrupta burguesía pro imperialista que ha saqueado la riqueza del país y reprimido con saña la lucha de los explotados y oprimidos.
Por eso el 2 de octubre llamaremos junto con el Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia (PST), nuestra sección nacional, a no votar “ni por el SÍ de Santos, ni por el NO de Uribe” en el plebiscito refrendatorio de los acuerdos de paz. La disyuntiva no es entre el apoyo a una u otra de las facciones burguesas,  la “guerrerista” de Uribe o la “democrática” de Santos. Las FARC han declarado que aunque ganara el NO, ellos no volverán a las armas y honrarán los acuerdos. La disyuntiva es entonces entre el apoyo a los planes burgueses e imperialistas posconflicto, o declararle la guerra a la guerra social para la que se prepara Santos contra la clase obrera, los campesinos pobres, los indígenas y todos los explotados. Por eso invitamos a colocar en el tarjetón: por una Constituyente amplia, libre, democrática y soberana que discuta el programa posconflicto de los de abajo, de los postergados de siempre.
Secretariado Internacional de la Liga Internacional de los Trabajadores

viernes, 16 de septiembre de 2016

ORDENAN SUSPENDER CAMPAÑA QUE PRETENDE SALVAR VIDAS

· La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le ordenó a Educar Consumidores cesar la difusión de su campaña de salud pública con la que advierte sobre los riesgos asociados con el consumo de bebidas azucaradas; los cuales también han sido señalados con evidencia científica por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos nacionales e internacionales.
· Educar Consumidores rechaza las afirmaciones de la SIC sobre la supuesta publicidad engañosa y la falta de evidencia científica que respalda la campaña.


CLIP LEA COMUNICADO DE PRENSA https://drive.google.com/drive/my-drive



CARTA ENCÍCLICA PACEM IN TERRIS DE SU SANTIDAD JUAN XXIII

Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse
en la verdad, la justicia, el amor y la libertad