Autor: Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los
Trabajadores.
El Humanitario respeta todas las opiniones en el contexto de la discusión democrática por ello publica este comunicado del P.S.T.
Su lucha por mejorar sus salarios y condiciones de seguridad
en el trabajo, así como por mejorar las condiciones de seguridad aérea en el
país no recibió en su momento el respaldo que necesitaba para triunfar. Excepto
por comunicados y mítines a los que asistían los burócratas de turno y algunos
pocos activistas de organizaciones como la nuestra. Los trabajadores de
Avianca, incluidos los tercerizados que no estaban en huelga pero sí en
conflicto, se encontraron aislados. Mientras la solidaridad fue insuficiente,
la población cundió en una sucia y mentirosa campaña contra los pilotos,
señalándolos como privilegiados que ganan mucho y que su justo pliego era un
conjunto de exageradas peticiones “imposibles” de cumplir para el “pobre”
Efromovich, dueño de Avianca. Al tiempo que se desarrollaba este conflicto, las
empresas de aviación aprovecharon para embolsillarse varios millones
adicionales, por la vía de una especulación de precios en los tiquetes aéreos a
costa de los pasajeros.
En el segundo semestre de 2017 cerca de 700 pilotos de
Avianca
realizaron una huelga de 52 días,
paralizando hasta cierto punto la
operación de esta empresa.
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Nuestro partido desde el primer día respaldo su lucha y
llamamos a todos los trabajadores y sus organizaciones a solidarizarse
efectivamente con este conflicto, con una huelga de solidaridad. Alertamos que
una derrota de los pilotos iría mucho más allá de este gremio, significaría una
derrota para la clase trabajadora colombiana, para los trabajadores de la
trasnacional Avianca a nivel internacional y fundamentalmente un golpe contra
el derecho de huelga.
Lamentablemente esto se está confirmando en los hechos. La
huelga es declarada ilegal pasando por encima de los convenios de la OIT con la
falacia de que el transporte aéreo es un servicio esencial y de que debió ser
votada por la mayoría de trabajadores de la empresa y no solo de los pilotos.
Este precedente es muy grave y se convierte en una nueva
arma de la patronal contra el derecho de huelga de trabajadores organizados por
gremio, pues el mismo tratamiento de servicio público esencial, la vía libre de
declaratoria de ilegalidad y los obstáculos a la hora de votar autónomamente
una huelga, aplicados contra los pilotos de Avianca, serán, y vienen siendo,
armas contra los trabajadores. Los trabajadores de sectores como salud y
educación, se enfrentarán a este nuevo obstáculo en sus conflictos.
Importantes luchas como el paro indefinido del magisterio de
2017, serán ahora golpeadas con mayor fuerza por el gobierno, no solo por la
inconsecuencia y entrega de la dirección de Fecode, sino porque ahora como
patronal tendrán mayor facilidad para imponer medidas de represalias mucho más
duras que la reposición del tiempo de cese de actividades, como tuvieron que
padecer maestros y alumnos el año pasado. Ahora el riesgo de sanciones
disciplinarias, despidos y otras acciones legales contra los maestros serán
mucho mayores.
En el sector de la salud, si los médicos, necesitaran hacer
una huelga nacional no bastaría con que la aprueben ellos, sino que tendrían
que votarla también los trabajadores de cada IPS. De esta manera, poco a poco,
cualquier servicio se convierte en “esencial” cuando de huelga se trata, pero
no cuando se trata de presupuesto y de garantizar el acceso de la población al
mismo.
Posterior al levantamiento de la huelga los pilotos aceptan
ir al tribunal de arbitramento, el laudo resultante supuestamente tiene el
compromiso de “no represalias”. La misma frase decía el acuerdo con magisterio
y luego los maestros se enfrentaron a la saña de la reposición de clases que
casi los dejó sin el descanso de navidad. Ya van más de 30 pilotos despedidos
de los que fueron llamados a proceso disciplinario interno, incluido el Capitán
Hernández, presidente de ACDAC.
ACDAC ha tratado de frenar los procesos argumentando su
ilegalidad dado que el sindicato no cuenta con los asesores y abogados para
asistir a más de 20 procesos simultáneos, sin embargo, el laudo que prohíbe las
represalias y el fuero sindical, serán insuficientes. La legalidad en el Estado
burgués no depende de la justicia sino de la correlación de fuerzas. Efromovich
seguirá comprando e intimidando jueces y hasta cortes, si los trabajadores no
lo paramos; la única alternativa es salir a dar la pelea.
Es difícil detener el despido del Capitán Hernández y de los
demás pilotos, en otras instancias, por el contrario, habrá nuevos despidos, si
de inmediato las centrales en cabeza de la CUT no convocan a una gran acción
unitaria exigiendo el reintegro inmediato y defendiendo el derecho de huelga.
En consecuencia, se impone la convocatoria de emergencia de un paro nacional.
Es imperativo que abandonen su política de supeditar y aplazar las luchas a sus
campañas electorales.
Nuestra campaña del voto en blanco la ponemos al servicio de
la denuncia de esta agresión y de las tareas de solidaridad que sean necesarias.
Con mayor razón decimos, los trabajadores no tenemos quien nos represente,
votemos en blanco.