Por. Editson Romero Angulo
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Introducción
En agosto de 2024, los jubilados y pensionados en Argentina recibieron un incremento en sus haberes, acompañado de un bono extraordinario destinado a compensar la creciente pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación.
Sin embargo, a pesar de estas medidas, la situación de los jubilados sigue siendo alarmante, especialmente para los de mayor edad, quienes enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas, incluidas la alimentación y la salud.
Este artículo explora cómo la política de actualización de los haberes previsionales y la entrega de bonos no solo resulta insuficiente, sino que agrava las condiciones de vida de los jubilados más vulnerables, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria y bienestar.
La ley de movilidad y su impacto insuficiente
La movilidad jubilatoria en Argentina está regulada por la Ley N° 27.609, sancionada en diciembre de 2020, la cual establece una fórmula de ajuste trimestral para los haberes jubilatorios y las pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Esta fórmula se basa en un 50% en la recaudación tributaria de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y un 50% en la evolución de los salarios según el índice salarial de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).
La Ley de Movilidad Jubilatoria, vigente en Argentina desde 2020, establece un ajuste trimestral de las jubilaciones basado en dos factores: el 50% de la recaudación de la ANSES y el 50% de la evolución salarial (RIPTE). Esta fórmula, diseñada para mantener un equilibrio entre los ingresos fiscales y las mejoras salariales del sector formal, ha demostrado ser ineficiente en escenarios de alta inflación, como el que atraviesa Argentina en 2024, donde la inflación interanual ha superado el 120%.
En agosto de 2024, los jubilados recibieron un aumento del 17,04% en sus haberes. Con este ajuste, el haber mínimo pasó a ser de $107.088 . Aunque sobre el papel parece una mejora, cuando se considera el costo de vida real y el nivel de inflación, estos aumentos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de los jubilados, en especial los de mayor edad, que generalmente dependen en mayor medida de servicios. médicos, medicamentos y una nutrición adecuada.
La insuficiencia de los bonos extraordinarios
El gobierno, consciente de la insuficiencia de la fórmula de movilidad frente a la inflación, ha recurrido a la entrega de bonos extraordinarios para paliar la situación.
En agosto de 2024, los jubilados que percibieron la jubilación mínima recibieron un bono de $27.000 . Si bien esta medida puede parecer un alivio temporal, su efecto es limitado y no estructural, ya que no se incorpora de manera permanente en los haberes.
Además, el bono se distribuye en tres pagos mensuales que, lejos de solucionar el problema de fondo, prolongan la incertidumbre económica mes a mes para los jubilados.
Lo más preocupante es que estos bonos se entregan de forma decreciente a medida que el haber superado la jubilación mínima, sin considerar que muchos jubilados, a pesar de percibir haberes levemente superiores, también enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
Las limitaciones en los ingresos afectan la posibilidad de acceder a una dieta adecuada, generando una realidad donde miles de jubilados ven comprometidos su seguridad alimentaria.
Los más ancianos: Los más afectados
El diseño actual del sistema provisional y las políticas de ajuste golpean con especial dureza a los jubilados de mayor edad.
Este grupo, que en muchos casos ya no puede acceder a formas alternativas de ingresos, enfrenta gastos crecientes en medicamentos y atención médica.
Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), más del 40% de los jubilados mayores de 75 años tienen dificultades para acceder a una canasta básica de alimentos, un problema agravado por el encarecimiento de los productos esenciales debido a la inflación.
A medida que el poder adquisitivo se erosiona, muchos ancianos se ven forzados a elegir entre comprar alimentos o medicamentos. Esto genera una crisis silenciosa de desnutrición entre los más viejos, quienes dependen exclusivamente de los haberes jubilatorios para sobrevivir. Esta situación no solo pone en peligro la salud física de los jubilados, sino que también afecta su dignidad y bienestar emocional.
La entrega de bonos extraordinarios, si bien puede generar un alivio temporal, no resuelve el problema estructural de la insuficiencia de las jubilaciones. Mes a mes, los jubilados se enfrentan a la misma incertidumbre: ¿Alcanzará el dinero para llegar a fin de mes? Este estado constante de ansiedad y necesidad es una manifestación de las fallas profundas en el sistema, que prioriza el ajuste fiscal sobre la vida y el bienestar de los sectores más vulnerables de la sociedad.
El riesgo a largo plazo
Este contexto plantea un interrogante crítico: ¿Cómo puede un sistema que precariza la vida de los jubilados, en especial de los más ancianos, sostenerse a largo plazo? La realidad económica argentina muestra un sistema provisional que, en lugar de garantizar una vejez digna, condena a los jubilados a vivir al borde de la pobreza.
informalidad laboral, sumada a la alta inflación y las medidas insuficientes de ajuste, perpetúan un ciclo de precarización.
El aumento nominal de las jubilaciones y la entrega de bonos no atacan el problema de fondo: la incapacidad del sistema para generar haberes que cubran las necesidades básicas de los jubilados, especialmente en un contexto de inflación galopante.
La política económica actual, orientada a preservar el equilibrio fiscal, se hace a costa de la calidad de vida de los jubilados, quienes mes a mes ven cómo sus ingresos se desvanecen frente al aumento del costo de vida.
Conclusión
La política de actualización de haberes jubilatorios en Argentina, implementada a través de la Ley de Movilidad y complementada con bonos extraordinarios, es profundamente injusta para los jubilados más ancianos.
Estos sectores, que dependen casi exclusivamente de sus haberes previsionales para cubrir sus necesidades, enfrentan una pérdida constante de poder adquisitivo que pone en riesgo su seguridad alimentaria y su acceso a una vida digna.
La entrega de bonos extraordinarios es una solución temporal que, lejos de resolver el problema estructural, genera incertidumbre y precariza la vida de los jubilados.
Es urgente repensar el sistema previsional argentino, priorizando el bienestar de los jubilados y garantizando que sus ingresos sean suficientes para vivir con dignidad, sin tener que elegir entre comer o medicarse. Los jubilados, en especial los más ancianos, merecen mucho más que ajustes. temporales; merecen un sistema que verdaderamente los proteja y les asegure una vida plena y sin carencias.
Glosario
Movilidad Jubilatoria : Sistema de ajuste periódico de las jubilaciones y pensiones en Argentina, regulado por la Ley N° 27.609. Este ajuste se realiza trimestralmente, en base a la recaudación tributaria y la evolución salarial.
ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) : Organismo estatal encargado de administrar las prestaciones de seguridad social en Argentina, incluyendo las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares, entre otras.
Bono extraordinario : Pagos adicionales otorgados por el gobierno a los jubilados para compensar la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación. Estos bonos no se integran de forma permanente al haber jubilatorio.
Haber jubilatorio : El monto mensual que perciben los jubilados como resultado de sus años de aportes al sistema previsional. Puede variar dependiendo del tipo de aporte y los años de trabajo registrados.
Inflación : Proceso económico caracterizado por un aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios, lo que provoca una pérdida del poder adquisitivo del dinero.
Poder adquisitivo : Capacidad de una persona para adquirir bienes y servicios con su ingreso. En el contexto de los jubilados, se refiere a la capacidad de cubrir necesidades básicas como alimentos, medicamentos y vivienda con sus haberes.
Canasta básica de alimentos : Conjunto de productos considerados esenciales para la subsistencia, cuyo costo se utiliza como referencia para medir la pobreza y la indigencia. Para los jubilados, acceder a la canasta básica es un indicador de seguridad alimentaria.
Seguridad alimentaria : Condición en la que todas las personas tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias.
Bibliografía
ANSES. (2024). Ley de movilidad provisional . Recuperado de: https://www.anses.gob.ar
Observatorio de la Deuda Social Argentina. (2023). Informe sobre la situación de los adultos mayores en Argentina . Buenos Aires: Universidad Católica Argentina.
Ministerio de Economía de la Nación. (2024). Informe de inflación y proyecciones económicas para 2024 . Buenos Aires: Gobierno Nacional.
Pérez, JM (2023). La movilidad jubilatoria y su impacto en los haberes preliminares . Revista de Política Económica , 18(2), 85-102.
Webgrafía
Página oficial de ANSES: https://www.anses.gob.ar
Diario Clarín. (2024). "Aumento de jubilaciones y bono de agosto: Cómo se reparte el bono extraordinario". Disponible en: https://www.clarin.com