Conscientes del compromiso en materia de inclusión en las Instituciones
Educativas oficiales (IED) de los 109 municipios no certificados, se llevó a
cabo la socialización del Programa de Educación Inclusiva en el departamento de
Cundinamarca, dirigido a todos los docentes y rectores.
Según el Sistema Integrado de Matrícula (Simat), 4.125 estudiantes en condición de discapacidad y 225 con talentos excepcionales en el departamento hacen parte del Programa de Educación Inclusiva. |
El objetivo del programa es
“desarrollar acciones que permitan el servicio de apoyo pedagógico, el
acompañamiento y la formación para la educación inclusiva, posibilitando la
atención de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que presentan condición de
discapacidad y capacidades o talentos excepcionales matriculados en las IE de
los municipios no certificados, con el propósito de garantizarles una educación
pertinente y de calidad”.
Para Genny Milena Padilla,
directora de cobertura de la Secretaría de Educación de Cundinamarca, es
importante eliminar algunas de las barreas actitudinales, sociales, políticas
arquitectónicas, que afectan a la persona con discapacidad, impidiendo que se pueda desarrollar desde todas sus
competencias. “La condición de discapacidad está es en el entorno y no en la
persona, debemos empezar a eliminar ese concepto que estaba en un enfoque
clínico que veía la discapacidad como una enfermedad; la discapacidad la
tenemos que ver desde un enfoque social de derechos”, manifestó.
Desde el Plan de Desarrollo
“Unidos podemos más”, se tiene como meta intervenir durante el periodo de
gobierno 125 instituciones educativas con el proceso de educación inclusiva,
para lo cual se ha venido trabajando de manera articulada. Para 2018 ya son 113
IED intervenidas en 64 municipios.
Para garantizar la educación
pertinente y de calidad se desarrollarán las siguientes actividades:
§
Fortalecimiento de los procesos de educación inclusiva, a través del
diseño, acompañamiento a la implementación y seguimiento a los Planes
Individuales de Apoyos y Ajustes Razonables (PIAR); es decir, un plan para cada
estudiante que contiene todos los apoyos que necesita para aprender en condiciones
de equidad.
§
Articulación de los PIAR con la planeación pedagógica y el Plan de
Mejoramiento Institucional (PMI).
§
Consolidación y refrendación del informe anual del proceso pedagógico o
de competencias.
§
Trabajo y asesoría a las familias.
§
Sensibilización y formación de docentes.
§
Ajustes institucionales para garantizar la atención pertinente a esta
población, según lo contemplado en el Decreto 1421 de 2017.
A través de un concurso de
méritos, la ejecución de este programa se le adjudicó a la Fundación Progresa,
que hace presencia en las instituciones educativas, a través de un equipo
conformado por modelos lingüísticos, intérpretes, tiflólogos y profesionales de
apoyo (psicólogos, educadores especiales, licenciados en psicopedagogía y áreas
básicas).
El proyecto pedagógico para la
educación inclusiva tiene tres fases: la primera es apoyo pedagógico, que se
divide en la presentación a las instituciones educativas, acompañamiento
pedagógico en la parte de educativa, proceso de depuración y actualización de
Simat; la segunda fase es la de formación, focalizada en diez talleres de DUA,
diez talleres de PIAR y talleres de mesas técnicas; la tercera fase es la
diagnóstica, comprende remisión de estudiantes, aplicación de pruebas y
consolidación de resultados.
Este programa de educación
inclusiva beneficia a muchos estudiantes con alguna condición de discapacidad y
les otorga calidad en la educación. “Nosotros identificamos la problemática
educativa de las personas con discapacidad visual en los contextos académicos,
para de esta manera brindar soluciones que permitan unos procesos realmente
inclusivos en la parte educativa”, manifiesto Holman David Moreno, tiflólogo de
la Fundación Progresa.