El programa Better Work contribuye a mejorar las condiciones de trabajo en las fábricas de la confección y a la vez incrementa la competitividad del sector.
CIUDAD HO CHI MIN, Vietnam (OIT Noticias)
– El programa Better Work beneficia
especialmente a las mujeres, quienes en Vietnam constituyen 80 por ciento de la
fuerza de trabajo del sector de la confección, una de las industrias más
grandes del país. Para muchas personas, el empleo en las fábricas es su primera
experiencia de trabajo en el sector formal. He aquí las historias de cinco
mujeres que trabajan en fábricas que participan en Better Work en Vietnam:
Duyen, Gerente general de
producción, Binh Duong
Duyen es gerente general de producción,
ella supervisa cerca de 1.400 trabajadores en una fábrica en Binh Duong, al
norte de la ciudad de Ho Chi Ming. Duyen comenzó a trabajar como operadora de
máquina de coser hace 14 años, cuando apenas tenía 21 años. Gracias a su
potencial y ética profesional los directores la promovieron regularmente,
primero como supervisora, luego como subgerente, gerente y, finalmente como
gerente general.
“Trabaja con pasión y recibirás
reconocimiento y recompensas”, afirmó.
Duyen está aprendiendo chino,
idioma que necesita para comunicarse mejor con los altos directivos.
Better Work ofrece desarrollo la
capacidad de liderazgo y de las competencias a las mujeres como parte de su
programa de formación.
Nga, operadora de máquina de
coser, Binh Duong
Cuando era niña, Nga vivía en la
región montañosa central de Dak Lak, donde su familia cultivaba café. A los
seis años, mientras ella regresaba a casa del colegio, se cayó y se lastimó las
piernas. La curaron en un hospital local, pero más tarde una infección le causó
complicaciones que afectaron su movilidad y perspectivas de trabajo. Casi dos
décadas después, Nga se mudó a la ciudad de Ho Chi Minh donde se inscribió en
un curso de costura. Al terminar su formación, encontró trabajo en una gran
fábrica de la confección que produce prendas de vestir para marcas
internacionales. Era su primer trabajo verdadero.
“Al principio, temía que la
fábrica no me aceptara a causa de mi discapacidad. Pero no fue así”.
Hoy día, su planta de confección
supera los objetivos de producción. “Gracias a mi trabajo, superé mi condición
física y ya no pienso en mi modo de caminar”.
Better Work asesora a las
fábricas sobre cómo modificar de manera fácil y rentable el ambiente de trabajo
para incorporar a trabajadores discapacitados.
Tuyen, operadora de máquinas de
coser, Tay Ninh
Tuyen trabaja en una planta de la
confección en una fábrica en Tay Ninh, en el noroeste de la ciudad de Ho Chi
Minh. Ella trabaja allí desde hace dos años, junto a su esposo, quien trabaja
en la sección de corte. Cuando comenzó, Tuyen realizaba tareas muy sencillas
para coser ropa deportiva. Pero, a medida que perfeccionó sus competencias y
que aumentó el volumen de pedidos a la fábrica, pasó a confeccionar prendas más
complejas como la ropa íntima. En un principio fue un desafío y sus resultados
eran inferiores a los esperados por sus superiores.
Entonces Tuyen habló con sus
supervisores y ellos le enseñaron nuevas técnicas de costura y la ayudaron a
operar máquinas más especializadas para confeccionar otros productos. Con la
práctica, sus competencias se desarrollaron rápidamente.
Actualmente es una experta en la
nueva técnica de costura. Su productividad, de 750 piezas al día, supera las
400 que producía hace sólo pocos años. Según Tuyen, la productividad de un
trabajador depende del apoyo que le brinda el supervisor”.
“Para trabajos como este, la
mejor manera de aprender es haciendo”, señaló.
“El programa Better Work ha
contribuido a reducir la brecha salarial de género al prestar especial atención
en garantizar el pago de salarios justos.”
Hanh, operadora de máquinas de
coser, Thai Binh
Hanh proviene de una familia de
cultivadores de arroz en la provincia costera de Thai Binh. Cuando creció,
pensaba que la agricultura era un trabajo duro y poco rentable. Entonces,
decidió intentar trabajar en una fábrica, sabiendo que el salario podría
mantener a su joven familia.
Como operadora de máquinas de
coser, Hanh estaba nerviosa y al principio no entendía los códigos de barras,
las etiquetas y los términos técnicos que encontraba. Pero se adaptó
rápidamente y antes de que pasara mucho tiempo, la fábrica comenzó a
recompensarla por sus esfuerzos.
Hanh tiene ahora un desempeño
sobresaliente en la fábrica. Es una persona con múltiples competencias que
puede trabajar en diversas áreas ycon frecuencia sustituye a sus colegas cuando
están enfermos. Además forma parte del comité ejecutivo del sindicato.
“La formación de las supervisoras
puede incrementar la productividad de la fábrica hasta en un 22 por ciento.”
Universidad de Tufts, Progresos y
perspectivas 2016
Hau, operadora de máquinas de
coser, Hoa Binh
Hau es originaria de una aldea en
una provincia montañosa de Hoa Binh. Antes de incorporarse a una importante
fábrica de la confección, su familia dependía casi por completo del salario de
su esposo quien trabajaba en una fábrica de ladrillos. Eran tiempos difíciles.
Hau sabía que no había muchas oportunidades de trabajo para las personas
pertenecientes a minorías étnicas, – ella, que proviene del grupo étnico Muong
– sentía temor de trabajar en una fábrica.
“Al principio no estaba segura de
que podía trabajar en una fábrica de la confección; pero ahora estoy muy feliz
con este empleo.”
Hau reflexiona sobre su larga y
dura travesía para llegar a donde se encuentra hoy. Tuvo que adaptarse a nuevas
maneras de pensar y de trabajar para tener éxito en el ambiente de la fábrica.
Sin embargo, para Hau la prioridad es su familia. “Lo más importante para mí es
tener un empleo permanente que me permita cuidar de mis hijos.”
“Los empleos de calidad para las
mujeres tienen repercusiones positivas sobre su desarrollo, incluyendo mejoras
en la salud de los trabajadores y sus familiares y en la educación de los hijos
de los trabajadores.”
Universidad de Tufts, Progresos y
perspectivas 2016
Better Work – un programa
conjunto de la OIT y la Corporación Financiera Internacional (CFI) – está
activo en ocho países, alcanzando a más de dos millones de trabajadores y opera
en Vietnam desde 2009. Poco más de 500 fábricas de la confección, con una
fuerza laboral de 700.000 personas, participan en el programa en el país.
Un amplio estudio realizado por el programa muestra que las
fábricas de la confección que ofrecen empleos decentes, de buena calidad y dan
un trato justo a sus trabajadores pueden ser un poderoso motor del
empoderamiento de las mujeres y aportar beneficios duraderos a ellas, sus
familias y sus comunidades.
Como resultado de su
participación en el programa Better Work, las fábricas han mejorado
constantemente su conformidad con las normas fundamentales del trabajo de la
OIT y la legislación nacional en materia de remuneración, contratos, seguridad
y salud en el trabajo y horas de trabajo. Esto ha mejorado de manera
significativa las condiciones de trabajo y, al mismo tiempo, incrementado la
productividad y rentabilidad de las fábricas.