El Diputado opositor Julio Borges |
La torpeza de los politiqueros burgueses venezolanos,
mayoría en la Asamblea Nacional, no tiene precedentes: declarar "abandono
del cargo" de un presidente como Nicolás Maduro, que trabaja veinte horas
diarias, los siete días de la semana, es la más increíble y desesperada
decisión, que los deja en ridículo, aunque los medios áulicos en el exterior
han salido, como siempre, a respaldar con su ruido semejante acto de estupidez.
Este hecho no se puede explicar sino por dos elementos: la
ya típica mediocridad política que caracteriza a la oligarquía antichavista y
el cumplimiento de una orden exógena para, a través de una medida descabellada
como la suscitada, generar una situación de caos y violencia en el hermano
país, que ambiente la intervención extranjera.
Es una payasada más de la corrupta derecha opositora que la
condena a ir fracaso tras fracaso: por esa vía jamás podrán derrocar al
Presidente constitucional.
Además, porque, como lo ha dictaminado en múltiples
ocasiones el Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de
Venezuela, la Asamblea Nacional (órgano legislativo) no tiene potestad para
destituir al Jefe del Estado.Y mucho menos una entidad que está declarada en
desacato por posesionar a tres diputados elegidos ilegalmente en el Estado
Amazonas, y cuyos actos y decisiones, por lo tanto, son írritos (nulos,
inválidos).
La oposición de derecha en Venezuela vuelve a demostrar, por
enésima vez, que está perdida.
El pueblo venezolano, con las bases chavistas en primera
línea, tiene la palabra.
Fuente Pacol